PALABRA VEINTICINCO

 

EL TERCER HAZ DE LUZ de La Segunda Luz

El Corán no puede compararse con otras palabras y discursos. Esto es porque el discurso tiene diferentes categorías, y en cuanto a superioridad, poder, belleza y delicadeza, tiene cuatro fuentes: una es el hablante, otra es la persona que escucha, otra es el propósito y la otra es la forma. Su fuente no es sólo la forma como la gente literaria han mostrado equivocadamente. Entonces en un discurso uno debería considerar: “¿Quién lo dijo? ¿A quién estaba dirigido? ¿Por qué lo dijo? ¿De qué forma lo dijo?” Uno no debería considerar sólo las palabras. Ya que el discurso obtiene su fuerza y su belleza de estas cuatro fuentes, si las fuentes del Corán se estudian detalladamente, se comprenderá el nivel de su elocuencia, superioridad y belleza. Por cierto, ya que el discurso se enfoca al hablante, si es una orden o una prohibición, comprende también la voluntad y el poder del hablante según su posición. Entonces elimina la resistencia; tiene un efecto como de electricidad física e incrementa en proporción a la superioridad y poder del discurso. Toma, por ejemplo, esta aleya: يَٓا اَرْضُ ابْلَع۪ى مَٓاءَكِ وَيَاسَمَٓاءُ اَقْلِع۪ى[1]               Es decir: “¡Oh, tierra! Tu deber está cumplido, trágate tu agua. ¡Oh, cielos! Ya no hay ninguna necesidad, dejen de dar lluvia”. Y, por ejemplo:

فَقَالَ لَهَا وَلِلْاَرْضِ ائْتِيَا طَوْعًا اَوْ كَرْهًا قَالَتَٓا اَتَيْنَا طَٓائِع۪ـينﭯ [2]

Que significa: “¡Oh, tierra! ¡Oh, cielos! Vengan, ya sea que quieran o no, de todos modos ustedes están sometidos a mi sabiduría y poder. Emerjan del la inexistencia y vengan al lugar de exhibición de mi arte en existencia”. Y respondieron: “Venimos en perfecta obediencia. Con Tu poder, realizamos cada tarea que Tú nos has mostrado”. Considera lo poderosas y elevadas que son estas órdenes verdaderas y efectivas, que comprenden poder y voluntad, luego mira las palabras humanas como la siguiente conversación sin sentido con los seres inanimados:

اُسْكُن۪ى يَٓا اَرْضُ وَانْشَقّ۪ى يَا سَمَٓاءُ وَقُوم۪ٓى اَيَّتُهَا الْقِيٰمَةُ  ¿Se pueden comparar las dos órdenes? Sí, ¿hay alguna comparación entre los deseos que surgen de los anhelos y de las órdenes supererogatorias que surgen de aquellos deseos, y la orden de un comandante con autoridad real en actividad? ¿Puede haber alguna comparación entre tales palabras y la orden efectiva, “Derecho, ¡marchen!” de un comandante supremo de un ejercito vasto? Porque si una orden como esa se escucha de un soldado común, aunque las dos órdenes en forma son iguales, en significado difieren tanto como un soldado común y el comandante de un ejército.

Y, por ejemplo, las aleyas:[3]اِنَّمَٓا اَمْرُهُٓ اِذَٓا اَرَادَ شَيْئًا اَنْ يَقُولَ لَهُ كُنْ فَيَكُونُ

Y: [4]وَاِذْ قُلْنَا لِلْمَلٰٓئِكَةِ اسْجُدُوا لِاٰدَمَ   Mira lo poderosas y elevadas que son las dos órdenes en estas dos aleyas, luego mira el discurso humano en forma de órdenes. ¿No es este último como una luciérnaga en relación al sol? Para describir su acto tanto para el ojo como para el oído, un verdadero dueño describe su acto al llevarlo a cabo, y un verdadero artista explica su arte al realizarlo, un verdadero otorgador explica sus bendiciones al otorgarlas, es decir, para combinar la palabra y el acto, cada uno dice: “¡Mira! He hecho esto y estoy haciendo esto de esta manera. Hice eso por esta razón, y esto será así, y estoy haciendo esto para que sea así”.

Y, por ejemplo:

اَفَلَمْ يَنْظُرُٓوا اِﱫﱷ السَّمَٓاءِ فَوْقَهُمْ كَــيْفَ بَنَيْنَاهَا وَزَيَّنَّاهَا وَمَالَهَا مِنْ فُرُوجٍ ﱳ وَالْاَرْضَ مَدَدْنَاهَا وَاَلْقَيْنَا ف۪يهَا رَوَاسِىَ وَاَنْبَتْنَا ف۪يهَا مِنْ كُــلِّ زَوْجٍ بَه۪يجٍ ﱳ تَبْصِرَةً وَذِكْرٰى لِكُلِّ عَبْدٍ مُن۪يبٍ ﱳ وَنَزَّلْنَا مِنَ السَّمَٓاءِ مَٓاءً مُبَارَكًــا فَاَنْبَتْنَا بِه۪ جَنَّاتٍ وَحَبَّ الْحَص۪يدِ ﱳ وَالنَّخْلَ بَاسِقَاتٍ لَهَا طَلْعٌ نَض۪يدٌ ﱳ رِزْقًا لِلْعِبَادِ وَاَحْيَيْنَا بِه۪ بَلْدَةً مَيْتًا كَذٰلِكَ الْخُرُوجُ  ﱳ  [5]

¿Puede haber alguna comparación entre estas descripciones, estos actos, que brillan como los frutos estrellados del Paraíso en la constelación de esta Sura en los cielos del Corán, y que menciona muchos niveles de pruebas dentro de ellos por medio del orden de la retórica, y que provee la resurrección de los muertos, su conclusión, con la frase

كَذٰلِكَ الْخُرُوجُ Así será el resurgir’, así silenciando a aquellos al comienzo de la Sura que niegan la resurrección; puede haber alguna comparación entre esto y las discusiones del ser humano sobre los actos entrometidos que no tienen conexión con ellos? No es ni siquiera la comparación de los dibujos de las flores copiadas, y las flores vivas reales. Explicar por completo el significado de اَفَلَمْ يَنْظُرُوا ‘Es que no ven’ hastaكَذٰلِكَالْخُرُوجُ Así será el resurgir’ sería muy extenso, entonces pasaremos por él con una breve indicación, como esta:

Ya que al comienzo de la Sura los incrédulos niegan la resurrección, el Corán da un párrafo preliminar largo para impulsarlos a aceptarla. Dice: “¿No miráis a los cielos sobre vosotros, que Nosotros hemos construido de modo tan ordenado y magnificente? ¿No veis cómo Nosotros lo hemos adornado con estrellas y el sol y la luna, y cómo Nosotros no hemos permitido ninguna falta o defecto? ¿No veis cómo Nosotros hemos extendido la tierra para ti y con qué sabiduría Nosotros la hemos amoblado? Hemos fijado las montañas sobre ella y la protegimos de la invasión del mar. ¿No veis cómo Nosotros hemos creado cada variedad de planta u otra cosa que crece sobre la tierra, bellas y de todos colores y cómo con ellas Nosotros hemos embellecido cada parte de ella? ¿Y no veis cómo Nosotros enviamos la lluvia generosa desde los cielos y con ella creamos jardines y huertas, granos y árboles altos que dan frutas como los dátiles deliciosos, y cómo Yo hago que crezcan y les envío a mis siervos el sustento con ellos? ¿Y no veis que con la lluvia regreso el campo muerto a la vida? Yo creo miles de resurrecciones mundanales. Tal como Yo levanto con Mi poder a estas plantas fuera de este campo muerto, así es como vuestro resurgimiento será en la resurrección. En la resurrección, la tierra morirá y vosotros resurgiréis vivos”. ¿Puede haber alguna comparación entre las explicaciones elocuentes que establecen estas aleyas al demostrar la resurrección, sólo una milésima de lo que hemos podido aludir, con las palabras que el ser humano expone para apoyar su reclamo?

Desde el comienzo de este tratado hasta aquí, con empeño para hacer que un enemigo obstinado acepte el milagro del Corán por medio del razonamiento imparcial, conocido como determinar la verdad, hemos mantenido en secreto muchos de los derechos del Corán. Hemos traído ese Sol entre las velas y hecho comparaciones. Hemos llevado a cabo la tarea de determinar la verdad, y hemos probado lo milagroso que es de una manera brillante. Ahora, en una o dos palabras, no en nombre de ‘determinar la verdad’, sino en nombre de la ‘realidad’, señalaremos la verdadera estación del Corán, que está más allá de cualquier comparación.

Por cierto, la comparación de otro discurso con el Corán es como la comparación entre las estrellas reales y la de reflejos minúsculos de las estrellas en pedacitos de vidrio. ¿Cómo pueden las palabras del Corán, cada una de las cuales representan y muestran una verdad constante, compararse con los significados que el ser humano representa con sus palabras en los espejos diminutos de sus pensamientos y sentimientos? ¿Cómo pueden las palabras angelicales y vivientes del Corán, que inspiran las luces de la guía y que son el discurso del Creador Glorioso del sol y de la luna, compararse con las palabras cortantes del ser humano con su sustancia llena de embrujo y sutileza farsante para despertar los deseos viles? Sí, la comparación de las alimañas e insectos venenosos, y los ángeles benditos y los seres con espíritus luminosos, es como aquella de las palabras del ser humano y las del Corán. La Palabra Veinticinco junto con las veinticuatro Palabras previas han demostrado estas verdades. Este reclamo nuestro no es infundado; su prueba es la conclusión mencionada anteriormente. Por cierto, ¿cómo pueden estas palabras del Corán, que son todas las cáscaras de las joyas de la guía, las fuentes de las verdades de la fe y las vertientes de los fundamentos del Islam, y, han venido directamente del Trono del Más Misericordioso, y por encima y más allá del universo, mira al ser humano y desciende a él, y comprende sabiduría, poder y voluntad Divina, y son el discurso eterno; cómo se puede comparar sus palabras con las palabras vanas, extravagantes, inútiles y que alimentan los deseos?

Sí, ¿cómo puede ser que el Corán, que es como un árbol de Tuba, y extiende todas sus ordenanzas y principios en forma de hojas por mundo del Islam con todas sus espiritualidades, marcas y perfecciones, y, muestra a sus estudiosos purificados y evliyas como frescos y bellos a través de su agua de vida, cada uno como una flor, y produce todas las perfecciones y verdades cósmicas y Divinas como frutos, y una vez más, como un árbol cargado de frutos produce numerosas semillas dentro de sus frutos cada una como un principio y programa para acciones y muestra las verdades en una sucesión continua; cómo puede compararse esto con el discurso del ser humano que conocemos? اَيْنَ الثَّرَامِنَ الثُّرَيَّا ¿Dónde está el suelo y dónde están las Pléyades?

A pesar de que por mil trescientos cincuenta años, el Sabio Corán ha establecido y mostrado todas sus verdades en el mercado del universo, y todos, todas las naciones, todos los países han tomado algunas de sus joyas y sus verdades, y sí las toman, ni la familiaridad, ni la abundancia, ni el paso del tiempo, ni los grandes cambios han dañado sus verdades valiosas y estilos delicados, ni lo ha, hecho envejecer, ni secar, ni tampoco le han hecho perder su valor, ni extinguir su belleza. Esto en sí mismo es un aspecto milagroso.

Si alguien viniera ahora y ordenara algunas de las verdades que trajo el Corán en forma infantil según sus propios caprichos, y si tuviera que compararlas con algunas aleyas del Corán para desafiarlas, y dijera: “He pronunciado estas palabras parecidas a las del Corán”, sería absolutamente tonto, como en el siguiente ejemplo: hay un hombre común, un constructor de casas comunes, incapaz de comprender las inscripciones elevadas de un maestro que ha construido un palacio espléndido cuyas piedras son varias joyas, y lo ha decorado con adornos armoniosos que miran hacia los bordados elevados de todo el palacio y su relación con las piedras. Si el hombre común, que no conoce ninguna de las joyas ni de ningún adorno del palacio, al entrar al palacio, destruyera los bordados elevados en las valiosas piedras y les diera una forma, un orden, similar al de una casa común según sus deseos infantiles y le agregara algunas cuentas para complacer su punto de vista juvenil, y luego dijera: “¡Miren! Tengo una habilidad y una riqueza más grande y adornos más preciosos que el constructor del palacio”, en comparación, sería el arte de un falsificador loco de remate.

TERCERA LUZ : Esta Tercera Luz consiste de tres Reflejos.

PRIMER REFLEJO: Un aspecto importante del milagro del Corán de Milagrosa Exposición se explicó en la Palabra Trece. Se ha incluido aquí para que pueda tener su lugar entre los otros aspectos milagrosos, sus hermanos. Es como sigue: Si quieres ver y apreciar de qué manera, como estrellas brillantes, todas las aleyas del Corán dispersan la oscuridad de la incredulidad al esparcir la luz del milagro y de la guía, imagínate a ti mismo antes de la revelación del Corán, en la época de ignorancia y en el desierto del salvajismo donde todo estaba cubierto de velos de la naturaleza y donde no había vida en medio de la oscuridad de la ignorancia y el descuido. Entonces, de repente, de la lengua elevada del Corán, escuchas aleyas como:

سَبَّحَ لِلّٰهِ مَا ﯺﰆ السَّمٰوَاـتِـ وَالْاَرْضِ وَهُوَ الْعَز۪يزُ الْحَك۪ــيمُ  ﱳ يُسَبِّحُ لِلّٰهِ

مَا فِى السَّمٰوَاتِ وَمَا فِى اْلاَرْضِ الْمَلِكِ الْقُدُّوسِ الْعَزِيزِ الْحَكِيمِ[6]

¡Ve cómo esos seres del mundo muertos o dormidos surgen a la vida con el sonido, يُسَبِّحُ… سَبَّحَdeclaran las alabanzas y las glorificaciones” en las mentes de aquellos que oyen, cómo despiertan, surgen y mencionan los Nombres de Allah! Y con el sonido de:

تُسَبِّحُ لَهُ السَّمٰوَاتُ السَّبْعُ وَالْاَرْضُ[7] las estrellas en aquellos cielos negros, todos pedazos de fuego sin vida, y los seres desdichados sobre la faz de la tierra, presentan el siguiente punto de vista a aquellos que oyen: el cielo parece como una boca y las estrellas cada una como palabras que muestran sabiduría y luces que dicen la verdad. El planeta parece como la cabeza, la tierra y el mar como lenguas, y todos los animales y plantas como palabras de glorificación. De lo contrario, no apreciarán los puntos delicados y el placer al ver desde esta época hacia aquella. Porque si cuando consideras sus aleyas, las ves esparciendo su luz desde aquella época, y se han vuelto como conocimiento aceptado universalmente con el correr del tiempo, y brillando con las luces del Islam, y tomando su color del sol del Corán, o si las observas a través de un velo de familiaridad superficial y simple, no ves verdaderamente qué tipo de oscuridad cada aleya disipa o cuán dulce es el recital de su milagro, y no aprecias este tipo de milagro entre sus muchas variedades. Si quieres comprender uno de los niveles más altos del milagro del Corán de Milagrosa Exposición, escucha la siguiente comparación:

Imaginemos que un árbol extremadamente extraño, vasto y que se expande está disimulado debajo del velo de lo oculto y escondido en un nivel de ocultación. Está claro que tiene que haber una relación, una armonía y un equilibrio entre un árbol y todos sus miembros como sus ramas, frutas, hojas, y brotes, al igual que los miembros del ser humano. Cada una de sus partes toma una forma y se le da un diseño acorde a la naturaleza del árbol. Entonces si alguien aparece y hace un dibujo por encima del velo que corresponde a los miembros del árbol, que nunca fue visto y todavía no se ve, entonces delimita a cada miembro, y desde las ramas hasta la fruta, y de la fruta a las hojas, dibuja una forma proporcionada, y llena el espacio entre sus fuentes y extremidades, que están a una distancia infinita unas de otras, con dibujos que muestran exactamente el diseño y la forma de sus miembros, ciertamente no quedará ninguna duda de que el artista ve al árbol escondido con un ojo que penetra y abarca lo oculto, luego lo delinea.

Del mismo modo, las declaraciones sagaces del Corán de Milagrosa Exposición, relacionadas con la realidad de los seres contingentes (es decir, relacionados a la realidad del árbol de la creación que se extiende desde el comienzo del mundo hasta los límites más lejanos del Más Allá, que se esparce desde la tierra hasta el Trono Divino y desde las partículas diminutas hasta el sol), han preservado la proporción entre los miembros a tal punto y le han dado a todos los miembros y frutos una forma tan apropiada que todos los investigadores eruditos han declarado al concluir sus investigaciones sobre sus delineamientos: ¡Ma’shallah!  “¡Qué maravillas Allah ha deseado! Barakallah ¡Qué grandes son las bendiciones de Allah!” Han dicho: “¡Sólo tú eres quien resuelve y aclara el misterio del universo y el misterio de la creación, Oh, Sabio Corán!”

وَلِلّٰهِ الْمَثَلُ الْاَعْـﱱﲄ [8], y no hay error en la comparación; se representan los Nombres y Atributos Divinos, y los actos y las obras de la Soberanía Divina como un árbol de Tuba de luz, la extensión de cuya grandeza se estira por toda la eternidad, los límites de cuya inmensidad se esparce a lo largo del infinito, el espacio interminable y lo abarca; el alcance de cuyas obras se extienden desde:

يَحُولُ بَـيْنَ الْمَرْءِ وَقَلْبِه۪  ﱳ فَالِقُ الْحَبِّ وَالنَّوٰى [9]     Hasta:

وَالسَّمٰوَاـتُـ مَطْوِيَّاـتٌـ بِيَم۪ينِه۪  ﱳ خَلَقَ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضَ ﯺﰍ سِتَّةِ اَيَّامٍ [10]

El Sabio Corán ha descrito esa realidad luminosa, las verdades de esos Nombres y atributos, y de los actos y las obras, junto con todas sus ramas y ramitas, objetivos y frutos de una manera tan armoniosa, tan adecuadas entre sí, tan apropiadas entre sí, sin romperse entre sí ni arruinando el decreto de unos a otros, ni al ser remotos entre sí, que todos aquellos que han discernido la realidad de las cosas y han penetrado los misterios y todos los sabios y los sagaces que han viajado al reino de la dimensión interna de las cosas, han declarado: Subahanallah “¡Glorificado sea Allah!” frente a esa Exposición Sagaz, y lo han afirmado diciendo: “¡Qué correcto, qué ajustado a la realidad, qué delicado, qué merecedor!”

Por ejemplo, los seis pilares de la fe, que se parecen a una rama simple de aquellos dos árboles poderosos que buscan en toda la esfera de la contingencia y la esfera de la necesidad, representan a todas las ramas de esos pilares – incluso las frutas y flores más alejadas – observando tal armonía y proporción entre ellos, y los describe de una manera tan equilibrada, y los ilustra de un modo tan conectado que la mente humana queda no es capaz de percibirlos y se queda asombrada ante su belleza. Y la prueba que una belleza proporcionada y una relación perfecta y un equilibrio completo han sido preservados entre los cinco pilares del Islam, que son como ramitas de la rama de la fe, hasta el más mínimo detalle, el punto de conducta más pequeño, los objetivos más lejanos, las sabidurías más profundas, y las frutas más insignificantes, es el perfecto orden, equilibrio y belleza proporcionada y la solidez de la Más Grande Ley del Islam, que ha surgido de las declaraciones, sentidos, indicaciones y alusiones decisivas del Corán abarcativo; forman una prueba irrefutable, decisiva y un testigo justo que no se puede poner en duda. Esto significa que las exposiciones del Corán no pueden atribuirse al conocimiento parcial del ser humano, y, en particular al conocimiento de alguien iletrado. Más bien se basan en un conocimiento abarcativo y son la palabra de Quien es capaz de ver todas las cosas juntas y observan en un instante todas las verdades de la eternidad. En esto creemos…

SEGUNDO REFLEJO: Ya que en la Palabra Doce se ha explicado e ilustrado con comparaciones qué tan lejos la filosofía humana que desafía a la sabiduría Coránica, ha caído frente a esta sabiduría, y se ha probado en otras Palabras, referimos a aquellos tratados y por ahora ofrecemos una comparación más desde otro punto de vista. Es como sigue:

La ciencia y la filosofía humana miran al mundo como fijo y constante. Y discuten la naturaleza de los seres y sus características en detalle; cuando sí hablan de sus deberes ante su Creador, hablan de ellos brevemente. Con bastante simpleza, hablan sólo de la decoración y las letras del libro del universo, y no le dan ninguna importancia a su significado. Mientras que el Corán mira al mundo como efímero, pasajero, engañoso, viajero, inestable y que pasa por revolución. Habla brevemente de la naturaleza de los seres y de sus características superficiales y materiales, pero menciona en detalle los deberes de adoración que tienen a cargo por orden del Creador, y cómo y en qué sentidos señalan a Sus Nombres y su obediencia ante las órdenes Divinas de la creación. En consecuencia, miramos las diferencias entre la filosofía humana y la sabiduría Coránica con respecto a este asunto, el de mirar a las cosas ya sea brevemente o en detalle, y vemos cuál es la pura verdad y la realidad.

Un reloj en nuestra mano parece ser constante, pero su interior está en perpetua agitación por el movimiento de los funcionamientos y la angustia constante de las ruedas dentadas y las partes. De la misma manera, junto con su estabilidad aparente, este mundo, que es un reloj enorme de poder Divino, está permanentemente girando dentro de agitaciones y cambios, de trascendencia y evanescencia. Por cierto, ya que el tiempo ha entrado en el mundo, la noche y el día son como una aguja de dos cabezas que cuenta los segundos de ese inmenso reloj. Los años son como una aguja que cuenta sus minutos, mientras los siglos cuentan sus horas. Así, el tiempo arroja al mundo sobre las olas de la muerte y declina. Asigna todo el pasado y el futuro de la inexistencia, dejando existir sólo al presente.

Junto con esta forma que el tiempo le da al mundo, con respecto al lugar también es como un reloj inestable que sufre revoluciones. Porque ya que el espacio de la atmósfera cambia velozmente y con rapidez pasa de un estado a otro al ser llenado y vaciado con nubes en ocasiones varias veces por día, causa cambios como una aguja que cuenta los segundos. Y es lugar de la tierra, que es como el piso de la casa del mundo, ya que con vida y muerte y los animales y las plantas su faz cambia muy rápidamente, como una aguja que marca los minutos muestra que este aspecto del mundo también es efímero. Y tal como la tierra es así con respecto a su faz, así también con las revoluciones y agitaciones dentro de ella, y las montañas que emergen como resultado y que desaparecen, este aspecto del mundo está pasando lentamente también, como una aguja que marca las horas. Y al cambiar como los movimientos de los cuerpos celestes, la aparición de los cometas, los casos de eclipses solares y lunares, y la caída de estrellas; el lugar de los cielos también, que es como el techo de la casa del mundo, muestra que los cielos tampoco son estables ni constantes, sino que van progresando hacia la ancianidad y la destrucción. Su cambio es lento y tardío como la mano que cuenta los días en un reloj semanal, pero en todo sentido demuestra que es efímero,  pasajero y que se dirige a la destrucción.

Así, el mundo, en relación al mundo, ha sido construido sobre estos siete pilares. Estos pilares constantemente lo sacuden. Pero cuando el mundo que está así en movimiento y se sacude considera a su Creador, los movimientos y los cambios es la obra de una pluma de poder que escribe los escritos del Eternamente Adorado. Y aquellos estados cambiantes son los espejos de los Nombres Divinos, que, al ser renovados constantemente, muestran con representaciones siempre diferentes las manifestaciones de las cualidades de los Nombres.

Y entonces, con respecto al mundo, el mundo es efímero y se apresura hacia la muerte, y sufre revoluciones. A pesar de que en realidad parte como el agua que fluye, al ojo descuidado le parece congelado; debido a la idea de la naturaleza, se ha convertido en denso y turbio, y se ha vuelto un velo que oculta el Más Allá. Así, por la investigación filosófica y las ciencias naturales, los entretenimientos seductores de la civilización disoluta y sus pasiones intoxicadas, la filosofía enferma ha incrementado el estado de congelamiento del mundo, y ha hecho más denso el descuido, y se ha vuelto más opaco y turbio, y ha logrado que el Creador y el Más Allá sean olvidados. Mientras que, con estas aleyas:

اَلْقَارِعَةُ مَا الْقَارِعَةُ ﱳ اِذَا وَقَعَتِ الْوَاقِعَةُ ﱳ وَالطُّورِ وَكِــتَابٍ مَسْطُورٍ[11]

el Corán carda al mundo con respecto al mundo como al algodón, y lo tira. Con sus exposiciones como:

اَوَ لَمْ يَنْظُرُوا ﯺﰍ  مَلَكُــوتِ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضِ ﱳ اَفَلَمْ يَنْظُرُٓوا اِﱫﱷ السَّمَٓاءِ فَوْقَهُمْ

كَــيْفَ بَنَيْنَاهَا  ﱳ اَوَلَمْ يَرَ الَّذ۪ينَ كَفَرُٓوا اَنَّ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضَ كَانَتَا رَتْقًا  [12]

le da al mundo una transparencia y remueve su turbiedad. Con sus iluminaciones que esparcen luz como:

اَللّٰهُ نُورُ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضِ ﱳ وَمَا الْحَيوةُ الدُّنْيَٓا اِلَّا لَعِبٌ وَلَهْوٌ[13]

derrite al mundo sin vida. Con sus expresiones teñidas de muerte como:

اِذَا السَّمَٓاءُ انْفَطَرَتْ ﱳ اِذَا الشَّمْسُ كُــوِّرَتْ ﱳ اِذَا السَّمَٓاءُ انْشَقَّتْ[14]

وَنُفِخَ ﯺﰆ الصُّورِ فَصَعِقَ مَنْ ﯺﰆ السَّمٰوَاتِ وَمَنْ ﯺﰆ الْاَرْضِ اِلَّا مَنْ شَٓاءَ اللّٰهُ[15]

hace añicos el delirio de que el mundo es eterno. Con sus ráfagas estruendosas, como:

يَعْلَمُ مَا يَلِجُ ﯺﰆ الْاَرْضِ وَمَا يَخْرُجُ مِنْهَا وَمَا يَنْزِلُ مِنَ السَّمَٓاءِ وَمَا يَعْرُجُ ف۪يهَا وَهُوَ مَعَكُمْ اَيْنَمَا كُــنْتُـﮥْ وَاللّٰهُ بِمَا تَعْمَلُونَ بَص۪يرٌ  ﱳوَقُلِ الْحَمْدُ لِلّٰهِ سَيُر۪يكُــمْ اٰيَاتِه۪ فَتَعْرِفُونَهَا وَمَا رَبُّكَ بِغَافِلٍ عَمَّا تَعْمَلُوـنَـ[16]

disipa el descuido que nace de la noción de ‘naturaleza’.

Así, de comienzo a fin, las aleyas del Corán que se dirigen al universo proceden según este principio. Ellas revelan y muestran la realidad del mundo como es. Al mostrar qué tan espantoso,  es el mundo horrible, aleja el rostro del ser humano de él, y señala la belleza del rostro bello del mundo, que mira hacia el Creador. Sujeta la mirada del ser humano a eso. Instruye con verdadera sabiduría y conocimiento, enseñando los significados del libro del universo, mirando rara vez las letras y las decoraciones. No hace que se olvide el significado como la filosofía ebria, ni hace que el ser humano se enamore de lo horrible y que desperdicie su tiempo en cosas sin sentido debido a la decoración de las letras.

TERCER REFLEJO: En el Segundo Reflejo señalamos la caída de la filosofía humana ante la sabiduría Coránica y al milagro de la sabiduría Coránica. Ahora, en este Reflejo, mostraremos el nivel de sabiduría y de ciencia – ante la sabiduría Coránica – de los eruditos purificados, los evliyas y los iluminados entre los filósofos, los Ishraqiyyun, que son todos estudiantes del Corán. Haremos una breve indicación del milagro del Corán en este sentido.

Una indicación por cierto verdadera de la sublimidad del Sabio Corán, una prueba muy clara de su verdad y justicia y, un signo muy poderoso de su milagro es este: al preservar todos los niveles de todas las partes de unidad Divina junto con todas sus necesidades, al explicarlas, ha preservado su equilibrio y no lo ha arruinado; y ha preservado el equilibrio de todas las verdades elevadas Divinas y ha reunido los principios de todos Bellos Nombres Divinos  y preservaron su proporción mutua. Ha reunido los actos Soberanos y Divinos con perfecto equilibrio. Así, esta preservación, este equilibrio y esta reunión son características que por cierto no están presentes en las obras del ser humano ni en los productos del pensamiento de las eminencias de la humanidad. No se encontrará en ninguna parte de las obras de los evliyas que han penetrado a la faz interna de los seres, que considere a su Creador, ni en los libros de los Ishraqiyyun, que han pasado al significado interno y oculto de las cosas, ni en el conocimiento de los seres espirituales que ha penetrado el Mundo de lo Oculto. Como si hubieran practicado una división de tareas, es como si cada grupo adhiriese sólo a una o dos ramas del poderoso árbol de la realidad; cada uno se mantiene ocupado sólo con su fruto o sus hojas. No saben nada de los otros o bien no les interesa.

La realidad absoluta no se comprende con puntos de vista restringidos. Se necesita una mirada universal como el Corán para comprenderla. Por cierto son instruidas por el Corán, pero con una mente particular sólo pueden ver por completo a uno o dos lados de la realidad universal, están preocupados y encarcelados en ellos. Arruinan el equilibrio de la realidad ya sea por el exceso o la deficiencia, y estropean su proporción y armonía. Esta verdad se explicó con una comparación inusual en la Segunda Rama de la Palabra Veinticuatro, y ahora señalaremos al asunto con otra comparación.

Por ejemplo, supongamos que hay un tesoro bajo el mar, lleno de joyas innumerables de varios tipos. Los buceadores están sumergiéndose en las profundidades para buscar las joyas de ese tesoro. Ya que sus ojos están cerrados, comprenden lo que hay allí por el uso hábil de sus manos. Un diamante bastante largo llega a las manos de uno de ellos. El buceador asume que todo el tesoro consiste de un diamante largo como un pilar. Cuando oye sobre otras joyas de sus compañeros, imagina que son secundarias del diamante que él ha encontrado y que son facetas y adornos de él. A la mano de otro llega un rubí redondo, mientras que otro encuentra un pedazo cuadrado de ámbar; así sucesivamente, cada uno de ellos cree que la joya que ve con sus manos es la parte esencial y principal del tesoro, y supone que las cosas sobre las que oye son partes adicionales y detalles de ella. Entonces luego el equilibrio de las verdades se arruina, y la proporción mutua también se estropea. El  color de muchas verdades cambia, y para ver el verdadero color de la realidad se ven obligados a recurrir a una interpretación forzada y explicaciones elaboradas. A veces incluso llegan a la negación y al rechazo. Cualquiera que estudia los libros de los filósofos Ishraqiyyun y las obras de los sufíes que se apoyan en iluminaciones y visiones sin pesarlas en la balanza de la Sunna confirmarán sin duda esta afirmación nuestra. Es decir, a pesar de que sus obras involucran verdades similares a aquellas del Corán y se toman de las enseñanzas del Corán, porque no son del Corán, son defectuosas de ese modo. Las aleyas del Corán también, que son océanos de verdades, son buceadores de ese tesoro bajo el mar. Pero sus ojos están abiertos y abarcan el tesoro. Ellos ven lo que hay en el tesoro y lo que no hay. Ellos lo describen y lo explican con tal armonía, orden y proporción que muestran la verdadera belleza y delicadeza. Por ejemplo, tal como ven la inmensidad de la divinidad expresada en las aleyas:

وَالْاَرْضُ جَم۪يعًا قَبْضَتُهُ يَوْمَ الْقِيٰمَةِ وَالسَّمٰوَاتُ مَطْوِيَّاتٌ بِيَم۪ينِه۪ ﱳ

يَوْمَ نَطْوِى السَّمَٓاءَ كَطَىِّ السِّجِلِّ لِلْكُــتُبِ ﱳ[17]

ssí también ven la misericordia abarcativa expresada por éstas:

اِنَّ اللّٰهَ لَا يَخْفٰى عَلَيْهِ شَىْءٌ ﯺﰆ الْاَرْضِ وَلَا ﯺﰆ السَّمَٓاءِ ﱳ هُوَ الَّذ۪ى يُصَوِّرُكُـﮥْ ﯺﰆ الْاَرْحَامِ كَــيْفَ يَشَٓاءُ  ﱳ مَا مِنْ دَٓابَّةٍ اِلَّا هُوَ اٰخِذٌ بِنَاصِيَتِهَا  ﱳ وَكَــأَيِّنْ مِنْ دَٓابَّةٍ لَا تَحْمِلُ رِزْقَهَا اَللّٰهُ يَرْزُقُهَا وَاِيَّاكُــمْ[18]

Y tal como ven y señalan la extensión vasta de la creatividad expresada por:

[19]خَلَقَ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضَ وَجَعَلَ الظُّلُمَاتِ وَالنُّورَ

así también ven y muestran la disposición y la soberanía Divinas abarcativas expresadas por: خَلَقَكُــمْ وَمَا تَعْمَلُونَ[20] Ven y señalan la verdad ponderosa expresada por:  يُحْيِى الْاَرْضَ بَعْدَ مَوْتِهَا[21] y la verdad magnánima expresada por: وَاَوْحٰى رَبُّكَ اِﱫﱷ النَّحْلِ[22] y la verdad vasta del Soberano y Dominio expresada por:

وَالشَّمْسَ وَالْقَمَرَ وَالنُّجُومَ مُسَخَّرَاتٍ بِاَمْرِه۪[23] Ven y muestran la verdad compasiva y regular expresada por:

اَوَلَمْ يَرَوْا اِﱫﱷ الطَّـيْرِ فَوْقَهُمْ صَٓافَّاتٍ وَيَقْبِضْنَﮈ مَايُمْسِكُــهُنَّ اِلَّا الرَّحْمَنُﮈ اِنَّهُ [24]

بِكُــلِّ شَىْءٍ بَص۪يرٌ ﱳ

y la verdad vasta expresada por:

وَسِعَ كُرْسِيُّهُ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضَﮊ وَلَا يَؤُدُهُ حِفْظُهُمَاﮊ [25]

y la verdad vigilante expresada por: وَهُوَ مَعَكُــمْ اَيْنَ مَا كُنْتُمْ[26]

y la verdad abarcativa expresada por:

[27]هُوَ الْاَوَّـلُـ وَالْاٰخِرُ وَالظَّاهِرُ وَالْبَاطِنُ وَهُوَ بِكُــلِّ شَىْءٍ عَل۪يمٌ  ﱳ

y la proximidad expresada por:

وَلَقَدْ خَلَقْنَا الْاِنْسَانَ وَنَعْلَمُ مَا تُوَسْوِسُ بِه۪ نَفْسُهُ وَنَحْنُ اَقْرَبُ اِلَيْهِ مِنْ [28]

حَبْلِ الْوَر۪يدِ  ﱳ y la verdad elevada indicada por:

تَعْرُجُ الْمَلٰٓئِكَــةُ وَالرُّوحُ اِلَيْهِ ﯺﰍ  يَوْمٍ كَــانَ مِقْدَارُهُ خَمْس۪ـينﭯ اَلْفَ سَنَةٍ [29]

y la verdad abarcativa expresada por:

اِنَّ اللّٰهَ يَأْمُرُ بِالْعَدْـلِـ وَالْاِحْسَاـنِـ وَا۪يتَٓائِ ذِى الْقُرْﯹﰢ وَيَنْهٰى عَــنِـ الْفَحْشَٓاءِ [30]

وَالْمُنْكَــرِ وَالْبَغْىِ

Las aleyas del Corán ven y muestran en detalle cada uno de los seis pilares de la fe con respecto a este mundo y al Más Allá, la acción y el conocimiento. Ven y muestran intencionalmente y con seriedad cada uno de los cinco pilares del Islam, y todos los principios que aseguran la felicidad en este mundo y en el Otro. Preservan su equilibrio, perpetúan su proporción y una forma del milagro inmaterial del Corán viene a la existencia desde la fuente de belleza que nace de la proporción mutua de aquellas verdades en su totalidad.

Es debido a este gran misterio que a pesar de que los estudiosos de teología (kalâm) son estudiantes del Corán y una parte de ellos han escrito miles de obras de diez volúmenes cada una sobre los pilares de la fe, porque como los mutazilíes prefirieron la razón a la revelación, no han podido expresar con claridad ni siquiera diez de las aleyas del Corán, ni probarlas decisivamente, ni convencer persuasivamente sobre ellas. Es tan simple como que han cavado túneles debajo las montañas distantes, han tomado pipas con las cadenas de las causas hasta los confines del mundo, allí cortaron las cadenas, y luego demostraron el conocimiento de Allah y de la existencia del Necesariamente Existente, que son como el agua de la vida. Cada una de las aleyas del Corán, sin embargo, puede extraer agua de todos los lugares como la Vara de Moisés, abrir una ventana en todo y dar a conocer al Creador Glorioso. En realidad hemos probado y demostrado este hecho en el tratado en árabe Katre, y en otras Palabras, que fluyen del océano del Corán.

Es también debido a este misterio que ya que todos los líderes de los grupos heréticos que han pasado a la naturaleza interna de las cosas (batin), que, no siguiendo la Sunna del Profeta (PyB) sino basándose en sus visiones, han regresado luego de haberse ido a mitad de camino, y volviéndose líderes de una comunidad, han fundado una secta, no han podido preservar la proporción y el equilibrio de las verdades Coránicas, han caído en la innovación, en el desvío y han llevado a una comunidad de gente por el mal camino. Así, la impotencia completa de todos estos demuestra lo milagrosa que son las aleyas del Corán.

[1] Corán, 11:44

[2] Corán, 41:11

[3] Corán, 36:82

[4] Corán, 2:34

[5] Corán, 50:6-11

[6] Corán, 57:1; 59:1; 61:1, 62:1

[7] Corán, 17:44

[8] Corán, 16:60

[9] Corán, 8:24,6:95

[10] Corán, 39:67, 7:54, etc

[11] Corán, 101:1-2, 56:1, 52:1-2

[12] Corán, 7:185, 50:6, 21:30

[13] Corán, 24:35, 6:32

[14] Corán, 82:1, 81:1, 84:1

[15] Corán, 39:68

[16] Corán, 57:4, 27:93

[17] Corán, 39:67, 21:104

[18] Corán, 3:5-6, 11:56, 29:60

[19] Corán, 6:1

[20] Corán, 37:96

[21] Corán, 30:50

[22] Corán, 16:68

[23] Corán, 7:54

[24] Corán, 67:19

[25] Corán, 2:255

[26] Corán, 57:4

[27] Corán, 57:3

[28] Corán, 50:16

[29] Corán, 70:4

[30] Corán, 16:90