PALABRA DIEZ

Y convertir una verdad en su opuesto es imposible, según el testimonio unánime de todos los seres racionales, exceptuando sólo a los sofistas idiotas que niegan todo.

Entonces, hay un reino aparte del que existe en el presente. En él, hay un tribunal supremo, un lugar elevado de justicia, un lugar exaltado de recompensas, donde toda esta compasión, sabiduría, misericordia y justicia se harán manifiestas por completo.

Duodécimo aspecto: Ven, vamos a regresar ahora. Hablaremos con los jefes y los oficiales de estos variados grupos,  al mirar sus equipamientos les preguntaremos si ese equipamiento les fue otorgado sólo para subsistir por un breve período en el reino, o si se les entregó para obtener una larga vida de dicha en otro reino. Veamos. No podemos ver a todos con sus equipamientos. Pero como ejemplo, veamos la credencial y el registro que identifica a este oficial. En su credencial, se especifican su rango, salario, tarea, provisiones e instrucciones.

Observa, este rango no se le dio sólo por algunos días; se le ha dado por un período de tiempo prolongado. Dice en su credencial: “Recibirás tal salario del tesoro el día tal”. Pero la fecha en cuestión no llegará sino después de mucho tiempo, después de que este reino haya sido desalojado. De igual modo, la tarea mencionada en su credencial no se le ha dado para este reino temporario, sino para ganar una felicidad permanente en la proximidad del rey. Entonces, también, las provisiones que le han dado no pueden ser sólo para subsistir en este hospedaje por sólo algunos días; pueden ser sólo para una vida larga y feliz. Las instrucciones dejan bien en claro que él está destinado a otro lugar, que él está trabajando para otro reino.

Ahora observa estos registros. Contienen instrucciones para el uso y la disposición de las armas y el equipamiento. Si no hubiera otro reino más que éste, uno exaltado y eterno, ese registro con sus instrucciones categóricas, esa credencial que lo identifica con su información clara, no significarían nada.

Además, ese oficial respetado, ese comandante noble, ese jefe honorable caería a un nivel más bajo que el de todos los seres humanos; no sería más desdichado, desafortunado, humillado, desgraciado, indigente y débil que los demás.

Aplica el mismo principio a todo. Todo lo que observas da testimonio de que después de este mundo transitorio existe otro mundo y es eterno.

¡Oh, amigo! Este mundo temporario es como un campo. Es un lugar de instrucción, un mercado. Sin duda un tribunal supremo y una felicidad última lo sucederá. Si niegas esto, estarás obligado también a negar las credenciales que identifican a todos los oficiales, sus equipamientos y sus órdenes; de hecho, deberás negar también todo el orden que existe en el país, la existencia de un gobierno en él y todas las medidas que toma el gobierno. Entonces ya no merecerás el nombre de ser humano o la denominación de ser consciente. Tendrás menos sentido que los sofistas.

Ten cuidado, no pienses que las pruebas de la transferencia de la creación de un reino al otro se restringen a estos doce aspectos. Hay indicaciones y pruebas más allá de lo que se puede contar y enumerar, todas demuestran que este reino pasajero y cambiante será transformado en un reino permanente e inmutable. Hay también innumerables signos y evidencias que los seres humanos serán llevados de este hospedaje temporario a un trono de gobierno eterno de toda la creación.

¡Ven! Especialmente te mostraré una prueba que es más fuerte que todos los doce aspectos juntos.

Ven, entonces observa, en el medio de la gran asamblea que se ve a lo lejos está el mismo comandante noble que antes vimos en la isla, adornado con numerosas decoraciones; está haciendo un anuncio. Vayamos a escuchar. Ve, ese comandante luminoso y tan noble está transmitiendo un Edicto Supremo inscripto de forma elevada. Dice:

“Prepárense; irán a otro reino permanente, un reino tal que éste les parecerá un calabozo en comparación. Irán al trono del gobierno de nuestro rey, y allí recibirán su compasión y su generosidad, si prestan atención bien a este edicto y lo obedecen. Pero si se rebelan y lo desobedecen, serán arrojados a increíbles calabozos”. Ese es el mensaje que transmite.

Si miras el decreto, verás que lleva un sello tan milagroso que no puede ser imitado de ninguna manera. Todos, salvo los idiotas como tú, saben con certeza que el decreto proviene del rey. Además, el comandante noble lleva decoraciones tan brillantes que todos, excepto los ciegos como tú, comprenden muy bien que él es el mensajero veraz de las órdenes del rey.

¿Es acaso posible que la enseñanza de la transferencia de un reino a otro, transmitido de modo desafiante por el noble comandante en el edicto supremo que ha recibido, pudiera abrirse a objeciones? No, no es posible, salvo que negásemos todo lo que hemos visto.

Ahora, oh, amigo, es tu turno para hablar. Di lo que quieres decir.

“¿Qué debería decir? ¿Qué se puede decir para contradecir todo esto? ¿Quién puede hablar en contra del sol al mediodía? Sólo digo: Alabado sea Allah. Cien mil veces gracias por haber sido salvado del dominio de la imaginación extravagante y vana,  por haberme librado de un calabozo y una prisión por la eternidad. He logrado creer que existe una morada de felicidad en la proximidad del monarca, separada de este hospedaje confuso y pasajero. Todos  somos aspirantes a ella”.

Nuestra comparación que indica la verdad de la resurrección y del Más Allá ahora está completa. Ahora, con la anuencia de Allah, pasaremos a la verdad más exaltada. Presentaremos doce Verdades relacionadas entre sí que se corresponden con los doce aspectos mencionados anteriormente, y también presentaremos una introducción.

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