PALABRA VEINTISÉIS

Introducción

 

Numerosas aleyas del Corán, como:

وَلَا رَطْبٍ وَلَا يَابِسٍ اِلَّا ﯺﰍ كِــتَابٍ مُب۪ـينﭰ

“Ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro”. (Corán, 6:59)

Establecen con claridad que antes de existir y después de que deje de existir, todo está escrito. A través de los signos del Corán poderoso sobre la creación, el orden, el equilibrio, la regularidad, el embellecimiento, la diferenciación y la forma, inscritos por el poder Divino y llamados ‘el universo’ que confirma estas afirmaciones del Corán. Por cierto, las misivas bien ordenadas y aleyas equilibradas delicadamente del libro del universo atestiguan que todo está escrito. La indicación de que todo está determinado y escrito antes de que exista es todos los comienzos, las semillas, las proporciones medidas, y las formas; cada uno da testimonio de esto. Porque las semillas y los granos son contenedores sutiles que aparecen de la mesa de trabajo de “¡Se! Y es” en cada uno de los cuales está depositado un índice diminuto trazado por el Decreto Divino. El poder Divino emplea partículas diminutas según ese plan del Decreto Divino, y construye los milagros poderosos de poder sobre las semillas. Todo lo que le pasará al árbol es como si estuviera inscrito en su semilla. Porque con respecto a su sustento, las semillas son simples y similares unas de otras; materialmente no son nada.

Además, las proporciones bien medidas de todo claramente muestran el Decreto Divino. Sí, cualquier ser vivo que se considere, es como si su forma y medida surgiera de un molde forjado sabia y artísticamente. Para que recibiese tal medida, forma y figura, tiene que haber un molde físico maravilloso e infinitamente intrincado, o bien el poder eterno corta la forma y la figura según un molde inmaterial bien proporcionado que existe en el conocimiento y viene del Decreto Divino, y las viste con él. Por ejemplo, mira detenidamente a este árbol o a ese animal, verás que las partículas, que no tienen vida, son sordas, ciegas, inconscientes y similares entre sí, están en movimiento en su crecimiento y desarrollo. En algunos límites intrincados, las partículas se detienen, como viendo, sabiendo y reconociendo el lugar de los frutos y los beneficios. Entonces en otro lugar ellas cambian su dirección como si siguieran un objetivo importante. Eso significa que están en movimiento según las proporciones medidas inmateriales, que vienen del Decreto Divino, y están gobernados por estas proporciones.

Ya que hay manifestaciones del Decreto Divino hasta este punto en las cosas físicas y visibles, seguramente las formas con las que las cosas están vestidas con el paso del tiempo y los estados adquiridos a través de los movimientos que realizan también dependerán del orden del Decreto Divino. En una semilla hay dos manifestaciones del Decreto Divino: una es ‘evidente’ y señala al Libro Claro, que es un título de voluntad y las órdenes de la creación; la otra es ‘teórica’ y señala al Registro Claro, que es un título de conocimiento Divino y orden Divina. El Decreto Divino ‘Evidente’ especifica la naturaleza física, los estados y las partes del árbol que comprende la semilla y que luego se verán con los ojos. Mientras que el Decreto Divino ‘Teórico’ especifica las etapas, estados, formas, movimientos y glorificaciones que el árbol tendrá y realizará durante el período de su vida; están en la semilla y serán creados de ella; estas etapas, estados, formas y actos, que cambian constantemente y se llaman su historia de vida, tiene, cada una, la medida regulada de acuerdo con el Decreto Divino, al igual que las ramas y hojas del árbol.

Ya que hay semejante manifestación del Decreto Divino en la más común y simple de las cosas, seguramente demuestra que todas las cosas están escritas antes de que existan; se puede comprender esto con muy poca atención. Ahora, la evidencia del hecho de que la historia de la vida de todo se escribe después de su existencia son todos frutos, que en este mundo hablan del Libro Claro y del Registro Claro, y la facultad de la memoria del ser humano, que señala a la Tabla Preservada; todo esto alude y da testimonio de este hecho. Por cierto, los eventos designados de la vida de un árbol están escritos en sus semillas, que son como los corazones de sus frutos. Y la historia de vida del ser humano junto con algunos de los eventos pasados del mundo están escritos en su memoria de modo tal que, como copiando con la mano de poder y la pluma del Decreto Divino en una facultad tan diminuta como una semilla de mostaza un pequeña nota de la página de sus acciones, la memoria le da la nota a la mano del ser humano y la pone en el bolsillo de su mente, para que con ella él recordará sus acciones en el momento del juicio. Así también, debido a ella él puede confiar que dentro de las revoluciones de la fugacidad y de la muerte hay numerosos espejos eternos en los que el Todopoderoso y Sabio representa y hace permanente las identidades de los seres pasajeros; y las tablas verdaderamente numerosas que perdurarán por la eternidad sobre las que el Preservador Omnisapiente inscribe los significados de los seres efímeros.

En Breve: Ya que la vida de las plantas, el nivel más simple y bajo de vida, depende del orden del Decreto Divino a este punto, ciertamente la vida humana, el nivel más elevado de vida, se ha dibujado en todos sus detalles según la escala y la medida del Decreto Divino y está inscrita por su pluma. Sí, tal como las gotas de lluvia hablan de las nubes, y las gotas de agua señalan la existencia de una fuente de agua, y las notas y las carpetas de trabajo señalan la existencia de un libro de contabilidad más grande, así también el Decreto Divino ‘Evidente’ que observamos y que es el orden físico de los seres vivos indica el cuaderno de la voluntad Divina y las órdenes de la creación conocidas como el Libro Claro. De igual modo, sus frutos, semillas, granos, formas y figuras, que son como las gotitas, las notas y las carpetas de trabajo del Decreto Divino ‘Teórico’, que es el orden no físico y pertenece a la vida, indica la Tabla Preservada, una oficina del conocimiento Divino, que se llama el Registro Claro.

Para Concluir: Vemos claramente que al momento de su crecimiento y desarrollo, las partículas de los seres vivos viajan hasta sus límites intrincados y se detienen, luego cambian su camino. En cada uno de sus límites producen frutos de beneficios, usos e instancias de sabiduría. Claramente, las medidas de esas cosas están dibujadas con una pluma de Decreto. Así, el Decreto evidente y observable muestra que en los estados inmateriales de los seres vivos también están las extremidades fructíferas y bien ordenadas y los límites están dibujados con la pluma del Decreto. El poder Divino es la fuente, el Decreto Divino es el diseño. El poder escribe el libro significativo sobre ese diseño. Ya que comprendemos claramente que los límites fructíferos y las extremidades significativas se han dibujado con la pluma del Decreto Divino, física e inmaterial, por cierto los estados y las etapas por las que todos los seres vivos pasan en el curso de sus vidas también se dibujaron con esa pluma. Porque sus historias de vida siguen un curso con orden y equilibrio; cambian de forma y reciben figuras. Ya que la pluma del Decreto Divino así gobierna en todos los seres vivos, seguramente la historia de vida del ser humano, el fruto más perfecto del mundo y el vicegerente Divino sobre la tierra y quien carga la Confianza Suprema, depende más que nadie de la ley del Decreto Divino.

Si dices: “El Decreto Divino nos ha atado así. Ha eliminado nuestra libertad. ¿No es creer en él una carga y algo irritante para el corazón y el espíritu, que anhela la expansión y vagar libremente?”

La Respuesta: ¡Absolutamente no! No es una carga; más bien brinda una luminosidad y felicidad al producir una liviandad y facilidad, y garantiza confianza y seguridad. Porque si el ser humano no cree en el Decreto Divino, está obligado a soportar una carga tan pesada como el mundo sobre los hombros de su espíritu dentro de un espacio restringido, que sólo le permite una independencia insignificante y una libertad temporaria. Porque el ser humano está conectado con todo el universo. Tiene infinitos objetivos y deseos. Pero ya que su poder, voluntad y libertad son insuficientes para acercarse a una milésima de éstos, se puede comprender qué increíble es la carga de la angustia que soporta. Así, creer en el Decreto Divino arroja esa carga por completo sobre el barco del Decreto Divino, permitiéndole deambular libremente dentro de sus perfecciones con perfecta facilidad y perfecta libertad de espíritu y corazón. Sólo elimina la libertad insignificante del alma dominada por el mal y destroza su tiranía faraónica, su señorío, y su actuar como le place. Creer en el Decreto Divino produce tanto placer y tanta felicidad que va más allá de toda descripción. Sólo aludiremos a ello con la siguiente comparación.

Dos hombres viajaron a la sede del gobierno de un rey, allí entraron a su palacio privado, un lugar de maravillas. Uno de ellos no reconoció al rey; echando mano y robando todo; quería establecerse allí. Al hacerlo, experimentó ciertas dificultades, porque tuvo que arreglar el palacio y su parque, supervisar sus ingresos, trabajar con sus máquinas, y alimentar a sus animales extraños; sufrió angustia constante. El parque paradisíaco se convirtió en un infierno para él. Se lamentaba de todo. No podía gobernarlos. Pasaba su tiempo arrepintiéndose de todo. Hasta que este ladrón y mal educado fue enviado a prisión como castigo. El segundo hombre reconoció al rey y sabía que era su invitado. Creía que todos los asuntos en el parque y en el palacio ocurrían por la reglamentación de la ley y que todo funcionaba con perfecta facilidad según un programa. Dejando las dificultades a la ley del rey, se beneficiaba con absoluta felicidad con todos los placeres de ese jardín paradisíaco, y confiando en la misericordia del rey y en la eficacia de las leyes administrativas, vio todo tan agradable y pasó su vida llena de placer y felicidad. Comprendió el significado del dicho:

مَنْ اٰمَنَ بِالْقَدَرِ اَمِنَ مِنَ الْكَــدَرِ “Quien cree en el Decreto Divino se salva de la angustia”.

CUARTO TEMA: Si dices: “En el Primer Tema tú demostraste que todo sobro el Decreto Divino es bueno y bello. Incluso el mal que viene de él es bueno, y la fealdad es belleza. Pero los desastres y las amarguras de este mundo refutan esa afirmación”.

La Respuesta: ¡Oh, alma mía y amigo mío que sientes dolor severo de la compasión intensa! Los hechos de que todas las virtudes y perfecciones regresen a la existencia y que la base de todas las rebeldías, calamidades y todos los defectos sea la inexistencia, son una prueba de que la existencia es pura bondad y que la inexistencia es puro mal. Ya que la inexistencia es puro mal, las circunstancias que resultan en la inexistencia o la insinúan, también comprende el mal. En consecuencia, la vida, la luz más brillante de la existencia, que procede de las distintas circunstancias, encuentra fuerza; encuentra varias situaciones y se purifica; adquiere numerosas cualidades y produce los resultados deseados, y entra en muchas etapas y muestra cabalmente los bordados de los Nombres del Otorgador de Vida. Por ello es que ciertas cosas le suceden a los seres vivos en forma de dolor, calamidades, dificultades y amarguras por medio de las que las luces de la existencia se renuevan en sus vidas, y la oscuridad de la inexistencia se aleja y sus vidas se purifican. Porque el arresto, el reposo, el silencio, la inactividad, el descanso y la monotonía son todo, tanto en cualidad como en condiciones, la inexistencia. Incluso el placer más grande se reduce a la nada por la monotonía.

En Breve: Ya que la vida muestra los bordados de los Nombres Más Bellos, todo lo que sucede en ella es bueno. Por ejemplo, una persona extremadamente rica e infinitamente habilidosa que es experta en muchas artes, por una hora y a cambio de un salario, viste a un desdichado miserable con una prenda artísticamente diseñada. Esta prenda la hizo para que el hombre miserable actúe como un modelo y muestre los actos de su arte y su riqueza extensa. Trabaja la prenda sobre el hombre, le da varias formas, y la altera. Para mostrar cada variedad de su arte, la corta, la cambia, y la alarga y la acorta. ¿Puede el hombre pobre que recibe el salario justificarse si le dice a la persona: “Me estás dando problemas. Me estás haciendo agachar y parar. Al cortar y acortar esta prenda que me hace más bello, ¿estás arruinando mi belleza?” ¿Tiene derecho a decirle: “Estás actuando mal e injustamente”? Así, como él, para mostrar los bordados de Sus Más Bellos Nombres, el Hacedor Glorioso, el Creador Incomparable, altera dentro de numerosas circunstancias la prenda de la existencia Él viste a los seres vivos, enjoyados con sentidos y facultades sutiles como ojos, oídos, la razón y el corazón. Él lo cambia dentro de muchísimas situaciones. Entre estas circunstancias en forma de sufrimiento y calamidad que muestra los significados de algunos de Sus Nombres, y los rayos de misericordia dentro de los destellos de sabiduría, y las instancias sutiles de belleza dentro de esos rayos de misericordia.