PALABRA VEINTICUATRO

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Palabra Veinticuatro

 

[Esta Palabra consiste de cinco ‘Ramas’. Estudia la Cuarta Rama cuidadosamente. Y aférrate de la Quinta Rama y trépate a ella, luego ¡recoge sus frutos!]


اَللّٰهُ لَٓا اِلٰهَ اِلَّا هُوَﮈ  لَهُ الْاَسْمَٓاءُ الْحُسْنٰى[1]

Bismillahir Rahmanir Rahim

“En el Nombre de Allah el Clemente y el Misericordioso”

Indicaremos cinco ramas de una de las muchas verdades del árbol luminoso de esta aleya gloriosa.

PRIMERA RAMA: Un sultán tiene diferentes títulos en las esferas de su gobierno, diferentes estilos y atributos entre las clases de sus sujetos diferentes nombres y signos en los niveles de su gobierno, por ejemplo: Juez Justo en lo judicial, Sultán del servicio civil, Comandante en Jefe del ejército y Califa del establecimiento culto. Si, haciendo una analogía con éstos, tú sabes el resto de sus nombres y títulos, comprenderás que un solo sultán puede tener mil nombres, mil títulos en las esferas de su mando y en los niveles de su gobierno. Es como si, a través de su personalidad corporativa y de su teléfono el gobernante estuviera presente y conociera cada esfera; y a través de su ley, regulación y representante, ve y es visto; y detrás del velo de cada nivel, dispone y ve, gobierna y observa a través de su decreto, conocimiento y poder.

Es exactamente lo mismo para el Sustentador de Todos los Mundos, Que es el Gobernante de la Eternidad; en los niveles de Su soberanía, Él tiene atributos y designaciones que son todas diferentes pero que se cuidan entre sí; y en las esferas de Su Divinidad, Él tiene nombres y marcas que son todas diferentes pero que están unas dentro de otras ; y en Sus actividades magnificentes, Él tiene representaciones y apelaciones que son todas diferentes pero que se parecen entre sí; en la disposición de Su poder, Él tiene títulos que son todos diferentes pero que se insinúan entre sí; y en las manifestaciones de Sus atributos, Él tiene apariencias sagradas que son todas diferentes pero que se muestran unas a otras; y en exposición de Sus actos, Él tiene disposiciones sabias que son de numerosos tipos pero que se completan entre sí. En Su arte multicolor y en la variedad de seres, Él tiene aspectos espléndidos de soberanía que son todos diferentes pero que se cuidan entre sí. Y junto a esto, en cada mundo, en cada tipo de seres, el título de uno de los Más Bellos Nombres se manifiesta. En cada esfera un Nombre predomina y los otros Nombres están subordinados a él, más bien, ellos están allí por él.

Además, en cada nivel de seres, ya sean muchos o pocos, grandes o pequeños, particulares o generales, Él tiene una apariencia a través de una manifestación particular, una soberanía particular, un Nombre particular. Es decir, a pesar de que el Nombre en cuestión es general y abarca todo, se vuelve hacia algo con tanta intención e importancia que es como si fuera especial para eso sólo. Además, a pesar de que el Creador Glorioso está cerca de todo, hay casi setenta mil velos luminosos que Lo oscurecen. Tú puedes comparar cuántos velos hay desde el nivel particular de creatividad del Nombre del Creador que está manifestado en ti hasta el nivel más grande y el título supremo que es el de Creador de todo el universo. Eso quiere decir que, con la condición de que dejes a todo el mundo detrás de ti, desde la puerta de la creatividad podrás alcanzar los límites del Nombre de Creador y alcanzar la esfera de los atributos.

Los velos tienen ventanas que se cuidan entre sí, los Nombres aparecen uno dentro de otro, los actos se cuidan entre sí, las similitudes entran una dentro de la otra, los títulos se insinúan entre sí, las manifestaciones se parecen unas a otras, las disposiciones se asisten y completan entre sí y las distintas disposiciones de soberanía se ayudan y asisten entre sí. En consecuencia, seguramente es necesario no negar los otros títulos, actos y niveles de soberanía cuando Allah Todopoderoso se da a conocer a través de uno de Sus Nombres, títulos o niveles de soberanía. Por cierto, es dañino si una transición no se hace desde la manifestación de cada Nombre hacia los otros. Por ejemplo: si se ven los actos de los Nombres de Todopoderoso y Creador, y no del Nombre de Omnisapiente, una persona puede caer en el descuido y el desvío de la naturaleza; debería siempre mantener a la vista y recitar: هُوَ Huva “¡Él!”, y: هُوَ اللّٰهُ Huvallahu “¡Él es Allah!”; debería escuchar y oír de todas las cosas: قُلْ هُوَ اللّٰهُ اَحَدٌ Kulhu wallahu Ahad “¡Di: Él es Allah, el Único!”; su lengua debería pronunciar y proclamar:

لَا اِلٰهَ اِلَّا هُو بَرَابَرْ مِيزَنَدْ عَالَمْ “Todo el mundo declara: ¡No hay dios sino Él!”. Así, a través del decreto de:

اَللّٰهُ لَٓا اِلٰهَ اِلَّا هُوَﮈ لَهُ الْاَسْمَٓاءُ الْحُسْنٰى “Allah, no hay dios sino Él, Suyos son los nombres más hermosos”, el Corán señala estas verdades que hemos mencionado.

Si quieres observar de cerca estas verdades elevadas, ve y pregúntale al mar tormentoso o a la tierra cuando tiembla: “¿Qué estás diciendo?”. Oirás que están diciendo: “¡Oh, Glorioso! ¡Oh, Glorioso! ¡Oh, Poderoso y Compulsivo!”. Luego pregúntale a los animales pequeños y a sus crías que crecen con bondad y compasión en el mar y en el suelo: “¿Qué están diciendo?”. Seguramente responderán: “¡Oh, Bello! ¡Oh, Bello! ¡Oh, Compasivo y Misericordioso!”[2]. Luego oye a los cielos; ellos dicen: “¡Oh, Glorioso y Bello!”. Y ponle tu oído a la tierra; ella dice: “¡Oh, Bello y Glorioso!”. Escucha atentamente a los animales; ellos están diciendo: “¡Oh, Misericordioso! ¡Oh, Proveedor!”. Y pregúntale a la primavera; oirás muchos Nombres como: “¡Oh, Gentil! ¡Oh, Misericordioso! ¡Oh, Compasivo! ¡Oh, Generoso! ¡Oh, Lleno de Gracia! ¡Oh, Benevolente! ¡Oh, Quien Da Forma a Todo! ¡Oh, Quien Da la Luz! ¡Oh, Otorgador! ¡Oh, Decorador!”. Luego pregúntale a un ser humano que sea un verdadero humano; ve cómo recita todos los Más Bellos Nombres y cómo éstos están escritos en su frente. Si miras con atención, tú también los podrás leer. Es como si el universo fuera una enorme orquesta celebrando los Nombres Divinos. Al mezclar la canción apenas perceptible con los estribillos más poderosos, produce una armonía sublime y sutil. Puedes hacer más analogías como esta.

Por cierto, el ser humano es honrado con la manifestación de todos los Nombres, pero que los Nombres sean tan variados ha resultado en la variedad del universo y en las diferencias en la adoración de los ángeles, y también ha causado un grado de variedad entre los seres humanos. Las distintas leyes de los profetas, los distintos modos de los evliyas, y los diferentes caminos de los eruditos purificados han surgido de este misterio. Por ejemplo: junto con los otros Nombres el Nombre de Todopoderoso fue predominante en Jesús (la paz sea con él), en aquellos que siguen el camino del amor prevalece el Nombre de Amado y en aquellos que siguen el camino de la contemplación, el Nombre de Omnisciente.

Así, si alguien es a la vez un maestro y policía, un actuario e inspector del servicio civil, en cada oficina tiene ambas relaciones y tareas, obligaciones y salarios, responsabilidades y ascensos, enemigos y rivales que son la causa de sus fracasos. Se presenta ante el rey con muchos títulos y ve al rey. Busca ayuda de él con muchas lenguas. Recurre a muchos de los títulos del gobernador y busca su ayuda de muchas maneras para salvarse del mal de sus enemigos.

De la misma manera, el ser humano, que manifiesta muchos Nombres, está a cargo de muchas tareas y está inflingido por muchos enemigos; invoca a muchos de los Nombres en sus oraciones y súplicas. Como Muhammad el árabe (PyB), la causa de orgullo de la humanidad y ciertamente el hombre más perfecto, suplicó con mil y un nombres en su oración conocida como Jawshan al-Kabir y encontró refugio del fuego. Es por este misterio que la Sura:

قُلْ اَعُوذُ بِرَبِّ النَّاسِ ﱳ مَلِكِ النَّاسِ ﱳ اِلٰهِ النَّاسِ ﱳ مِنْ شَرِّ الْوَسْوَاسِ الْخَنَّاسِ[3]

Ordena que nos refugiemos en Allah a través de tres títulos, y:

بِسْمِ اللّٰهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيمِ Bismillahir Rahmanir Rahim “En el Nombre de Allah el Clemente y el Misericordioso” Demuestra la búsqueda de ayuda a través de tres Nombres.

SEGUNDA RAMA: Esta explica dos misterios que comprenden las claves de muchos otros misterios.

Primer Misterio: “¿Por qué los evliyas difieren tanto en sus visiones y descubrimientos a pesar de que son unánimes sobre los principios de la fe? ¿Por qué sus descubrimientos, que están al nivel de testimonio, a veces se oponen a la realidad y son contrarias a la verdad? Y, ¿por qué en sus ideas que consideran como la verdad, estableciéndolas a través de pruebas decisivas, los pensadores y eruditos ven y muestran la realidad de un modo que se contradicen entre sí? ¿Por qué una verdad toma numerosos colores?

Segundo Misterio: “¿Por qué los primeros profetas dejaron algunos de los pilares de la fe como la resurrección de los cuerpos de modo breve y no los explicaron en detalle como el Corán, para que en el futuro algunas de sus comunidades pasen los límites y nieguen algunos de aquellos pilares concisos? Además, ¿por qué algunos evliyas sólo avanzaron en la afirmación de la unidad Divina, y a pesar de que progresaron en cuanto al grado de ‘absoluta certeza’ en la unidad Divina, algunos de los pilares de la fe aparecen muy poco en sus caminos y en forma resumida? Y como resultado, aquellos que los siguieron en el futuro no le dieron la importancia necesaria a esos pilares de la fe, y algunos de ellos incluso cayeron en el error. Ya que la perfección verdadera se encuentra a través de descubrir todos los pilares de la fe, ¿por qué algunas de estas personas de la verdad avanzaron significativamente en ellos, mientras que algunas permanecieron muy retrasadas, cuando el Más Noble Mensajero de Allah (PyB), quien manifestó el máximo nivel de todos los Nombres Divinos y fue el jefe de los profetas, y el Sabio Corán, que es el jefe luminoso de todas las sagradas escrituras, describió  en detalle todos los pilares de la fe, claramente, de un modo muy serio y deliberado?”

Porque en realidad la perfección más verdadera y completa es así. Sí, la sabiduría en estos misterios es así: por cierto que el ser humano es honrado con la manifestación de todos los Nombres y tiene la capacidad para todas las perfecciones, pero ya que su poder es débil, su voluntad parcial, sus habilidades variadas, y sus deseos diferentes, busca la realidad entre miles de velos y barreras. Entonces, al descubrir la realidad y al atestiguar la verdad, las barreras intervienen. Algunas personas no pueden evitar las barreras. Sus habilidades son todas diferentes. Las habilidades de algunos no pueden soportar que se descubran algunos de los pilares de la fe. Además, los colores de las manifestaciones del Nombre varían según el lugar en el que se manifiestan; se vuelven todos diferentes. Algunas personas que los manifiestan no pueden ser el medio para la completa manifestación de un Nombre. También, la manifestación de los Nombres tiene distintas formas con respecto a la universalidad, particularidad, sombra u originalidad. Algunas capacidades no pueden trascender la particularidad. Algunos no pueden emerger de las sombras. En algunas capacidades a veces predomina un Nombre, cumple con su palabra y gobierna según esa capacidad. Ahora haremos algunas indicaciones a este profundo misterio y esta extensiva sabiduría con una comparación enigmática, abarcativa, verdadera pero algo compleja.

Por ejemplo, imaginemos una flor adornada, una gotita viva enamorada de la luna, y un átomo traslúcido que mira al sol. Cada uno de estos posee conciencia y cierta perfección y cada uno tiene un anhelo por esa perfección. Junto con indicar muchas verdades, estas tres cosas también aluden al viaje espiritual del alma, la mente y el corazón. También se corresponden con los tres niveles de aquellos que investigan la realidad[4].

El Primero indica a aquellos que siguen el camino del pensamiento intelectual, el camino de la cercanía de Allah y el camino profético.

El Segundo le corresponde a aquellos que encaran la realidad esforzándose por la perfección a través de los sistemas del cuerpo, o al esforzarse con la mente y al refinar el alma, o lo hacen a través de la fe, la sumisión y al purificar el corazón.

El Tercero es la comparación de aquellos que no renuncian al egoísmo, están sumergidos en las obras y encaran la realidad a través de la deducción y el razonamiento solamente, de aquellos que buscan la realidad a través del conocimiento, la ciencia, la razón y el aprendizaje y los que la ven rápidamente a través de la fe y del Corán, la pobreza y la adoración. Estas comparaciones señalan a la sabiduría de las diferencias entre los tres grupos, cuyas capacidades también son diferentes.

Así, bajo el título de Flor, Gotita y Átomo, mostraremos por medio de una comparación, el misterio y la sabiduría extensiva del progreso de los tres grupos. Por ejemplo, a través del permiso de su Creador y a Su orden, el sol tiene tres tipos de manifestaciones, reflexión y resplandor: uno es su reflexión sobre las flores, otro sobre la luna y los planetas, por último sobre objetos brillantes como el vidrio y el agua.

El Primero es de tres tipos:

Uno es una manifestación y reflexión universal y general por la cual su resplandor abarca a todas las flores al mismo tiempo.

Otra es una manifestación especial por la cual tiene una reflexión especial para cada especie.

Otra es una manifestación particular por la cual su refulgencia es acorde a la individualidad de cada flor. Esta comparación nuestra es en conformidad con esta declaración, que los colores adornados de las flores surgen de los reflejos cambiantes de los siete colores de la luz del sol. Según esto, las flores también son una especie de espejos para el sol.

El Segundo es la luz y la refulgencia que, con el permiso del Creador Omnisciente, el sol le da a la luna y a los planetas. Habiendo recibido esta luz y refulgencia extensiva y universal, la luna, cuya luz es como una sombra de aquella luz, se beneficia del sol de una manera universal. Entonces su resplandor y refulgencia brilla de un modo particular sobre los mares, el aire y la tierra brillante, parcialmente sobre las burbujas del mal, las partículas traslúcidas de la tierra y las moléculas del aire.

El Tercero es, por la orden Divina, una reflexión del sol que, al hacer que el aire y la superficie de los mares sean espejos; es puro, universal y sin sombra. Entonces el sol le da a cada una de las burbujas del mal, las gotitas de agua, las moléculas de aire, y los copos de nieve, una reflexión particular y una imagen diminuta de sí mismo.

Así, de las tres formas mencionadas anteriormente, el sol otorga una refulgencia y un favor sobre cada flor, la luna, todas las gotitas y átomos; cada una tiene, a su vez, dos caminos:

El Primero es directo y sin barreras ni velos. Éste representa al camino de los profetas.

El Segundo: Aquí intervienen las barreras. A las capacidades de los espejos y lugares de manifestación, agregan color a las manifestaciones del sol. Este camino representa al camino de los evliyas.

Así, en el Primer Camino, cada uno, “Flor”, “Gotita” y “Átomo”, pueden decir: “Soy un espejo del sol de todos los mundos”. Pero en el Segundo Camino no pueden decir eso; más bien pueden decir: “Yo soy el espejo de mi propio sol, o el espejo del sol que se manifiesta en mi especie”. Porque esa es la forma en que conocen al sol. No pueden ver al sol que mira a todo el mundo; el sol de ese individuo, especie o género se le aparece dentro de los confines estrechos y bajo restricciones limitantes. Y no puede atribuirle a ese sol restringido las obras del sol no restringido, ilimitado y absoluto. Porque dentro de aquellas restricciones estrechas y aquellos confines limitados no le pueden atribuir al sol, con el testimonio certero del corazón, sus actos majestuosos como proporcionarle luz y calor a toda la faz de la tierra, despertar a la vida a las plantas y animales, y hacer que los planetas giren a su alrededor. Por cierto, incluso si aquellas tres cosas, que imaginamos que tienen conciencia, le atribuyen aquellos actos maravillosos al sol que ven bajo esas restricciones, sólo pueden hacerlo con la mente y a través de la fe, sometiéndose al hecho de que aquello que está restringido es absoluto. Mientras que estos juicios de “Flor“, “Gotita” y “Átomo“, que imaginamos que poseen razonamiento como un ser humano, es decir, que ellos le atribuyen esas obras poderosas al sol, es a través de la mente, no a través de la visión. Por cierto, a veces sus juicios referidos a la fe chocan con sus visiones sobre el cosmos. Sólo pueden creer en ellos con gran dificultad.

Ahora nosotros tres debemos entrar en esta comparación, que es estrecha para la realidad, pero que en algunas de las esquinas de aquella que se ven los miembros de la realidad y que están mezcladas con la realidad. Nosotros tres imaginaremos que somos “Flor“, “Gotita” y “Átomo“. Para la conciencia que imaginamos como insuficiente. Debemos agregar nuestras razones a las de ellos. Es decir, tal como reciben la refulgencia de su sol físico, nosotros recibiremos la refulgencia de nuestro sol inmaterial y debemos comprenderlo.

¡Entonces, mi amigo, que no has olvidado al mundo, estás preocupado por lo material y cuya alma es densa! Tú se “Flor”. “Flor” toma el color disuelto de la luz de sol, Y mezcla la imagen del sol con ese color y se viste a sí mismo de forma adornada. Porque tu capacidad se le parece también.

Entonces deja que este filósofo que ha estudiado la ciencia secular y está sumergido en las causas como el Viejo Said sea “Gotita“, que está enamorado de la luna. Porque la luna le provee la sombra de la luz que ha recibido del sol, y le da una luz a la pupila de su ojo. “Gotita” también brilla con la luz, pero sólo puede ver la luna con ella, no puede ver el sol. Más bien, sólo puede verlo a través de su fe.

Entonces, deja que este pobre hombre sea “Átomo“, que sabe que todo viene directamente de Allah Todopoderoso y considera que las causas son un velo. Él es un “Átomo” que sabe que es pobre en sí mismo. No tiene nada de qué depender como para confiar en sí mismo como “Flor”. Él no tiene ningún color a través del que tenga que mostrarse. No reconoce otras cosas que no sean a las que tenga que volver. Tiene una pureza íntegra por la que sostiene la imagen del sol directamente en la pupila de su ojo. Ahora, ya que hemos tomado el lugar de estas tres cosas, debemos considerarnos a nosotros mismos. ¿Qué tenemos? ¿Qué debemos hacer?

Así, vemos que a través de sus favores, un Ser Munificente nos está adornando, iluminando y cuidando. Y el ser humano adora a quien le otorga favores. Quiere estar cerca de quien merece ser adorado, y desea verlo. En cuyo caso, según nuestras capacidades, cada uno de nosotros viaja a través de la atracción de ese amor. Tú que eres como “Flor”, estás yendo, pero ve como una flor. Mira, te has ido. Has avanzado y avanzado hasta que alcanzaste un nivel universal, como si te hubieses convertido en todas las flores. Pero “Flor” es un espejo denso; disuelve y refracta los siete colores de la luz; esconde el reflejo del sol. No tendrás éxito en ver la faz del sol que tú amas porque los colores y las características, que están restringidas, lo dispersan, arrojan un velo sobre él y no pueden mostrarlo. En esta situación, no te puedes salvar de la separación que ocurre con la interposición de barreras.

Sin embargo, te puedes salvar con una condición, que eleves tu cabeza, que está hundida en el amor por tu propia alma, que retires tu mirada, que se glorifica y se complace con sus propios méritos y la pongas sobre la faz del sol en el cielo. Pero con la condición de que gires tu rostro que mira hacia abajo en la tierra para ganarte la vida y lo pongas en alto hacia el sol. Porque tú eres su espejo. Tu tarea es actuar como un espejo de él. Ya sea que lo sepas o no, tu sustento vendrá de todos modos de la tierra, la puerta del tesoro de misericordia.

Sí, una flor es un espejo minúsculo del sol, y el sol también es meramente un reflejo de un destello como una gota que manifiesta en los mares de los cielos el Nombre de Luz del Sol Eterno.

¡Oh, corazón del ser humano! Comprende de esto, de qué tipo de sol tú eres el espejo. Después de cumplir con esta condición, encontrarás tu perfección. Pero tal como en la verdadera realidad no puedes ver el sol de esa manera, así tampoco puedes comprender esta verdad desnuda; los colores de tus atributos les dan un color y tu telescopio nublado le impone una forma, tu capacidad limitada lo restringe.

Ahora, ¡sabio filósofo que ha entrado en “Gotita”! Has avanzado tanto como la luna con el telescopio de tu gotita de pensamiento y por la escalera de la filosofía. Has entrado en la luna. Mira, en sí misma la luna es densa y oscura; no tiene luz ni vida. Tu esfuerzo ha sido todo en vano y tu conocimiento ha resultado sin beneficio. Sólo te puedes salvar de la oscuridad de la desesperación, la desolación de la soledad, la molestia de los espíritus malignos, y los horrores de lo sombrío a través de estas condiciones: que renuncies a la noche de la naturaleza y te vuelvas a sol de la realidad, y que creas con certeza que la luz de esta noche, son las sombras de las luces del sol del día. Después de cumplir con estas condiciones, encontrarás tu perfección. Encontrarás al sol majestuoso en lugar de la luna pobre y oscura. Pero como tu amigo anterior, no podrás ver el sol con claridad; lo verás detrás de los velos con los que tu razón y tu filosofía están familiarizadas y acostumbradas, detrás de las pantallas tejidas por la ciencia y el aprendizaje, y dentro de un color conferido por tu capacidad.

Y ahora nuestro tercer amigo como un átomo, que es pobre y a la vez incoloro. Se evapora rápidamente con el calor del sol, abandona su egoísmo, se monta en el vapor y se eleva en el aire. La materia densa dentro de sí se prende fuego con la llama del amor y se transforma en luz y resplandor. Adhiere a un rayo que procede de las manifestaciones de esa luz, y se acerca a ella. ¡Oh, tú que te pareces a “Átomo”! Ya que actúas como un espejo directo del sol, sea cual fuere el nivel en el que estés, encontrarás una abertura, una ventana, que dé enteramente al mismísimo sol de una manera que te dará una visión de certeza. Y no experimentarás ninguna dificultad en atribuirle al sol sus obras maravillosas. Sin dudarlo podrás atribuirle los atributos majestuosos que merece. Nada podrá tomarte de la mano y hacer que te prives de atribuirle las obras impresionantes de su soberanía esencial. Ni la limitación de las barreras, ni las de tu capacidad, ni la pequeñez de los espejos te confundirán, ni te obligarán a oponerte a la verdad. Porque, ya que lo vez con pureza, sinceridad y directamente, has comprendido que lo que aparece en lugares de manifestación y se observa en los espejos, no es el sol sino que de alguna manera son las manifestaciones de él, y sus reflejos coloridos. Seguramente aquellos reflejos son sus títulos, pero no pueden mostrar todas las obras de su esplendor.

Así, en esta comparación, que se mezcla con la realidad, la perfección se alcanza por medio de tres caminos totalmente diferentes, que difieren en cuanto a las virtudes de aquellas perfecciones y los detalles de los niveles de testimonio. Pero en conclusión, para someternos a la Verdad y para confirmar la realidad; están de acuerdo. Tal como una persona de la noche que nunca ha visto el sol y sólo ha visto su sombra en el espejo de la luna; no puede meterse en su mente la luz resplandeciente y la gravedad impresionante propia del sol, pero le atribuye a quienes lo vieron, los imita; de modo similar, quien no puede alcanzar al máximo nivel de los Nombres como Todopoderoso y Dador de Vida a través del legado de Muhammad (PyB), acepta la resurrección de los muertos y la Gran Reunión por imitación, y declara que no es algo que se pueda comprender a través de la razón. Porque la realidad de la resurrección y del Juicio Final es la manifestación del Nombre Más Grande y del nivel supremo de ciertos otros Nombres. Aquellos cuyas miradas no pueden elevarse allí están obligados a creerlo por medio de la imitación. Mientras que aquellos cuyas mentes pueden entrar allí, ven la resurrección y el Juicio Final con tanta facilidad como el día y la noche, la primavera y el invierno, y lo acepta con confianza en el corazón.

Así, es debido a este misterio que el Corán habla de la resurrección y de la Gran Reunión en el nivel más alto y de la manera más perfecta y detallada, y nuestro Profeta (PyB), que manifestó el Nombre Más Grande, lo enseñó así. Y como lo requiere la sabiduría de la guía, los profetas anteriores no enseñaron a sus comunidades, que estaban en un nivel algo simple y primitivo, sobre la resurrección de los muertos en el nivel más alto y con los detalles más extensivos. También es debido a este misterio que algunos de quienes siguieron el camino de los evliyas no vieron o no pudieron demostrar algunos de los pilares de la fe en el nivel más grande. También es debido a este misterio que existen pronunciadas diferencias en los niveles de aquellos que tienen conocimiento de Allah. Numerosos otros misterios como estos se develan de esta verdad. Ahora, ya que esta comparación en cierta forma da a entender la verdad, y la verdad es extremadamente extensiva y profunda, nos conformaremos con la comparación, y no intentaremos con misterios que están más allá de nuestros límites y capacidad.

TERCERA RAMA: Ya que los Hadices del Profeta (PyB) que hablan de los signos del final de los tiempos, los eventos al final de los tiempos y los méritos y recompensas de ciertas acciones no se han entendido bien, algunos eruditos que confían en su razón han pronunciado algunos de ellos como débiles o falsos. Mientras que algunos eruditos cuya fe era débil pero cuyo egoísmo era fuerte han ido más allá y llegaron a negarlos. Por ahora no intentaremos entrar en ninguna discusión detallada, pero sólo explicaremos doce “Principios”.

Primer Principio: Es un asunto que hemos explicado en la pregunta y la respuesta al final de la Palabra Veinte. Su resumen es este: La religión es un examen, una prueba, que distingue a los espíritus elevados de los viles. En consecuencia habla de asuntos que todos deben ver con sus ojos en el futuro de tal modo que no permanezcan desconocidos ni sean evidentes para que todos se vean obligados a confirmarlos. La religión abre la puerta de la razón pero no quita la voluntad de la mano. Porque si un signo del Último Día apareciera de forma completamente obvia y todos fueran obligados a afirmarla, entonces una posición como la del carbón sería igual a la de los diamantes. El misterio de la aceptación por voluntad propia y el resultado del examen serían para nada. Es por esto que ha habido mucha disputa sobre muchos asuntos como el del Mahdi y Sufián.

Además, las narraciones difieren mucho; se han convertido en pronunciamientos que se contradicen entre sí.

Segundo Principio: Existen varios niveles en los asuntos del Islam. Si uno requiere cierta prueba, para otro la opinión que prevalece es suficiente. Otros requieren del mero asentimiento, de la aceptación y de no ser rechazados. En cuyo caso, los asuntos secundarios o los eventos particulares en su momento que no están dentro de las bases de la fe no requieren de cierta conformidad y prueba definitiva, sólo para no ser rechazados, para ser atribuidos y que no se interfieran.

Tercer Principio: En la época de los Compañeros del Profeta (PyB), la mayoría de los eruditos judíos y cristianos abrazaron el Islam, y sus conocimientos previos se convirtieron en musulmanes al igual que ellos. Parte de sus conocimientos previos que se contradecía con la verdad se consideró como parte del Islam.

Cuarto Principio: Algunas de las palabras de los narradores de hadices o los significados que ellos dedujeron se consideró como parte de los textos de hadices en sí mismos. Sin embargo, ya que el ser humano no está libre de faltas, algunas de sus deducciones o palabras que se contradecían con la verdad se consideraron como hadices y se pronunciaron como débiles.

Quinto Principio: Según el significado de: اِنَّ ﯺﰍ اُمَّت۪ى مُحَدَّثُوـنَـ

Entre mi comunidad hay transmisores de hadices, es decir, significa مُلْهَمُوـنَـ “quienes están inspirados”,[5] algunos de los significados que se obtienen a través de las inspiraciones de los eruditos de los hadices relatados que siguieron el camino del descubrimiento y los evliyas se consideraron como hadices. Mientras que, debido a ciertas obstrucciones, la inspiración de los evliyas puede estar equivocada. Así, algunos que se contradigan con la verdad pueden surgir de esto.

Sexto Principio: Existen ciertas historias que, al haberse vuelto conocidas universalmente, se han convertido en proverbios. Sus verdaderos significados no son tenidos en cuenta. Porque cualquiera sea el propósito por el que fueron divulgados, eso es lo que se considera. Así, algunas historias y fábulas que se han vuelto muy conocidas entre la gente de esta manera, el Noble Mensajero de Allah (PyB) las dijo en forma de comparaciones y metáforas con el propósito de guía. Si hay algún error en los verdaderos significados de este tipo de asuntos, es por las costumbres y tradiciones de la gente, y la forma en que han sido pasadas entre sí.

Séptimo Principio: Existen muchos símiles y parábolas que con el paso del tiempo o al pasar de la mano del aprendizaje a la mano de la ignorancia se consideran como un hecho físico y se han vuelto erróneas. Por ejemplo, dos ángeles de Allah en el Mundo de las Similitudes llamados “El Buey” y “El Pez”,[6] que están dentro de los supervisores de los animales de la tierra y del mar y están representados por un buey y un pez, se consideraron como un buey enorme y un pez físico, y el hadiz fue erróneamente interpretado. Y por ejemplo, una vez en presencia del Profeta (PyB) se escuchó un profundo estruendo. El Mensajero de Allah (PyB) decretó: “Ese es el sonido de una roca que ha estado rodando cuesta abajo por setenta años y recién ahora ha golpeado el fondo del Infierno”[7]. Así, alguien que escuchó este hadiz y que no sabe que la verdad puede desviarse a la negación. Pero entonces, veinte minutos después de que fue dicho ese hadiz fue establecido definitivamente, porque alguien vino y le dijo al Mensajero de Allah (PyB): “El famoso falsificador murió hace veinte minutos”. El Mensajero de Allah (PyB) había descrito de modo muy elocuente cómo los setenta años de vida de incredulidad del falsificador habían sido un descenso continuo a lo más bajo de lo bajo como una piedra del Infierno. Allah Todopoderoso había provocado ese estruendo para que se oyera en el momento de su muerte y le había dado un signo.

Octavo Principio: En este campo de prueba y lugar de examen, Allah Todopoderoso, el Omnisciente, oculta la mayoría de las cosas en el medio de numerosas otras más, y esto está atado a muchos propósitos, beneficios e instancias de sabiduría. Por ejemplo, Él ha escondido la Noche del Decreto en todo el mes de Ramadán, y la hora cuando las oraciones son respondidas en el viernes sagrado, y los evliyas bien aceptados entre la gente en general, y la hora señalada en la vida de una persona, y el momento del Día Final en la vida del mundo[8]. Porque si el momento de la muerte de una persona se hubiera especificado, la primera mitad de su vida pasaría en absoluto descuido y la segunda, en horror, como yendo paso a paso a la horca. Mientras que para que el equilibrio entre este mundo y el próximo se preserve, y para permanecer por siempre entre la esperanza y el temor, vivir y morir tiene que ser posible a cada momento. En cuyo caso, veinte años de vida incierta son preferibles a mil años de vida que están especificados.

Así, el Último Día es la hora señalada del mundo, el gran ser humano. Si el momento se hubiese especificado, todas las edades tempranas y medias se hubieran hundido en absoluto descuido, y los últimos siglos, en horror. Tal como en su vida personal el ser humano está preocupado por la continua existencia de su hogar y ciudad, así también en su vida social y como un miembro de la humanidad está preocupado con la continua existencia de la tierra y el mundo. El Corán dice:

اِقْتَرَبَتِ السَّاعَةُ [9] Es decir, el Día Final está cerca. Que no haya venido después de mil o tantos años no niega su cercanía. Porque el Día Final es la hora señalada del mundo, y en relación a la vida del mundo uno o dos mil años son como uno o dos días o minutos en relación a un año. La Hora del Día Final no es sólo la hora señalada de la humanidad que deba ser relacionada a ella y vista como distante. Es por esto que el Absolutamente Sabio oculta el Día Final en Su conocimiento entre las “Cinco Cosas Ocultas“. Es debido al misterio de este ser oculto que cada época, incluidas la Época de la Dicha y la Época del Profeta (PyB) que comprendieron la verdad, la gente ha temido por el fin del mundo. Algunas personas incluso dijeron que casi todas las condiciones habían aparecido[10].

Así, la gente injusta que no sabe esta verdad dice: “¿Por qué los Compañeros del Profeta con sus corazones atentos y sus vistas buenas, que habían aprendido todos los detalles del Más Allá, supusieron que un hecho que ocurriría mil cuatrocientos años más tarde estaría cerca de su siglo, como si sus ideas se hubiesen desviado mil años de la verdad?”

La Respuesta: Porque, a través de la refulgencia de la conversación del Profeta (PyB), los Compañeros pensaron en el Más Allá más que nadie, y sabiendo de la trascendencia del mundo y comprendiendo la sabiduría Divina en que la hora del Día Final sea vaga, ellos asumieron una posición de estar siempre a la espera de la hora señalada del mundo como la hora señalada de una persona y trabajaron seriamente por el Más Allá. Que el Noble Profeta de Allah (PyB) repitiera: Esperen el Día Final. Espérenlo,[11] fue una guía profética que surgió de esta sabiduría, no fue un pronunciamiento de revelación relacionado al momento específico en que ocurriría ni estaba muy lejos de la verdad. La causa es una cosa y la sabiduría es otra. Así, los Hadices del Profeta (PyB) de este tipo surgen de la sabiduría de lo oculto.

También es por este misterio que esperaban a los individuos que vendrán al final de los tiempos como el Mahdi y Sufián muy anticipadamente, e incluso en la época de la generación que sucedió al Profeta, y esperaban vivir lo suficiente para verlos. Algunos de los evliyas, incluso dijeron que habían pasado. Como el fin del mundo, la sabiduría Divina requiere que las épocas de estos individuos tampoco sean específicas. Porque todos los tiempos y cada época necesitan del significado del Mahdi, porque él fortalece la fuerza espiritual y salva a la gente de la desesperación. Cada siglo debe tener una parte de este significado. Para que la gente no siga descuidadamente al mal y que las riendas del alma maligna no queden libradas a la indiferencia, cada siglo los individuos temerosos que vinieron a liderar conflictos deben ser echados atrás y temidos. Si se los hubiese especificado, los beneficios de la guía general se hubieran perdido.

Ahora, la diferencia de las narraciones sobre los individuos como el Mahdi, y su significado, es esta: aquellos que expusieron los hadices aplicaron el texto de los hadices a sus propias interpretaciones y comentarios. Por ejemplo, ya que el centro del califato en ese momento era Damasco o Medina, imaginaron los eventos relacionados con el Mahdi y Sufián en lugares como Basra, Kufa y Siria, que eran las regiones de aquellos centros y los expusieron en consecuencia. Además, imaginaron que las obras poderosas que pertenecían a la identidad colectiva o a la comunidad que aquellos individuos representan estaban en sus personas y las expusieron de esa manera, para que les asignaran una forma por la cual, cuando aquellos individuos extraordinarios aparecieran, todos los reconocerían. Sin embargo, como dijimos, este mundo es el campo de prueba. La puerta está abierta a la razón, pero la voluntad no es quitada de la mano. Entonces, cuando aquellos individuos, e incluso el terrible Dayál, aparezcan, mucha gente e incluso él mismo no sabrán al principio que él es el Dayál. Aquellos individuos del fin de los tiempos se darán a conocer a través de de la luz de la fe.

Se narra en un hadiz sobre el Dayál, que es uno de los signos del final de los tiempos: “Su primer día es como un año, su segundo día es como un mes, su tercer día es como una semana, y su cuarto día es como los otros días. Cuando él aparezca, el mundo oirá. Viajará por el mundo en cuarenta días” [12]. Algunas personas injustas han dicho sobre esta narración que es imposible, Allah no lo permita, y han llegado incluso a negarla y declararla como nula. Mientras que,

وَالْعِلْمُ عِنْدَاللّٰهُ y el conocimiento de esto está con Allah, la realidad debe ser así: Indica la aparición de un individuo del Norte que vendrá a liderar una gran corriente que surgirá de las ideas impías del naturalismo, en el Norte, donde el mundo de la incredulidad es más denso, y que negará la divinidad. Existe una instancia de sabiduría en esto, porque en las latitudes cercanas al Polo Norte todo el año es un día y una noche; hay seis meses de noche y seis meses de día. “Un día del Dayál es un año” alude a que su aparición será cerca de esas latitudes. “Su segundo día es un mes” significa que al pasar en esta dirección desde el norte, a veces sucede que por un mes en el verano el sol no se pone. Esto sugiere que el Dayál surgirá en el norte e invadirá hacia el sur contra el mundo civilizado. Al atribuirle el día al Dayál, señala esto: Llega más lejos en esta dirección, y el sol no se pone por una semana, y así continúa hasta que hay tres horas entre su salida y su puesta. Mientras estuve como prisionero de guerra en Rusia, yo estuve en un lugar así. Cerca nuestro había un lugar donde el sol no se puso por una semana. Solían ir allí a verlo. En cuanto a la parte que dice “Cuando el Dayál aparezca, todo el mundo oirá de él”, la radio y el telégrafo han resuelto esto. En cuanto a su viaje por el mundo en cuarenta días, los trenes y aviones, que son sus monturas, lo han resuelto. Negadores que antes consideraban estas dos declaraciones como imposibles, ¡ahora las ven como comunes y corrientes!

Ya que en otros tratados he escrito en detalle sobre Gog y Magog y la Barrera, que están dentro de los signos del fin de los tiempos, refiero a los lectores a ellos y aquí sólo digo esto: existen narraciones que establecen que las tribus conocidas como los manchúes y mongoles, que arrojaron a la sociedad humana al caos y que fueron la causa de la construcción de la Gran Muralla China, volverán a dar vuelta a la civilización humana cerca del Día Final con una idea como la anarquía.

Algunos ateos dicen: “¿A dónde están las tribus que realizan estos actos extraordinarios y que los realizarán?”

La Respuesta: Una calamidad como las langostas aparecen en una estación en grandes cantidades, luego del cambio de estaciones, aquellas numerosas tribus que perturban el país consignan su realidad a sólo algunos individuos limitados. Luego, cuando el momento llega, por orden Divina, grandes cantidades aparecen de aquellos individuos limitados y se embarcan en la misma corrupción. Como si la realidad de su identidad nacional disminuyera pero no se destruyera, y cuando el momento llega, resurge. De la misma manera, esas mismas tribus que dieron vuelta el mundo en una época, cuando llegue el momento, darán vuelta a la civilización humana con el permiso Divino. Pero lo que los obligue será de una forma diferente.

لَا  يَعْلَمُ الْغَيْبَ اِلَّا اللّٰهُ  Nadie conoce lo Oculto excepto Allah.

Noveno Principio: Los resultados de algunas de los asuntos de la fe miran hacia este mundo restringido y estrecho, mientras que otros miran hacia el mundo del Más Allá, que es amplio y absoluto. Para darles el efecto apropiado ya sea para incentivar o refrenar, algunos hadices sobre los méritos y recompensas de las acciones están en un estilo elocuente, y algunas personas descuidadas han pensado que son exagerados. Sin embargo, ya que todos son pura verdad y realidad, no hay exageración ni engrandecimiento en ellos.

Por ejemplo, hay un hadiz que ha preocupado las mentes de los injustos más que nada. Su significado es:

لَوْ وُزِنَتِ الدُّنْيَا عِنْدَ اللّٰهِ جَنَاحَ بَعُوضَةٍ مَا شَرِبَ الْكَــافِرُ مِنْهَا جُرْعَةَ مَٓاءٍ

Si el mundo tuviera tanto valor como el ala de un mosca para Allah Todopoderoso, los incrédulos no hubieran tenido ni siquiera un sorbo de agua de él”.[13] La realidad es esta: la frase عِنْدَ اللّٰهِ para Allah Todopoderoso se refiere al reino eterno. Sí, ya que una luz del reino eterno al punto de un ala de una mosca dura por siempre, es más grande que una luz temporaria que llena la faz de la tierra. Eso significa que no es que el mundo enorme es igual al ala de una mosca, pero que el mundo privado de cada uno se sitúa dentro de sus cortas vidas, no es igual a una refulgencia y benevolencia Divinas y eternas al punto de un ala de una mosca del reino eterno.

Además, el mundo tiene dos caras, en realidad, tres caras. Una es los espejos de los Nombres de Allah Todopoderoso, otra mira hacia el Más Allá y es su campo fértil, y la tercera mira hacia la trascendencia y la inexistencia. Esto es el mundo de los desviados que no es acorde a las cosas que complacen a Allah como sabemos. Es decir, no se refiere al mundo vasto, los espejos de los Más Bellos Nombres, y que consiste de las misivas del Eternamente Adorado, y que es la labranza del Más Allá, sino que al mundo de aquellos que adoran el mundo, que se opone al Más Allá y que es la fuente de todos los males y la vertiente de las calamidades, no vale ni una partícula eterna que se les dará a los creyentes en el Más Allá. Así, ¿cómo puede compararse el camino que entienden los ateos injustos con esta verdad tan seria y veraz? ¿Qué tiene que ver con esto el significado que aquellos ateos creyeron que era el más exagerado y engrandecido?

Y, por ejemplo, algunas otras narraciones que los ateos injustos creyeron una exageración e incluso un engrandecimiento imposible son las que se refieren a las recompensas por las acciones y los méritos de algunas de las suras del Corán. Por ejemplo, hay narraciones que “el mérito de la Sura Al Fatiha es igual al del Corán”[14]. Y, “Sura al-Ijlás es igual a un tercio del Corán” [15], “Sura al-Zilzal, un cuarto” [16], “Sura al-Kafirun, un cuarto”[17], “Sura Ya. Sin., diez veces el Corán”[18]. La gente injusta y descuidada ha dicho que esto es imposible porque la Sura Ya. Sin. y las otras suras meritorias están dentro del Corán, lo que lo hace un sinsentido.

La Respuesta: Es real porque cada una de las letras del Sabio Corán es un mérito. Cada una es una buena acción. Por la gracia Divina los méritos de aquellas letras hacen brotar y producen a veces diez, a veces setenta, y a veces setecientos méritos como las letras de Ayat al-Kursi. A veces producen mil quinientos, como las letras de la Sura al-Ijlás, y a veces diez mil, como las aleyas recitadas en Laylat al-Bara’a y aquellas que coinciden con otros momentos aceptables. A veces producen treinta mil, como las aleyas recitadas en la Noche del Decreto, que son como semillas de amapolas en su multiplicidad. La indicación de que la noche es equivalente a mil meses hace comprender que en esa noche una letra tiene treinta mil méritos. Definitivamente, el Sabio Corán con sus múltiples recompensas no se mide ni se puede medir. En realidad, se puede comparar con sus recompensas básicas y algunas de las Suras.

Por ejemplo, imaginemos que hay un campo sembrado con maíz y salen de él mil plantas. Si algunas semillas producen siete brotes, de cada brote salen cien granos, entonces una sola semilla se convierte en el equivalente de dos tercios de todo el campo. Por ejemplo, si una semilla produce diez brotes, cada uno produce doscientos granos, entonces una sola semilla es el equivalente a dos veces el campo original. Tú puedes hacer más analogías de la misma manera.

Ahora, imaginemos que el Sabio Corán es un campo luminoso, sagrado y celestial. Cada una de sus letras junto con su mérito original es como una semilla. Sus brotes no se tomarán en cuenta. Ellas pueden compararse con las suras y aleyas sobre las que hay narraciones relacionadas con sus méritos, como Ya. Sin., Fatiha, Kafirun, Zilzal. Por ejemplo, el Corán tiene trescientas mil seiscientas veinte letras, y la sura al-Ijlás junto con Bismillah, tiene sesenta y nueve, que multiplicado por tres, son doscientas siete letras. Es decir, las recompensas de cada letra de la sura al-Ijlás son casi mil quinientas. Así, si las letras de la sura Ya. Sin. se calculan y comparan con todas las letras del Sabio Corán, y luego se las multiplica por diez, se produce el siguiente resultado: cada letra de la sura Ya. Sin. tiene cerca de quinientos méritos. Es decir que se pueden calcular esa cantidad de buenas obras. Y entonces, si aplicas esto a las otras, comprenderás qué verdad sutil, delicada y sin exageración es.

Décimo Principio: Como con la mayoría de otros tipos de seres, entre las obras y los actos de la humanidad hay algunos que son extraordinarios, que si hubiesen sido buenas obras, hubieran sido la causa de orgullo de la humanidad. De lo contrario, han sido la causa de su vergüenza. También, están ocultos. Es como si cada uno se convierte en una identidad colectiva, un objetivo imaginario. Otros actos u obras tratan de imitarlos y es posible. Es decir, al ser absoluta e indefinida, es posible que esa obra tan perfecta y extraordinaria esté presente en todas partes. En cuanto a esta indefinición, según la lógica, su universalidad puede plantearse en forma de una proposición posible. O sea, es posible que cada acto produzca el siguiente resultado: por ejemplo, “Quienquiera que realice dos rak’ats de oración en tal o cual momento, ha realizado lo equivalente a la Peregrinación” [19]. Es así de cierto que en ciertos momentos dos rak’ats de oración pueden ser equivalentes a la Peregrinación. Debido a su universalidad, este significado puede aplicarse a todas las oraciones de dos rak’ats. Eso significa que a lo que se refieren las narraciones de este tipo no es en realidad continuo y universal, porque ya que hay condiciones de aceptación, rechaza el ser continuo y universal. En realidad o bien es temporario y absoluto o posible y universal. Es decir, la universalidad en este tipo de hadiz está relacionada a la posibilidad. Por ejemplo, Las murmuraciones son como un asesinato[20]. Esto significa que hay una clase de murmuraciones que es más dañina que un veneno mortal. Y por ejemplo, “Una buena palabra es una obra tan buena como liberar a un esclavo[21].  Aquí, para alentar y refrenar, señala la posibilidad de que ese individuo perfecto e indefinido esté presente en todas partes en forma absoluta como si en realidad fuese el caso, así provoca entusiasmo por lo bueno y asco por lo malo. Además, las cosas del mundo eterno no se pueden medir en la escala de este mundo. Lo más grande aquí no se iguala a lo más mínimo allí. Porque los méritos de las acciones miran a ese mundo, nuestro punto de vista mundanal es estrecho para ellos. No podemos hacerlos entrar en nuestras mentes. Por ejemplo,

مَنْ قَرَاَ هٰذَا اُعْطِىَ لَهُ مِثْلُ ثَوَابِ مُوسٰى وَهَارُونَ Quienquiera que lea esto obtiene la recompensa de Moisés y de Aarón. Es decir:

اَلْحَمْدُ ِللّٰهِ رَبِّ السَّمٰوَاتِ وَرَبِّ الْاَرَض۪ـينﭯ ﱳ رَبِّ الْعَالَم۪ـينﭯ وَلَهُ الْكِـبْرِيَٓاءُ ﯺﰆ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضِ وَهُوَ الْعَز۪يزُ الْحَك۪ــيمُ ﱳ اَلْحَمْدُ لِلّٰهِ رَبِّ السَّمٰوَاـتِـ وَرَبِّ الْاَرَض۪ـينﭯ ﱳ رَﮒﯘﯗ الْعَالَم۪ـينﭯ وَلَهُ الْعَظَمَةُ ﯺﰆ السَّمٰوَاـتِـ وَالْاَرْضِ وَهُوَ الْعَز۪يزُ الْحَك۪ــيمُ ﱳ وَلَهُ الْمُلْكُ رَبُّ السَّمٰوَاتِ وَهُوَ الْعَز۪يزُ الْحَك۪ــيمُ ﱳ

Todas las alabanzas sean para Allah, Sustentador de los cielos y Sustentador de la tierra. Sustentador de todos los mundos, Suyo es el poder en los cielos y en la tierra, y Él es el Poderoso, el Sabio. Todas las alabanzas sean para Allah, Sustentador de los cielos y Sustentador de la tierra, Sustentador de todos los mundos, y Suya es la sublimidad de los cielos y de la tierra, y Él es el Poderoso, el Sabio. Y Suya es la soberanía, Sustentador de los cielos, y Él es el Poderoso, el Sabio.

Lo que más atrajo la atención de los injustos y de los descuidados son las narraciones como estas. La realidad es:

Con nuestra mente estrecha y nuestros cortos puntos de vista en este mundo, sabemos cuánto imaginamos que son las recompensas de Moisés y Aarón (la paz sea con ellos). La recompensa que el Absolutamente Compasivo le dará a uno de Sus siervos infinitamente necesitado en el mundo de la eternidad y felicidad duradera, a cambio de una sola invocación puede igualarse a la recompensa de aquellos dos, pero se iguala a las recompensas como las concebimos y suponemos que son.

Por ejemplo: Un hombre primitivo y burdo que nunca ha visto al rey y no sabe de la majestuosidad de su gobierno, se imagina un señor en un pueblo, y con sus ideas limitadas piensa que el rey es una versión más exaltada que el señor. Hace mucho tiempo incluso con nosotros hubo una tribu ingenua que solía decir: “Nuestro señor sabe lo que el Sultán hace mientras cocina su sopa en una cacerola”; se imaginaban al Sultán en una situación tan estrecha y en una forma tan común como cocinando su propia sopa de trigo; imaginaban que él tenía la majestuosidad de un capitán. Ahora, si alguien le dijera a esa tribu: “Si haces este trabajo para mí hoy, te daré tanta majestuosidad como crees que tiene el Sultán, y te daré un rango tan alto como un capitán”. Decir esto está bien, porque de la majestuosidad del reinado, lo que entra dentro de los estrechos límites de sus ideas es sólo la majestuosidad de un capitán.

Así, con nuestros puntos de vista mundanales y nuestras mentes estrechas, no podemos pensar tanto como ese hombre primitivo sobre las recompensas que miran hacia el Más Allá. No es equivalente de las verdaderas recompensas de Moisés y de Aarón (p.), porque según la regla de los símiles y las comparaciones, lo desconocido se compara con lo conocido; la verdadera recompensa, que es desconocida, porque una invocación de uno de los siervos creyentes de Allah se compara con las recompensas que conocemos y suponemos. Además, la superficie del mar y la pupila del ojo de una gotita son iguales en cuanto a que sostienen el reflejo completo del sol. La diferencia está sólo en la cualidad. La naturaleza de la recompensa reflejada en los espejos de los espíritus, como océanos de Moisés y de Aarón (p.), es exactamente la misma en cuanto a su naturaleza, como la recompensa que un siervo creyente, que es como una gotita, recibe de la aleya del Corán. En naturaleza y cualidad, son lo mismo, ya que su cualidad depende de la capacidad.

También, a veces sucede que una sola palabra, una sola glorificación, abre un tesoro de felicidad que no se había abierto ni con sesenta años de servicio. Es decir, a veces sucede que una sola aleya puede ser tan beneficiosa como el Corán. También, la refulgencia Divina que el Noble Mensajero de Allah (PyB), quien manifestó el Nombre Más Grande, recibió de una sola aleya, pudo haber sido tanta como toda la refulgencia que recibió uno de los otros profetas. Y no sería contrario a la verdad si se dijera que un creyente que a través del ‘legado de la profecía’ manifiesta la sombra del Nombre Más Grande, recibe según su propia capacidad y en cuanto a cualidad, una recompensa tan grande como la refulgencia de un profeta. Además, la recompensa y el mérito vienen del mundo de la luz, y un mundo de ese mundo puede estar contenido en una manchita. Tal como los cielos y todas sus estrellas pueden aparecer en un diminuto fragmento de vidrio, así también la recompensa luminosa y el mérito como los cielos pueden situarse en una invocación o en una aleya que adquiere transparencia a través de la pura intención.

Conclusión: ¡Oh, ser humano injusto, descuidado, egocéntrico, que pone reparos y cuya fe es débil y la  filosofía, fuerte! Considera estos Diez Principios, ¡entonces no uses como pretexto una narración que pensaste que era contraria a la verdad y definitivamente opuesta a la realidad, ni señales con el dedo de la objeción a los hadices, así contradiciendo al Noble Mensajero (PyB) libre de pecados! Porque, primero, diez asuntos de estos Diez Principios te harán renunciar a la negación; dicen: “Si hay alguna falla, es nuestra”, no puede referirse a los hadices. También dicen: “Si la falla no es real, surge de tu malentendido”.

En breve: si uno se embarca en la negación y en el rechazo, entonces primero tiene que negar estos Diez Principios y mostrarlos como falsos. Ahora, si eres justo, después de reflexionar sobre estos Diez Principios con debida atención, ¡no intentes negar un hadiz que tu razón considera contraria a la verdad! Di: “Debe haber alguna explicación, o una interpretación, o una exégesis de esto”, y no lo critiques.

Undécimo Principio: Tal como el Corán tiene aleyas oscuras que necesitan de interpretación o si no requieren de absoluta sumisión, los hadices también contienen dificultades como las oscuridades del Corán. A veces necesitan de una exposición e interpretación extremadamente cuidadosa. Los ejemplos anteriores pueden ser suficientes para ti.

Sí, alguien que está despierto interpreta el sueño de otro que está durmiendo, y a veces uno que está durmiendo escucha las palabras que dicen los que están despiertos cerca de él pero, les da un significado y las interpreta de un modo que se aplica a su propio mundo de sueño. ¡Oh, persona injusta por el sueño del descuido y la filosofía! No niegues en tu sueño lo que Uno vio, quien manifestó el significado de:

مَا زَاغَ الْبَصَرُ وَمَا طَغٰى [22]No se desvió la mirada ni se propasó”, y

تَنَامُ عَيْن۪ى وَلَا  يَنَامُ قَلْب۪ى “Mi ojo duerme, pero mi corazón no duerme”[23], y quien estaba en verdad despierto y atento, interprétalo. Sí, si un mosquito pica a alguien que está dormido, a veces sueña que ha recibido heridas terribles en una guerra y esto tiene una realidad en el sueño. Si fuera cuestionado, diría: “Verdaderamente he sido herido. Las armas y los rifles me dispararon”. Aquellos que estén sentados a su lado se ríen de su angustia en el sueño. Así, el punto de vista manchado de sueño del descuido y del pensamiento filosófico ciertamente no puede ser el criterio para las verdades de la profecía.

Duodécimo Principio: Ya que la misión profética, la afirmación de la unidad Divina y la fe; todas miran hacia la unidad, el Más Allá y la Divinidad, ellas ven la verdad según eso. Mientras que los filósofos y científicos miran hacia la multiplicidad, las causas y la naturaleza, y ven en consecuencia; sus puntos de vista son extremadamente distantes entre sí. El objetivo más grande de la gente de la filosofía es tan pequeño e insignificante que es imperceptible entre los objetivos de los eruditos de la religión y la teología.

Es debido a esto que los científicos han avanzado mucho en las explicaciones detalladas de la naturaleza de los seres y sus estados diminutos, pero están muy atrasados con las excelsas ciencias Divinas y las ciencias relacionadas con el Más Allá, que son la verdadera sabiduría y el conocimiento, están más atrasados que un creyente muy común. Quienes no comprenden este misterio suponen que los eruditos investigadores del Islam están relativamente atrasados en comparación con los filósofos. Pero, ¿cómo pueden aquellos cuyas mentes no ven más allá de sus ojos y están sumergidos en la multiplicidad; alcanzar a aquellos que siguen elevados objetivos sagrados a través del ‘legado profético’?

Además, cuando algo se considera desde dos puntos de vista, muestra dos verdades diferentes, y los dos pueden ser verdad. No hay hecho de la ciencia que pueda tocar las sagradas verdades del Corán. La corta mano de la ciencia no puede llegar hasta su bastilla sublime y pura. Mencionaremos un ejemplo para ilustrar esto:

Si el globo terráqueo se considerara desde el punto de vista de los científicos, sería como un planeta mediano que gira alrededor del sol en medio de infinitas estrellas y así se lo vería muy pequeño. Pero como se explica en la Palabra Quince, si se considera desde el punto de vista de la gente del Corán, su realidad es esta: ya que el ser humano, el fruto del mundo, es un milagro del poder Divino muy abarcativo, muy maravilloso, muy impotente, muy débil y muy sutil, la tierra, su cuna y morada, es en relación al significado y el arte, el corazón y el centro del universo; a pesar de su pequeñez y bajeza en relación a los cielos, es la muestra y la exhibición de todos los milagros del arte Divino; el lugar de reflexión y punto de foco de las manifestaciones de todos los Nombres Divinos; el lugar de muestra y reflexión de la actividad soberana infinita; el medio y el mercado de ilimitada creatividad Divina y en especial la creación munificente de las numerosas especies de plantas y pequeños animales; y el lugar en menor medida de las muestras y los seres de los mundos amplios del Más Allá; es un telar que trabaja rápido para tejer telas eternas; el lugar que cambia rápidamente produciendo vistas para los panoramas eternos; y el campo fértil y el almácigo estrechos y temporarios produciendo rápidamente las semillas para los jardines eternos.

Es por esta inmensidad de significado e importancia del arte de la tierra que el Sabio Corán – como una fruta diminuta del vasto árbol – considera igual a todos los cielos, como sosteniendo un corazón diminuto equivalente a un cuerpo enorme. Lo ubica en un platillo de la balanza y ubica a todos los cielos en la otra, y repetidamente dice:

رَبُّ السَّمٰوَاتِ وَالْاَرْضِ Sustentador de los cielos y de la tierra. Compara otros asuntos con este y comprende que las verdades oscuras y desalmadas de la filosofía no pueden chocar con las verdades vivas y brillantes del Corán. Ya que el punto de vista es diferente, parecen diferentes.

[1] Corán, 20:8

[2] Incluso, un día observe a los gatos; todo lo que hacían era comer, jugar y dormir. Me pregunté: ¿cómo es que estos pequeños monstruos que no cumplen ninguna tarea son reconocidamente bendecidos? Más tarde, me acosté a dormir a la noche. Miré; uno de los gatos había venido. Se acostó sobre mi almohada y puso su boca en mi oído, y murmuró: Ya Rahim Ya Rahim“¡Oh, Compasivo! ¡Oh, Compasivo!” de manera muy clara y en mi cara, como si refutara en nombre de su especie la objeción y el insulto que se me había ocurrido. Luego se me ocurrió lo siguiente: me pregunto si esta recitación es particular a este gato, o será en general entre los gatos. Y, ¿es sólo un objetor injusto como yo quien lo oye o cualquiera que escuche con cuidado puede oírlo?

A la mañana siguiente escuché a los otros gatos; no con tanta claridad, pero con algunas variantes estaban repitiendo la misma invocación. Primero, “¡Oh, Compasivo!” se llegaba a discernir después de sus ronroneos. Luego, gradualmente sus ronroneos y maullidos se volvieron iguales a “¡Oh, Misericordioso!” Se convirtió en una recitación no articulada, elocuente y triste. Cerraban sus bocas y pronunciaban un delicado “¡Oh, Compasivo!”.

Les relaté la historia a los hermanos que me visitaban, y ellos escucharon con cuidado también, y dijeron que lo oyeron hasta cierto punto. Más tarde me pregunté cuál era la característica especial de este Nombre, y por qué lo recitaban como los humanos y no en la lengua de los animales. Luego le comunicó a mi corazón que ya que estos animales son muy delicados y mimados como niños y son amigos de los seres humanos, necesitan de mucha bondad y compasión. Cuando se los acaricia y se les presta atención como a ellos les gusta, como alabanza y agradecimiento por la bendición, no como los perros, ellos lo proclaman la misericordia de su Creador Compasivo en sus propios mundos. Ellos le advierten a los seres humanos en el sueño del descuido, y a través de su grito de “¡Oh, Compasivo!”, ellos le recuerdan a aquellos que adoran las causas de Quién es que viene esa ayuda y de Quién se debe esperar la misericordia.

[3] Corán, 114:1-4

[4] También hay tres grupos en cada nivel. Las tres cosas que se dan como ejemplo en la comparación se apoyan en estos tres grupos que están en cada nivel. Por cierto, se apoyan en nueve grupos, no en los tres niveles.

[5] Bukhari, iii, 211; v, 15; Muslim, iv, 184; al-Hakim, al-Mustadrak, iii, 86; Ibn Hibban, ix, 21.

[6] Suyuti, al-Durr al-Manthur, vi, 249; al-Hakim, al-Mustadrak, iii, 588; iv, 120, 203.

[7] Muslim, iv, 3184, No: 2844; 2145, No: 2782; Musnad, ii, 271; iii, 341, 346, 360.

[8] Ibn Hajar, Munabihhat, 25.

[9] Corán, 54:1

[10] al-Hakim, al-Mustadrak, iv, 545, 549; Musnad, ii, 298, 299.

[11] Tirmidhi, Fitan, 39.

[12] Muslim, iv, 2252, No: 110; Musnad, iii, 367; vi, 181; al-Hakim, al-Mustadrak, vi, 530.

[13] Tirmidhi, Zuhd, 13; Ibn Maja, Zuhd, 3; al-Hakim, al-Mustadrak, iv, 306.

[14] Bukhari, Tafsir Sura, i, 1; xv, 3; Fada’il al-Qur’an, 9; Tirmidhi, Thawab al-Qur’an, 1.

[15] Tirmidhi, Thawab al-Qur’an, 10, 11; Ibn Maja, Adab, 52.

[16] Tirmidhi, Thawab al-Qur’an, 9; Musnad, iii, 147, 221.

[17] Tirmidhi, Thawab al-Qur’an, 9; Musnad, iii, 147, 221.

[18] Tirmidhi, Thawab al-Qur’an, 7; Darimi, Fada’il al-Qur’an, 21.

[19] Kanz al-‘Ummal, vii, 808; Tabarani, al-Mu’jam al-Kabir, 7740.

[20] Musnad al-Firdaws, iii, 116, 117.

[21] al-Manzari, al-Targhib wa’l-Tarhib, iii, 421, 434; Kanz al-‘Ummal, iii, 589.

[22] Corán, 53:17

[23] Bukhari, Tahajjud, 16; Tarawih, 1; Manaqib, 24; Tirmidhi, Adab, 86; Musnad, i, 274.