RAYO SIETE

El Signo Supremo

Las Observaciones de un Viajero que le Pregunta al Universo sobre Su Creador.

بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيمِ

تُسَبِّحُ لَهُ السَّموَاتُ السَّبْعُ وَاْلاَرْضُ وَمَنْ فِيهِنَّ وَاِنْ مِنْ شَيْءٍاِلاَّ يُسَبِّحُ بِحَمْدِهِ وَلٰكِنْ لاَتَفْقَهُونَ تَسْبِيحَهُمْ اِنَّهُ كَانَ حَلِيمًاغَفُورًا

[Esta Segunda Estación, además de explicar esta aleya sublime, brinda las pruebas, los argumentos y una traducción corta de la Primera Estación en árabe, que ha sido suprimida.]

Ya que como esta aleya sublime y muchas aleyas coránicas, menciona primero el cielo –esta página brillante que proclama la unidad de Allah, contemplada siempre y por todos los seres humanos que miran sorprendidos y aclara con deleite – en su declaración del Creador de este cosmos, es adecuado empezar a aquel.

Sí, cada huésped que viene al hospedaje y al reino de este mundo, abre sus ojos e imagina quien es el maestro de este buen hospedaje, que se parece al más generoso banquete, a la más ingeniosa exhibición, al mejor y más maravilloso lugar de recreación. Al más majestuoso campamento militar y lugar de entrenamiento, al más profundo y sabio lugar de instrucción. Él se pregunta a sí mismo quién es el autor de este maravilloso libro y quién es el monarca de este reino sublime. Allí primero se presenta la cara hermosa del cielo, que está escrita con las letras doradas de la luz. Aquella cara lo llama diciendo, “Mírame, y te dirigiré hacia lo que buscas”.

Él mira entonces y ve que una manifestación de dominación realiza varias tareas en el cielo: sostiene en lo alto del cielo, sin ningún pilar de apoyo, cientos de miles de cuerpos celestes, algunos de los cuales son mil veces más pesados que la tierra y los hace girar setenta veces más rápido que una bala de cañón; esto hace que se muevan en armonía y ardiendo constantemente, sin el uso de ningún combustible; esto elimina estas grandes masas sin perturbación o desorden alguno; pone al sol y a la luna a trabajar en sus respectivas tareas, sin aquellos grandes cuerpos que a veces se rebelan; administra dentro del espacio infinito –la  magnitud de esto no puede ser medida en figuras que deberían estirarse de polo a polo– todo lo que existe, al mismo tiempo, con la misma fuerza, de la misma forma, manera y modo, sin la menor deficiencia; reduce a la obediencia sumisa a su ley todos los poderes agresivos inherentes en aquellos cuerpos; limpia y lustra la cara del cielo, quitando toda la escoria y le niega la entrada a esta gran asamblea; hace que aquellos cuerpos maniobren como un ejército disciplinado; y entonces, haciendo girar la tierra, muestra el cielo cada noche y cada año en una forma diferente, como una pantalla de cine que muestra escenas verdaderas e imaginativas al auditorio de la creación.

Hay dentro de esta actividad dominante una verdad que consiste en subyugación, administración, revolución, orden, purificación y empleo. Esta verdad, con su grandeza, atestigua la existencia necesaria y la unidad del Creador del Cielo y declara esa Existencia estando más manifiesta que la del cielo. Esto ya se había dicho en la Primera Etapa de la Primera Estación:

لاَاِلٰهَ اِلاَّاَللهُ الْوَاجِبُالْوُجُودِالَّذِى دَلَّ عَلَى وُجوبِوُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ السَّموَاتُ بِجَمِيعِ مَافِيهَابِشَهَادَةِعَظَمَةِ اِحَطَةِحَقِيقَةِ التَّسْخِيرِ وَالتَّدْبِيرِ وَ التَّدْوِيرِ وَ التَّنْظِيمِ وَالتَّنْظِيفِ وَالتَّوْظِيفِ الْوَ اسِعَةِ الْمُكَمَّلَةِ بِالْمُشَاهَدَةِ

Entonces aquel lugar maravilloso de reunión, conocido como el espacio o la atmósfera comienza atronadamente a proclamar a aquel viajero y huésped llegado al mundo, “¡Mírame! ¡Puedes saber y encontrar a través de mí el objeto de tu búsqueda, el que te envió aquí!” El huésped mira a la cara amarga pero misericordiosa de la atmósfera y escuchando los truenos imponentes pero alegres percibe lo siguiente:

Las nubes, suspendidas entre el cielo y la tierra, riegan el jardín del mundo de la forma más sabia y misericordiosa, proporcionan a los habitantes de la tierra el agua de la vida, modifican el calor natural de la vida y se apresuran para otorgar la ayuda dondequiera que sea necesario. Además de satisfacer éstos y otros deberes, las enormes nubes, capaces de llenar el cielo, a veces se esconden, con sus partes retirándose a descansar de modo que no queda  rastro que pueda ser visto, tal como un ejército bien disciplinado que se oculta según las órdenes repentinas que recibe.

Entonces, se da la orden de inmediato como si dijera “¡Sigan!” para verter la lluvia, las nubes se juntan en una hora, o mejor dicho en unos minutos; llenan el cielo y esperan las órdenes de su comandante.

Después el viajero mira al viento en la atmósfera y ve que el aire es empleado sabia  y generosamente en numerosas tareas que es como si cada uno de los átomos inanimados de aquel aire inconsciente oyese y acatase las órdenes que vienen de aquel monarca del universo; sin descuidar a uno solo de ellos, las realiza de una manera ordenada y a través del poder del comandante. Así, con una mano invisible, da aliento y comunica a todos los seres el calor, la luz y la electricidad que ellos necesitan; transmite el sonido y las cosas como esas, así como ayuda en la polinización de las plantas.

El viajero entonces mira la lluvia y ve que dentro de aquellas gotas dulces y delicadas, que relucen, enviadas desde la tesorería escondida de la misericordia, hay tantos regalos compasivos y funciones contenidas que es como la misericordia que aparece en forma de gotas y fluye hacia la tesorería de Allah en forma de gotas. Es por esta razón que a la lluvia se la llama “misericordia”.

Después el viajero ve el relámpago y escucha los truenos y ve que ambos, también, son empleados en tareas maravillosas.

Luego apartando sus ojos de éstos, contempla su propio intelecto y dice: “La nube inanimada, sin vida que se parece al algodón cardado no tiene, por supuesto, ningún conocimiento de nosotros; cuando viene a nuestra ayuda, no es porque se compadezca de nosotros. No puede aparecer y desaparecer sin recibir órdenes. Mejor dicho actúa según las órdenes del comandante más poderoso y compasivo. Primero desaparece sin dejar rastro, entonces de repente reaparece a fin de comenzar su tarea. Por la orden y el poder del más activo y exaltado, el más magnífico y espléndido Sultán llena y luego vacía la atmósfera. Inscribe el cielo con sabiduría y borrando el dibujo, hace del cielo un cuaderno de afirmación, una pintura de la reunión y la resurrección. Con la precaución del más generoso señor más munificente y solícito, un legislador que regula y dispone del viento y, subiendo con los tesoros de la lluvia, cada uno tan pesado como una montaña, se apresura a ayudar al necesitado. Es como que está llorando sobre ellos con compasión, con sus lágrimas que hacen sonreír a las flores, atenuando el calor del sol, rociando jardines con el agua, y lavándose y limpiando la faz de la tierra”.

Ese viajero perplejo entonces le dice a su propio intelecto: “Esas cientos de miles de tareas sabias, misericordiosas e ingeniosas y esos actos de generosidad, piedad y ayuda que provienen del velo y la forma externa de este inanimado, aire sin vida, inconsciente, volátil, inestable, tempestuoso, perturbado, e inconstante, claramente establecen que este viento diligente, este siervo incansable, nunca actúa por sí mismo, pero mejor dicho según las órdenes del más poderoso y sabio, el jefe más sabio y generoso. Es como si cada partícula fuese consciente de cada tarea, como el entendimiento de un soldado y escucha cada orden de su jefe, ya que oye y obedece cada orden dominante que va a través del aire. Ayuda a todos los animales a respirar y vivir, a todas las plantas a polinizar y crecer, y cultiva toda la materia necesaria para su supervivencia. Dirige y administra las nubes, hace posible el viaje de los barcos de vela, y permite que los sonidos sean transmitidos, en particular por medio del teléfono, la radio y otras numerosas funciones universales.

“Ahora estos átomos, cada uno formado de dos materiales simples como hidrógeno y oxígeno y cada uno parecido al otro, existen artes del Sustentador en cientos de miles de maneras diferentes por todo el mundo; concluyo por lo tanto que ellos están siendo empleados y puestos a trabajar en sumo orden por una mano de sabiduría.

Es decir:

وَتَصْرِيفِ الرِّيَاحِ وَالسَّحَابِ الْمُسَخَّرِ بَيْنَ السّمَاءِ وَاْلاَرْضِ

quien a través de su sustentador, por la disposición de los vientos los emplea en funciones dominantes innumerables, quien a través de su misericordia de las órdenes de las nubes las usa en tareas infinitas de piedad y quién crea el aire en esta manera –así que sólo puede ser el Poseedor de la Existencia Necesaria, el Todopoderoso y  Omnisciente, el Señor dotado con Gloria y Generosidad.” Ésta es la conclusión a la que llega nuestro viajero.

Entonces él mira la lluvia y ve que adentro contiene ventajas tan numerosas como las gotas de lluvia, manifestaciones divinas tan múltiples como las partículas de lluvia y casos de sabiduría tan abundantes como sus átomos. Aquellas gotas dulces, delicadas y benditas son además creadas con tal belleza y ordenadas de forma tal que en particular la lluvia hace pasar el verano, es enviada y hecha caer con tal equilibrio y regularidad que ni siquiera los vientos tempestuosos, que causan que los objetos grandes choquen, pueden destruir su equilibrio y orden; las gotas no chocan unas con otras ni surgen de tal manera para convertirse en masas dañinas de agua. El agua, formada de dos elementos simples como hidrógeno y oxígeno, es empleada en cientos de miles de otras tareas sabias, resueltas y de artes, en particular en seres animados; aunque ella sea inanimada e inconsciente. La lluvia que es entonces la gran encarnación de la Misericordia Divina sólo puede ser fabricada en la tesorería invisible de la misericordia del más Clemente y Misericordioso, y en su descenso expone de forma física la aleya:

وَهُوَالَّذِى يُنَزِّلُ الْغَيْثَ مِنْ بَعْدِ مَا قَنَطُوا وَيَنْشُرُ رَحْمَتَهُ

El viajero luego escucha el trueno y observa el relámpago. Entiende que esos dos maravillosos  eventos  en el  cielo  son como una demostración material de  las  aleyas:

وَيُسَبِّحُ الرَّعْدُ بِحَمْدِهِ y يَكَادُ سَنَا بَرْقِهِ يَذْهَبُ بِاْلاَبْصَارِ

Ellas también anuncian la llegada de la lluvia y les dan noticias alegres a quienes la necesitan.

Sí, esta declaración repentina de un sonido milagroso de la atmósfera; llenando el cielo oscuro con la luz y el fuego del relámpago; el escenario ardiente de las nubes que parecen montañas de algodón o tuberías que se revientan con el agua y la nieve –estos fenómenos y similares son como un golpe en la cabeza de la persona descuidada cuya mirada está dirigida a la tierra. Ellos le dicen:

“Levanta tu cabeza, mira los hechos milagrosos del más activo y poderoso Ser que desea darse a conocer. Del mismo modo que no eres librado a tus propios recursos, estos fenómenos y acontecimientos no pueden ser sus propios recursos. Cada uno de ellos está hecho para cumplir una tarea particular, y cada uno es empleado por el Más Sabio Quien Dispone”.

Entonces ese viajero curioso oye el gran y manifiesto testimonio de la verdad que está formada por el orden de las nubes, disposición de los vientos, el descenso de las lluvias y la administración de los acontecimientos de la atmósfera, y dice: “Creo en Allah”. Esto que se había dicho en la Segunda Etapa de la Primera Estación expresa las observaciones del viajero acerca de la atmósfera[1].

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِالَّذِى دَلَّ عَلَى وُ جوبِ وُ جُودِهِ الْجَوُّبِجَمِيعِ مَافِيهِ بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ التَّسْخِيرِ وَالتَّصْرِيفِ وَالتَّنْزِيلِ وَالتَّدْبِيرِالْوَاسِعَةِ الْمُكَمَّلَةِ بِالْمُشَاهَدَةِ

Después la tierra se dirige al huésped pensativo, ahora acostumbrado a este viaje reflexivo: “¿Por qué vagas por los cielos, por el espacio y el cielo? Ven, te presentaré lo que buscas. ¡Mira los deberes que realizo y lee mis páginas!” Él mira y ve que el planeta, como un derviche mevleví extasiado con sus dos movimientos, traza un círculo alrededor del suelo de la Reunión Suprema que determina la sucesión de los días, los años y las estaciones. Este es el mar de la atmósfera más magnífico, cargado de cientos de miles de formas diferentes de alimento y el equipamiento necesario para todos los seres animados, que flotan con suma comparación y orden en el océano del espacio y está viajando alrededor del sol.

Él entonces mira las páginas de la tierra y ve que cada página de cada uno de sus capítulos proclama al Sustentador de la Tierra en miles de aleyas. Siendo incapaz de leerlo todo, él mira la página que trata de la creación y el despliegue de seres vivos en primavera, observa lo siguiente:

Las formas de los miembros innumerables de cientos de miles de especies surgen, con suma precisión, de un material simple y son nutridas entonces de la manera más misericordiosa. Entonces, de manera milagrosa, se les da a algunas semillas; que alzan vuelo y se dispersan. Son distribuidas con la mayor eficacia, alimentadas y nutridas con el mayor cuidado. Las formas sabrosas y deliciosas de los innumerables alimentos, de la manera más misericordiosa y sensible, son creadas de la arcilla seca, de raíces, semillas y gotas de líquido que se diferencian poco unas de  otras. Cada primavera, cien mil clases de alimentos y recursos son cargados desde un tesoro invisible, como un vagón de tren y son enviados en sumo orden a los seres vivos. El envío a los niños de leche enlatada en aquellos paquetes de alimento y leche azucarada que emana de los pechos afectuosos de sus madres, es en particular un ejemplo de solicitud, piedad y sabiduría que inmediatamente se establece a sí mismo como la manifestación más sensible de misericordia y bendición de la Clemencia y Compasión del Único.

En resumen: Esta página viva de la primavera muestra cientos de miles de ejemplos de la  Reunión Suprema, y es una demostración tangible de esta aleya,

فَانْظُرْ اِلٰى اٰثَارِ رَحْمَةِ اللهِ كَيْفَ يُحْيِى اْلاَرْضَ بَعْدَ مَوْتِهَا اِنَّ ذَلِكَ لَمُحْيِى اْلمَوْتٰى وَهُوَ عَلَى كُلِّ شَيْءٍ قَدِيرٌ

Además, puede decirse que esta aleya expresa de manera milagrosa los significados de la página que es la primavera. El viajero así entendió que la tierra proclama a través de todas sus páginas, de un modo proporcionado a su tamaño: لاَ اِلٰهَ اِلَّا هُوَ.

En la expresión del sentido contemplado por el viajero, por el breve testimonio de uno de los veinte aspectos de una página sola de las más de veinte páginas del globo, se había dicho en la Tercera Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَ اجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُ جُوبِ وُ جُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اْلاَرْضُ بِجَمِيعِ مَا فِيهَا وَمَا عَلَيْهَا بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ التَّسْخِيرِ وَ التَّدْبِيرِ وَ التَّرْبِيَةِ وَ الْفَتَّاحِيَّةِ وَ تَوْزِيعِ الْبُذُورِ وَالْمُحَافَظَةِ وَ اْلاِدَارَةِ وَ اْلاِعَاشَةِ لِجَمِيعِ ذَوِى الْحَيَاةِ وَالرَّحْمَانِيَّةِ وَالرَّحِيمِيَّةِ الْعَامَّةِ الشَّامِلَةِ الْمُكَمَّلَةِ بِالْمُشَاهَدَةِ

Entonces ese viajero reflexivo leyó cada página del cosmos, y cuando lo hizo su fe, esa llave para la felicidad, se reforzó; su intuición, esa llave para el progreso espiritual, aumentó; su fe en Allah, la fuente y fundación de toda la perfección, se desarrolló a un nivel más; su alegría y placer aumentó y se despertó su impaciencia; y escuchando las lecciones perfectas y convincentes dadas, como esperando y diciendo: هَلْ مِنْ مَزِيدٍ ¿no hay más? por la atmósfera y la tierra, él clamó más. Entonces oyó la invocación entusiasta a Allah hecha por el tumulto de los mares y los grandes ríos, y escuchó esos sonidos tristes aunque agradables. De numerosos modos le dicen: “¡Míranos, lee también nuestros signos!” Él también mira y ve que:

Los mares, constante y sumamente surgen, emergen y salen con una inclinación a la conquista inherente en su misma naturaleza, rodearon la tierra, y junto con ella, giraron, sumamente rápido, en un círculo de veinticinco mil años en un solo año. Aún así los mares no se dispersaron, ni se desbordaron ni invadieron la tierra contigua a ellos. Se mueven y permanecen quietos y son protegidos por la orden y el poder del Ser más Poderoso y Magnífico.

Después el viajero mira adentro del mar y ve que, aparte de las joyas más hermosas, bien ordenadas y simétricas, hay miles de clases diferentes de animales, sustentados y ordenados, traídos a la vida y predestinados a morir, de una manera tan disciplinada, su provisión que viene del simple polvo y agua amarga, que es establecido irresistiblemente por la existencia de un Poderoso y Glorioso, un Misericordioso y Bello Ser administrador y otorgador de vida.

Entonces el viajero mira a los ríos y ve que sus beneficios inherentes, las funciones que realizan y su continuo interior, están inspirados por tal sabiduría y piedad como indiscutiblemente se demuestra que todos los ríos, las primaveras, las corrientes y los grandes canales fluyen de la tesorería de piedad del Clemente, el Señor de Gloria y Generosidad. Ellos son conservados y dispensados, en efecto, de una manera tan extraordinaria que se dice “Cuatro ríos fluyen desde el Paraíso”.

Esto es, superan las causas aparentemente lejanas, y en cambio fluyen del tesoro de un Paraíso inmaterial, de la superabundancia de una fuente invisible e inagotable.

Por ejemplo, el Nilo bendito, que convierte la tierra arenosa de Egipto en un paraíso, fluye de las Montañas de la Luna en el sur sin agotarse, como si fuera un pequeño mar. Si el agua que fluye río abajo durante seis meses fuese recogida en forma de montaña y luego congelada, es más grande que aquellas montañas. Pero el lugar en la montaña donde el agua es alojada y almacenada es menos que un sexto de su masa. En cuanto al agua que rellena el río, la lluvia que entra en la reserva del río es muy escasa en aquella región tórrida y es rápidamente tragada por el sediento suelo; de ahí que sea incapaz de mantener el equilibrio del río. Una tradición ha crecido así que las primaveras benditas del Nilo, de manera milagrosa, y desde el Paraíso invisible. Esta tradición tiene un sentido profundo y expresa una verdad hermosa.

El viajero vio, entonces, una milésima parte de las verdades como los mares y afirmaciones contenidas en los océanos y ríos. Los mares proclaman unánimemente con un poder proporcionado a su nivel,   لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ, y producen como testigos de su testimonio todos los seres que los habitan. Éste, nuestro viajero percibió.

En expresión y comparación de estas verdades y el testimonio de los mares y los ríos que se les ha dado, como se había dicho en la Cuarta Etapa de la Primera Estación:

لاَاِلٰهَ اِلاَّاَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ جَمِيعِ الْبِحَارِ وَاْلاَنْهَارِبِجَمِيعِ مَافِيهَابِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ التَّسْخِيرِ وَالْمُحَافَظَةِ وَاْلاِدِّخَارِ وَاْلاِدَارَةِ الْوَاسِعَةِ الْمُنْتَظَمَةِ بِالْمُشَاهَدَةِ

Entonces el viajero es convocado, en su viaje meditativo; las montañas y las llanuras lo llaman: “lee también nuestras páginas”, dicen. El viajero mira y ve que la función universal y el deber de las montañas son de tal grandeza y sabiduría que dejan estupefacta a la inteligencia. Por ejemplo, las montañas emergen desde la tierra por la orden del Señor. Así paliando la confusión, cólera y rencor que provienen de las perturbaciones dentro de la tierra. Como las montañas surgen hacia arriba, la tierra comienza a respirar; es librada de los temblores dañinos y agitaciones y su tranquilidad como si persiguiera su deber de rotación para no ser molestada por sus habitantes. Del mismo modo aquellos mástiles son puestos en pilares para protegerlos de las turbulencias y conservar su equilibrio, entonces también las montañas son establecidas en la cubierta del pilar que es la tierra, como mástiles y provisiones, como es indicado por las aleyas del Corán de la Exposición Milagrosa como:

وَالْجِبَالَ اَرْسٰيهَا { وَاَلْقَيْنَا فِيهَا رَوَاسِىَ{ وَ الْجِبَالَ اَوْتَادًا

Entonces, también allí son almacenados y conservados en las montañas toda clase de manantiales, fuentes, minerales, drogas y otros materiales necesitados por los seres vivos, de una manera tan sabia, hábil, generosa y previsora que ellos demuestran que son los almacenes y tesoros, y siervos de Un poseedor de infinito poder, Un poseedor de infinita sabiduría. Deduciendo de estos dos ejemplos que los otros deberes y casos de sabiduría –tan grande como las montañas– de las montañas y las llanuras, el viajero ve a través de los casos generales de la sabiduría y en particular en cuanto a la manera en la cual toda clase de cosas son almacenadas providencialmente, el testimonio que ellos dan y la unidad Divina que ellos proclaman declarando

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ una declaración tan poderosa y firme como las montañas y enorme y extensa como las llanuras –y también dice, “Creo en Allah”.

En expresión de este sentido, se había dicho en el Quinto Nivel de la Quinta Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّاَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ جَمِيعُ الْجِبَالِ وَالصَّحارَى بِجَمِيعِ مَا فِيهَا وَعَليْهَا بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ اْلاِدِّخَارِ وَاْلاِدَارَةِ وَنَشْرِ الْبُذُورِ وَالْمُحَافَظَةِ وَالتَّدْبِيرِ اْلاِحْتِيَاطِيَّةِ الرَّبَّانِيَّةِ الْوَاسِعَةِ الْعَامَّةِ الْمُنْتَظَمَةِ الْمُكَمَّلَةِبِالْمُشَاهَدَةِ

Entonces, mientras este viajero estaba viajando en su mente a través de las montañas y las llanuras, la puerta del reino de los árboles y los vegetales se abrió ante él. Lo invitaron a entrar y dijeron: “Ven, pasea en nuestro piso y lee nuestros escritos.” Él entró y vio que una asamblea espléndida, y bien embellecida se había preparado para la proclamación de la Unidad de Allah y un círculo para la mención de Sus Nombres y el ofrecimiento de gracias a Él. Entendió, por el mismo aspecto de todos los árboles y plantas, que sus especies diferentes como proclamaban unánimemente, لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ . Porque ya que él percibió tres verdades grandes y generales que indican y testifican que todos los árboles y las plantas que dan fruta con la lengua de sus hojas simétricas y elocuentes, las palabras de sus flores encantadoras y locuaces, las frases de sus frutas bien ordenadas y bien habladas, estaban testificando la gloria de Allah y también: لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ  .

La Primera: Del mismo modo que en cada una de las plantas y árboles se ve una bendición deliberada de la manera más obvia, y una bendición y munificencia están bien resueltas, entonces también se encuentran en la totalidad de los árboles y plantas, como la luz de la salida del sol.

         La Segunda: La sabia y resuelta diferenciación y distinción, que no puede de ningún modo ser atribuida a la suerte, el adorno deliberado y misericordioso y que da forma –todo esto debe ser visto tan claramente como la luz del día en las infinitas variedades y especies; que se muestran para ser los trabajos y bordados de un Hacedor Todo Sabio.

La Tercera: La apertura y despliegue de todos los miembros separados de las cien mil especies de aquel reino infinito, cada uno en su propia manera y de distintas formas, en sumo orden, equilibrio y belleza, de semillas y granos bien definidos, limitados y sólidos, idénticos el uno al otro o casi – cuya salida de aquellas semillas de doscientas mil especies distintas y separadas, con equilibrio completo, vitalidad y objetivo sabio, sin el mínimo error, es una verdad más brillante que el sol. Y comprendió que los testigos que demuestran esta verdad son tan numerosos como las flores, frutas y hojas que surgen en la primavera. Entonces el viajero dijo, اَلْحَمْدُ لِلّٰهِ عَلٰى نِعْمَةِ اْلاِيمَانِ .

En expresión de estas verdades y el testimonio que les ha sido dado, se había dicho en la Sexta Etapa de esta Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِجْمَاعُ جَمِيعِ اَنْوَاعِ اْلاَشْجَارِ الْجَزِيلاَتِ وَاَثْمَارِهَا الْمُنْتَظَمَاتِ الْبَلِيغَاتِ بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ اْلاِنْعَامِ وَاْلاِكْرَامِ وَاْلاِحْسَانِ وَالنَّبَاتَاتِ الْمُسَبِّحَاتِ النَّاطِقَاتِ بِكَلِمَاتِ اَوْرَاقِهَا الْمَوْزُونَاتِ الْفَصِيحَاتِ وَاَزْهَارِهَا الْمُزَيَّنَاتِ بِقَصْدٍ وَرَحْمَةٍ وَحَقِيقَةِ التَّمْيِيزِ وَالتَّزْيِينِ وَالتَّصْوِيرِ بِاِرَادَةٍ وَحِكْمَةٍ مَعَ قَطْعِيَّةِ دَلاَلَةِ حَقِيقَةِ فَتْحِ جَمِيعِ صُوَرِهَا الْمَوْزُونَاتِ الْمُزَيَّنَاتِ الْمُتَبَايِنَةِ الْمُتَنَوِّعَةِ الْغَيْرِ الْمَحْدُودَةِ مِنْ نُوَاتَاتٍ وَحَبَّاتٍ مُتَمَاثِلَةٍ مُتَشَابِهَةٍ مَحْصُورَةٍ مَعْدُودَةٍ

Después, cuando este viajero por el cosmos procedió en su viaje meditativo, con una impaciencia que iba en aumento y ramo de conocimiento y de fe, como la primavera, junto con el jardín de la primavera, allí se abrió ante su intelecto que percibe la verdad, su razón cognoscitiva, la puerta al reino animal. Con cientos de miles de voces diferentes y lenguas variadas, lo invitaron a entrar y dijeron “Adelante”. Él entró y vio que todos los animales y los pájaros de todas las distintas especies, grupos y naciones, estaban proclamando, con sus actos y con sus voces,  لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ , y habían convertido así la faz de la tierra en un lugar enorme de invocación, una asamblea expansiva para la proclamación de la gloria de Allah. Vio a cada uno de ellos que parecían una oda dedicada de  Allah, una palabra propia de Allah, una letra de Allah Misericordioso, cada uno de ellos que describen al Hacedor y le ofrecen las gracias por sus sentimientos, fuerzas, aparatos, miembros y herramientas que eran palabras ordenadas, equilibradas y frases perfectas, disciplinadas. Atestiguó tres grandes y completas verdades que indican, de forma decisiva, su ofrecimiento de gracias al Creador y Sustentador y su testimonio a Su unidad.

La Primera: Sus seres son traídos a la existencia con sabiduría y un objetivo y su creación llena de arte de manera que no puede ser atribuida para arriesgar, cegar la fuerza o la naturaleza inanimada; sus seres creados y formados de una manera resuelta y entendida; su animación y vida dada de una forma que muestra en veinte aspectos las ciencias, sabidurías y fuerzas de voluntad y la manifestación a la Existencia Necesaria del Eternamente dan testimonio de su Vivo y Auto Subsistente, Sus siete atributos y unidad.

Segunda Verdad: Allí aparece de la diferencia hecha entre aquellos seres infinitos y de su adorno y decoración de una manera por la cual sus rasgos son diferentes, sus formas embellecidas, sus proporciones medidas y simétricas y sus formas bien ordenadas –allí aparece una verdad tan enorme y poderosa que ninguno además del Todo Poderoso sobre todas las cosas, Conocedor de todas las cosas, podría reivindicarlo, este acto completo muestra en todos los sentidos miles de maravillas y casos de sabiduría; es imposible que otra cosa pudiera reclamarlo.

Tercera Verdad: La aparición y despliegue de aquellos seres innumerables, en sus cientos de miles de formas diferentes, cada uno de los cuales es un milagro de sabiduría, su aparición desde óvulos y gotas de líquido llamadas esperma que son idénticos los unos a los otros o estrechamente se parecen, y son limitados y finitos en número, todo esto de la manera más ordenada, simétrica e indefectible, es una verdad demasiado brillante como para ser iluminada con pruebas y las pruebas son tan numerosas como lo son los animales.

Por el consenso de estas tres verdades, todas las especies de animales se unen testificando que لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ. Es como si la tierra entera, como una gran persona, dijera queلاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ  de manera conveniente a su inmensidad, y comunica su testimonio a los moradores del cielo. El viajero vio esto y lo entendió perfectamente. En expresión a estas verdades, se había dicho en el Séptimo Nivel de la Séptima Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِتِّفَاقُ جَمِيعِ اَنْوَاعِ الْحَيَوَانَاتِ وَالطُّيُورِ الْحَامِدَاتِ الشَّاهِدَاتِ بِكَلِمَاتِ حَوَاسِّهَا وَقُوَاهَا وَحِسِّيَّاتِهَا وَلَطَائِفِهَا الْمَوْزُونَاتِ الْمُنْتَظَمَاتِ الْفَصِيحَاتِ وَبِكَلِمَاتِ جِهَازَاتِهَا وَجَوَارِحِهَا وَاَعْضَائِهَا وَآلاَتِهَا الْمُكَمَّلَةِ الْبَلِيغَاتِ بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ اْلاِيجَادِ وَالصُّنْعِ وَاْلاِبْدَاعِ بِاْلاِرَادَةِ وَحَقِيقَةِ التَّمْيِيزِ وَالتَّزْيِينِ بِالْقَصْدِ وَحَقِيقَةِ التَّقْدِيرِ وَالتَّصْوِيرِ بِالْحِكْمَةِ مَعَ قَطْعِيَّةِ دَلاَلَةِ حَقِيقَةِ فَتْحِ جَمِيعِ صُوَرِهَا الْمُنْتَظَمَةِ الْمُتَخَالِفَةِ الْمُتَنَوِّعَةِ الْغَيْرِ الْمَحْصُورَةِ مِنْ بَيْضَاتٍ وَقَطَرَاتٍ مُتَمَاثِلَةٍ مُتَشَابِهَةٍ مَحْصُورَةٍ مَحْدُودَةٍ

Después aquel viajero meditativo, a fin de avanzar más lejos en los niveles infinitos y luces y placeres innumerables del conocimiento de Allah, deseó entrar en el mundo de los humanos, el reino de la humanidad. La humanidad, encabezada por los profetas, lo invitaron a entrar, y él entró. Mirando primero el lugar de parada del pasado, él vio que todos los profetas (la paz y las bendiciones sean sobre ellos), la clase humana más luminosa y perfecta, recitaban a coro, لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ, y conmemoraban a Allah. Con el poder de milagros bien atestiguados, brillantes e innumerables, ellos proclamaban la unidad de Allah, y a fin de llevar al ser humano del estado de animal al nivel angelical, ellos instruían a los seres humanos y los convocaban a la fe en Allah. Arrodillándose en aquella escuela de la luz, él también atendió a la lección.

Él vio que en la mano de cada uno de aquellos sabios, el más exaltado y renombrado de todos los seres humanos famosos, había numerosos milagros, otorgados por el Creador de Todos los Seres como un signo que confirma su misión. Además, un grupo grande de personas, una comunidad entera, había confirmado sus reclamos y había venido la fe a sus manos; una verdad consintió y confirmó por estos cientos de miles de individuos serios y veraces, unánimemente y de acuerdo pleno, estuvo obligado a ser firme y definitivo. Él entendió, también, que la gente desencaminada, que niega una verdad certificada y afirmada por tantos testigos veraces, estaba cometiendo el error más penoso, en efecto un delito, y merecía por lo tanto el castigo más severo. Él reconoció, contrastando, aquellos que consintieron la verdad y creyeron en ello, siendo como el más veraz y honrado, y un nivel adicional de fe se hizo aparente a él.

Sí, los milagros infinitos otorgados por Allah a los profetas (La paz sea sobre todos ellos) cada uno pareciendo una confirmación de su misión; los golpes divinos trataron a sus opositores, cada uno pareciéndose a una prueba de su veracidad; las perfecciones individuales, pareciéndose a una indicación de su honradez; su enseñanza veraz; la fuerza de su fe, un testigo de su honestidad; su seriedad suprema y preparación, un sacrificio; los libros sagrados y páginas sostenidas parecidas a sus manos; sus alumnos innumerables que al seguir sus caminos alcanzan la verdad, la perfección y la luz, así al demostrar otra vez la veracidad de las enseñanzas; el acuerdo unánime de los profetas –aquellos soldados– más serios y sus seguidores en todos los asuntos positivos; su concordia, apoyo mutuo y afinidad; todo esto constituye una prueba tan poderosa que ningún poder en la tierra puede enfrentarlo y no hay duda ni vacilación posible.

Nuestro viajero entendió además esa inclusión de la fe de todos los Profetas (la paz sea sobre ellos) entre el pilar de la fe, representa otra gran fuente de fuerza. Así él sacó la gran ventaja de la fe de sus lecciones, en la expresión de las cuales se había dicho en la Octava Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِجْمَاعُ جَمِيعِ اْلاَنْبِيَاءِ بِقُوَّةِ مُعْجِزَاتِهِمُ الْبَاهِرَةِ الْمُصَدِّقَةِ الْمُصَدَّقَةِ

Aquel viajero curioso, habiendo saboreado la verdad del poder de la fe, se encontró invitado a venir de la asamblea de los profetas (la paz sea sobre todos ellos) al aula de aquellos eruditos profundos, originales, exigentes que afirman las reclamaciones de los profetas (la paz sea sobre todos ellos) con las pruebas más decisivas, quienes son conocidos como los purificados y más veraces.

Él entró y vio que a miles de sabios y cientos de miles de eruditos eximios y destacados, que demostraban todos los asuntos afirmativos relacionados con la fe, encabezados por la necesidad de la existencia de Allah y Su Unidad. En efecto, el hecho de que ellos son concordados en los principios y los pilares de la fe, a pesar de sus diferencias en capacidad y perspectiva, y que cada uno de ellos confía en una prueba firme y comprobada, son en sí mismas tales pruebas que sólo se puede dudar si es posible que un número similar de personas inteligentes y claras lleguen a un único resultado. Por otra parte el único camino del necio para oponerse a ellos es mostrar su ignorancia –su ignorancia completa- y su obstinación con respecto a los asuntos negativos que no confiesan negación ni afirmación. Él cerrará en efecto sus ojos, pero el que cierra su ojo es capaz de convertir el día en noche sólo para él.

El viajero aprendió que las luces de esa aula enorme y magnífica eran emitidas por esos eruditos respetados y profundos que habían estado iluminando la mitad del globo durante más de mil años. Él encontró en ello la fuerza espiritual que ni la fuerza combinada de toda la gente del negador sería capaz de sacudir o destruir. En breve alusión a la lección aprendida por el viajero en esta aula se había dicho en el Noveno Nivel de la Novena Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودهِ فِى وَحْدَتِهِ اِتِّفَاقُ جَمِيعِ اْلاَصْفِيَاءِ بِقُوَّةِ بَرَاهِنِهِمُ الظَّاهِرَةِ الْمُحَقَّقَةِ الْمُتَّفِقَةِ

Después nuestro viajero contemplativo avanzó desde el aula, deseando con fervor ver las luces que pueden ser observadas con esfuerzo continuo y el desarrollo de la fe, y avanzar desde el nivel de conocimiento de la certeza a aquella de la visión de la certeza. Se encontró convocado por miles o millones de guías espirituales quienes se esforzaban por la verdad y alcanzaban la visión de la certeza a la sombra del camino de Muhammad (PyB) y la ascensión de Muhammad (PyB) Lo hacían en un lugar de reunión, un hospicio, un lugar de conmemoración y adoración, que era sumamente luminoso y enorme como una llanura, formada por la combinación de pequeños hospicios innumerables y conventos. Al entrar, vio que aquellas guías espirituales –la gente de la revelación y los hechos maravillosos – proclamaban unánimemente,

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ, en base a su presencia y revelación de lo Invisible y los hechos maravillosos que les habían permitido realizar; ellos proclamaban la existencia necesaria y la unidad de Allah. El viajero observó como la manifestación y la claridad debe ser una verdad a la cual unánimemente suscriben estos genios sagrados y conocimientos luminosos. Como el sol se da a conocer a través de los siete colores en su luz, los colores luminosos de los evliyas, sus matices llenos de luz, sus caminos verdaderos y caminos derechos y los cursos veraces son manifestados de la luz del Sol que siempre existió por setenta colores, en efecto, a través de colores numerosos como los Nombres Divinos, y son todos diferentes. Él vio que la unanimidad de los Profetas (la paz sea con ellos) y el acuerdo de los eruditos purificados (que Allah esté complacido con ellos) y el acuerdo de los evliyas bendecidos (que sus misterios sean bendecidos con ellos) estas tres fuerzas  formaban un consenso supremo, más brillante que la luz del día que demuestra la existencia del sol.

En breve alusión a la ventaja sacada por nuestro viajero del hospicio sabio, se había dicho en la Décima Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِجْمَاعُ اْلاَوْلِيَاءِ بِكَشْفِيَّاتِهِمْ وَ كَرَامَاتِهِمُ الظَّاهِرَةِ الْمُحَقَّقَةِ الْمُصَدَّقَةِ

más importante y la mayor de todas las perfecciones humanas, en efecto la misma fuente y el origen de todas tales perfecciones, es el amor de Allah que proviene de la fe en Allah y el conocimiento de Allah, deseado con todos sus poderes, externos e interiores, para avanzar todavía más lejos en el refuerzo de su fe y el desarrollo de su conocimiento Él por lo tanto levantó su cabeza y miró fijamente al cielo y dijo:

“La cosa más preciosa en el universo es la vida; todas las cosas están subordinadas a la vida. Las más preciosas de todos los seres son los seres vivos, y los más preciosos de los seres vivos son los seres conscientes. Cada siglo y cada año, el planeta es vaciado y rellenado, a fin de aumentar esta sustancia más preciosa. Así, entonces, sin duda, el cielo magnífico y ornamentado debe tener a la gente apropiada y habitantes, poseyendo la vida, el espíritu y el conocimiento, para acontecimientos acerca de la vista y el habla con los ángeles – como la aparición de Gabriel (la paz sea sobre él) en la presencia de Muhammad (PyB) y a la vista de sus Compañeros – ha sido transmitido y relatado desde la antigüedad. ¡Si tan sólo pudiera dialogar con los habitantes del cielo, y aprender sus pensamientos de este tema! Ya que sus palabras acerca del Creador del cosmos son las más importantes”.

Mientras él pensaba esto, de repente oyó una voz divina: “Si deseas estar con nosotros y escuchar nuestra lección, entonces entiende que antes que los demás, hemos creído en los artículos de fe que han llegado a los profetas por medio de nosotros, encabezados por el Profeta Muhammad (PyB), quién trajo el Corán de la Exposición Milagrosa.

“Entonces también todos los espíritus puros de entre nosotros que hemos aparecido ante los seres humanos tenemos, unánimemente y sin excepción, atestiguamos la existencia necesaria, la unidad, y los atributos sagrados del Creador de este cosmos, y los proclamamos unánimemente. La afinidad y la correspondencia mutua de estas proclamaciones innumerables son una guía para ti tan brillante como el sol.” Así la luz de la fe del viajero brilló y se elevó de la tierra al cielo.

En breve alusión a la lección aprendida por el viajero de los ángeles, se había dicho en la Undécima Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِتِّفَاقُ الْمَلٰئِكَةِ الْمُتَمَثِّلِينَ ِلاَنْظَارِ النَّاسِ وَ الْمُتَكَلِّمِينَ مَعَ خَوَاصِّ الْبَشَرِ بِاِخْبَارَاتِهِمُ الْمُتَطَابِقَةِ الْمُتَوَافِقَةِ

Entonces, aquel viajero ferviente e inquisitivo, habiendo aprendido las lenguas de varios reinos de la creación en el Reino de la Manifestación en sus aspectos materiales y corpóreos, y desde la declaración de sus modos de existencia, deseando estudiar y viajar por el Mundo de lo Invisible y el Reino Intermedio, y así investigar la realidad. Allí le abrió la puerta de los intelectos derechos y luminosos, de los corazones sanos e iluminados, que se parecen a la semilla del ser humano, que es la fruta del universo, y a pesar de su pequeño tamaño puede ampliarse prácticamente para abrazar todo el Cosmos.

Él observó que aquella serie de enlaces humanos que unen el reino de lo Invisible con el de la Manifestación, los contactos entre aquellos dos reinos y los intercambios entre ellos en tanto que ellos afectan al ser humano, ocurrido en aquellos puntos. Dirigiéndose a su intelecto y a su corazón él dijo:

“Vengan, el camino que conduce a la verdad de estos equivalentes suyos es más corto. Deberíamos beneficiarnos estudiando sus calidades, las naturalezas y los colores acerca de la fe que encontremos aquí, no escuchando a las lecciones dadas por los otros caminos”.

Al comenzar su estudio, él vio que la fe y la convicción firme acerca de la unidad Divina que todos los intelectos luminosos poseídos, a pesar de sus capacidades variadas y diferentes, incluso opuestas, métodos y perspectivas, son lo mismo, y que su certeza firme y confidente y reafirmación eran uno. Ellos tuvieron que confiar, por lo tanto, en una verdad sola, inalterable; sus raíces se habían hundido en una verdad profunda y no se pueden arrancar. Su unanimidad acerca de la fe, la existencia necesaria y la unidad de Allah, es una cadena irrompible y luminosa, una ventana alegremente encendida que se abre al mundo de la verdad.

Vio también las revelaciones unánimes, aseguradas y sublimes, las presencias de los pilares de la fe disfrutada por todos aquellos intelectos sanos y luminosos, cuyos métodos son varios y perspectivas divergentes, corresponden y están de acuerdo unos con otros en la materia de la unidad Divina. Todos aquellos corazones luminosos, girados y dirigidos hacia la verdad y la manifiestan, cada uno un pequeño trono de conocimiento de Allah, un espejo completo de Allah Eterno y Suplicado, son como ventanas abiertas en el Sol de la Verdad. Ellos se parecen a un espejo supremo, como un océano que refleja el sol. Su acuerdo y unanimidad concerniente a la existencia necesaria y a la unidad de Allah son la guía indefectible y confiable más perfecta, el preceptor más elevado. Porque no es de ninguna manera posible ni concebible que una suposición más que la verdad, un pensamiento falso, un atributo falso, deben ser tan consecuente y decisivamente capaces de engañar simultáneamente a tantos ojos agudos, o inducirlos a la ilusión. Ni los sofistas necios, que niegan el cosmos, están de acuerdo con el intelecto corrupto y disipado que sostuvo tal idea. Nuestro viajero entendió todo esto, y dijo, con su propio intelecto y corazón, “He creído en Allah”.

En breve alusión a la ventaja sacada del intelecto recto y del corazón luminoso del viajero para el conocimiento de la fe, se había dicho en las Etapas Duodécima y Decimotercera de la Primera Estación:

لاَاِلٰهَ اِلاَّاَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودهِ فِى وَحْدَتِهِ اِجْمَاعُ الْعُقُولِ الْمُسْتَقِيمَةِالْمُنَوَّرَةِ بِاِعْتِقَادَاتِهَا الْمُتَوَافِقَةِ وَبِقَنَاعَاتِهَا وَيَقِينَاتِهَا الْمُتَطَابِقَةِ مَعَ تَخَالُفِ اْلاِسْتِعْدَادَاتِ وَالْمَذَاهِبِ وَكَذَا دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِتِّفَاقُ الْقُلُوبِ السَّلِيمَةِ النُّورَانِيَّةِ بِكَشْفِيَّاتِهَا الْمُتَطَابِقَةِ وَبِمُشَاهَدَاتِهَا الْمُتَوَافِقَةِ مَعَ تَبَايُنِ الْمَسَالِكِ وَ الْمَشَارِبِ

Entonces aquel viajero que mira estrechamente el Mundo de lo Invisible, viajando en él con su intelecto y su corazón, golpeó con curiosidad la puerta de aquel mundo, pensando para él, “¿Qué tiene este mundo que decir?” Le ocurrió lo siguiente: debe ser claramente entendido que detrás del velo de lo Invisible está quién quiere darse a conocer a través de todos estas obras de arte, numerosas, sutilmente embellecidas y llenas de arte en este Mundo de Manifestación corpóreo, y para hacerse amar a través de estas bendiciones dulces, infinitas y decoradas y dar a conocer sus perfecciones escondidas a través estas obras de arte milagrosas y hábiles e innumerables, y quién hace esto actuando más que hablando y dándose a conocer a través de su estado.. Ya que esto es así, es una certeza que él dice y se de a conocer y se hace amar a través del discurso y la declaración como él hace a través del hecho y el estado. En cuyo caso, por sus manifestaciones debemos conocerlo con respecto al Mundo de lo Invisible. Con lo cual él entró en aquel mundo con su corazón y vio lo siguiente con los ojos de su intelecto:

La verdad de las revelaciones prevalece a todos los instantes sobre todas las partes del Mundo de lo Invisible, con la manifestación más poderosa. Allí viene con las verdades de revelación e inspiración que proviene del Omnisciente de lo Invisible, un testimonio a Su existencia y unidad mucho más fuerte que el testimonio del universo y los seres creados. Él no se deja a Si Mismo, Su existencia y Su unidad, solos al testimonio de Sus seres. Mejor dicho, Él habla con un Discurso siempre existente con Su propio ser. El Discurso de Quién está presente y es visto en todas partes con Su Conocimiento y Poder es también interminable, y como el sentido de Su Discurso lo da a conocer, entonces con Su discurso se da a conocer junto con Sus atributos.

El viajero reconoció que la verdad, la realidad y la existencia de la revelación se hizo plena al punto de ser evidente por el consenso de cien mil profetas (la paz sea sobre todos ellos), por el acuerdo entre sus proclamaciones acerca de la manifestación de la revelación Divina; por pruebas y milagros contenidos en los libros sagrados y en las páginas divinas, que son las guías y ejemplos de la mayoría aplastante de la humanidad, confirmadas y consentidas por ellos, y son las frutas visibles de la revelación. Él entendió además que la verdad de revelación proclama cinco verdades elevadas:

La Primera: Hablar de acuerdo con los intelectos y los entendimientos de los humanos, conocido como  لِلتَّنَزُّلاَتُ اْلاِلٰهِيَّةُ اِلٰى عُقُولِ الْبَشَرِ, es una forma de descenso Divino. Esto es un requisito de la dominación de Allah, Él dota a todos sus seres conscientes con el don del habla, entiende lo que dicen, y luego participa  con Su Sustentador del discurso.

La Segunda: Quien, a fin de darse a conocer, llena el cosmos de Sus creaciones milagrosas y las dota con el habla de Sus perfecciones, se dará necesariamente a conocer con Sus propias palabras también.

La Tercera: Esto es una función del Que es Creador para responder con palabras a las súplicas y los ofrecimientos de gracias que son hechas por el más escogido, el más necesitado, el más ferviente de sus seres: los seres humanos veraces necesitan de Su Creador.

La Cuarta: El atributo del Habla, un fenómeno concomitante esencial y una manifestación luminosa tanto de Conocimiento como de Vida, será necesariamente encontrado de una forma completa y eterna en el ser. Cuyo Conocimiento es completo y Cuya Vida es eterna.

La Quinta: Es una consecuencia de la Divinidad que este Ser que dota al ser humano con impotencia y deseo, pobreza y necesidad, ansiedad por el futuro, amor y adoración, debería declarar Su propia existencia, por medio de Su discurso, a Su más amado y adorable. Sus seres más ansiosos y necesitados, que son las más deseosas de encontrar a su Señor y Maestro.

Las pruebas de la existencia en la unidad del Existente Necesario ofrecido en la unanimidad por revelaciones universales y divinas, que contienen las verdades de la condescendencia Divina, la auto proclamación de Allah Clemente, la respuesta de Allah Misericordioso, la Divina conversación y la declaración eterna constituye una prueba más poderosa que el testimonio de la existencia del sol traído por los rayos de luz del sol.

Después nuestro viajero miró en dirección a la inspiración y vio que la inspiración veraz en efecto se parece a la revelación en algunos aspectos y es un modo de discurso divino. Hay, sin embargo, dos diferencias:

LA PRIMERA: La Revelación, que es mucho más elevada que la inspiración y generalmente viene a través de los ángeles, mientras que la inspiración en general viene directamente.

Por ejemplo, también un rey tiene dos modos de hablar y dar órdenes. El primero consiste en enviarle a un gobernador, un teniente equipado con toda la pompa de la monarquía y el esplendor de la soberanía. A veces, a fin de demostrar el esplendor de su soberanía y la importancia de su orden, él puede encontrarse con el intermediario, y luego el decreto se publica.

El segundo consiste en su discurso privado consigo mismo, no con el título de monarca ni en nombre de la monarquía, acerca de algún asunto personal, algún pequeño asunto, usando para este fin a un criado confiado, algún sujeto ordinario, o su teléfono privado.

Del mismo modo el Monarca Siempre Existente puede, en nombre del Señor de todos los Mundos, con el título de Creador del Universo, hablar con la revelación o la inspiración completa que realiza la función de revelación, o Él puede hablar de una manera diferente y privada, como el Señor y el Creador de cada ser animado, desde detrás del velo, en un camino adecuado al destinatario.

LA SEGUNDA DIFERENCIA: La revelación no tiene sombra, es pura y reservada para el elegido. La inspiración, por el contrario, tiene sombra, los colores se entremezclan y es general. Hay numerosas clases diferentes de inspiración, como la inspiración de los ángeles, la inspiración de los seres humanos y la inspiración de los animales; la inspiración así forma un campo para la multiplicación de las palabras de Allah, que son tan numerosas como las gotas en el océano. Nuestro viajero entendió que esta materia es, en efecto, una especie de comentario en la aleya:

لَوْ كَانَ الْبَحْرُ مِدَادًا لِكَلِمَاتِ رَبِّى لَنَفِدَ الْبَحْرُ قَبْلَ اَنْ تَنْفَدَ كَلِمَاتُ رَبِّى

Entonces el miró a la naturaleza, a la sabiduría y al testimonio de la inspiración y vio que su naturaleza, sabiduría y resultado fueron formados por cuatro luces:

La primera: Es el resultado de la Bondad y la Misericordia de Allah, Él se hace amado a través de la palabra, presencia y discurso, del mismo modo que Él se hace amado para Sus seres, a través de Sus hechos.

La segunda: Es un requisito de Su Compasión que como Él contesta los rezos de Sus siervos, de hecho, Él también debería contestarlos con palabras, desde detrás de los velos.

La tercera: El concomitante de la dominación de Allah que como Él responde de hecho a los gritos de socorro, súplicas y plegarias de Sus seres que sufren con las desgracias penosas y privaciones, también Él debería apresurarse en su ayuda con palabras de inspiración, que parecen una forma de discurso.

La cuarta: Allah hace Su existencia, presencia y protección perceptible de hecho a Su más débil e indigente, a Sus seres más pobres y necesitados, conscientes, que se apoyan en la gran necesidad de encontrar a su Maestro, Protector, Guarda, Quien Dispone. Es una consecuencia necesaria y esencial de Su clemencia Divina y Su compasión Dominante que Él debería también declarar su presencia y existencia por el discurso, desde detrás de los velos de la inspiración veraz –a modo de discurso Divino – a los individuos, de una manera peculiar a ellos y sus capacidades, a través del teléfono de sus corazones.

Él entonces contempló el testimonio de la inspiración y vio que si el sol, por ejemplo, tuviera conciencia y vida, y si los siete colores de la luz del sol fueran los siete atributos, en este sentido tendría forma de discurso a través de los rayos y manifestaciones encontradas en su luz. Y en esta situación tanto sus similitudes como sus reflejos estarán presentes en todos los objetos transparentes, y hablará con todos los espejos y objetos brillantes, fragmentos de cristal, burbujas y gotitas de agua, en efecto, con todas las partículas transparentes, de acuerdo con la capacidad de cada una; responderán a las necesidades de cada uno, y declararán la existencia del sol; y ninguna tarea será un obstáculo para cualquier otra tarea, y ningún discurso obstruirá ningún otro discurso. Esto es evidente.

Del mismo modo, el Discurso del Glorioso Monarca que siempre existió y siempre existirá, el Bello y Exaltado Creador de Todos los Seres, Quien puede ser descrito como el Sol siempre existente, se manifiesta ante todas las cosas, de manera general y completa, de una manera apropiada a su capacidad, como hace también Su Conocimiento y Poder. Ninguna petición interfiere con otra, ninguna tarea dificulta la realización de otra y ninguna orden se confunde con otra. Nuestro viajero entendió todo esto como evidente. Él sabía que todas aquellas manifestaciones, aquellos discursos, aquellas inspiraciones, por separado y juntos, evidenciaron y atestiguaron unánimemente la presencia, la existencia necesaria y la unidad de aquel Sol siempre existente el viajero entendió con una visión de certeza que se acerca al conocimiento de certeza.

En breve alusión a la lección en el conocimiento de Allah desde el Mundo de lo Invisible ganado por nuestro viajero inquisitivo, se había dicho en las Etapas Decimocuarta y Decimoquinta de la Primera Estación:

لاَاِلٰهَ اِلاَّاَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ اَلْوَاحِدُ اْلاَحَدُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِجْمَاعُ جَمِيعِ الْوَحْيَاتِ الْحَقَّةِالْمُتَضَمِّنَةِ لِلتَّنَزُّلاَتِ اْلاِلهِيَّةِ وَ لِلْمُكَالَمَاتِ السُّبْحَانِيَّةِوَلِلتَّعَرُّفَاتِ الرَّبَّانِيَّةِوَلِلْمُقَابَلاَتِ الرَّحْمَانِيَّةِعِنْدَ مُنَاجَاةِ عِبَادِهِ وَلِلْاِشْعَارَاتِ الصَّمَدَانِيَّةِلِوُجُودِهِ لِمَخْلُوقَاتِهِ وَكَذَادَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اِتِّفَاقُ اْلاِلْهَامَاتِ الصَّادِقَةِالْمُتَضَمِّنَةِ لِلتَّوَدُّدَاتِ اْلاِلهِيَّةِوَلِلْاِجَابَاتِ الرَّحْمَانِيَّةِلِدَعَوَاتِ مَخْلُوقَاتِهِ  وَلِلْاِمْدَادَاتِ الرَّبَّانِيَّةِ ِلاِسْتِغَاثَاتِ عِبَادِهِ وَلِلْاِحْسَاسَاتِ السُّبْحَانِيَّةِلِوُجُودِهِ لِمَصْنُوعَاتِهِ

Entonces aquel viajero por el mundo se dirigió a su propio intelecto que dice: “ya que busco a mi Maestro y Creador por medio de los seres del cosmos, yo debería antes que nada visitar al más famoso de todos estos seres, el comandante mayor y mejor consumado entre ellos, según el testimonio hasta de sus enemigos, el legislador más renombrado, el más exaltado en el discurso y el más brillante intelecto, quién ha iluminado catorce siglos con su excelencia y con su Corán, Muhammad, el Profeta árabe (PyB)”. Para visitarlo y buscar en él la respuesta de su búsqueda, él entró en la época bendita del Profeta, en su mente y vio que aquella época había sido de felicidad verdadera, gracias a él. Ya que por la luz que él había traído, él había transformado al más primitivo y analfabeto de los pueblos en los maestros y los líderes del mundo.

Él dijo también a su propio intelecto, “Antes de preguntarle acerca de nuestro Creador,  deberíamos aprender primero el valor de este ser extraordinario, la veracidad de sus palabras y la veracidad de sus noticias”. Así él comenzó investigando, y de las numerosas pruebas concluyentes que él encontró indicaremos brevemente aquí sólo nueve, las más generales.

LA PRIMERA: Todas las calidades excelentes y las características fueron encontradas en aquel ser extraordinario, según el testimonio incluso de sus enemigos. Cientos de milagros se manifestaron en sus manos, según aleyas coránicas explícitas o tradiciones alcanzando el estado de tawatur. Los ejemplos de estos milagros son su división de la luna,وَانْشَقَّ الْقَمَرُ , con una indicación sola de su dedo; cuando arrojó un puñado de polvo en los ojos de sus enemigos, haciéndolos huir,وَمَارَمَيْتَ اِذْ رَمَيْتَ وَلٰكِنَّ اللهَ رَمٰى, y dando a su sediento ejército de beber del agua que fluyó entre sus cinco dedos como el Manantial de Kawzar. Ya que algunos de aquellos milagros, que son más de trescientos, han sido expuestos con pruebas decisivas en el notable y maravilloso trabajo conocido como Los Milagros de Muhammad (PyB) – la Carta Diecinueve – dejamos la discusión de milagros de aquel trabajo, y permitamos al viajero seguir hablando:

“Un ser que además de características nobles y perfecciones tiene todos estos milagros luminosos para manifestarse, debe ser seguramente el más verídico hablando de todos los seres humanos. Es inconcebible que él se inclinaría al engaño, a las mentiras y al error, a los hechos del mal”.

LA SEGUNDA: Él sostiene en su mano un decreto del Señor del universo, un decreto aceptado y afirmado en cada siglo por las más de trescientos millones de personas. Este decreto, el Corán de la Talla Poderosa, es maravilloso de siete modos diferentes. El hecho es que el Corán tiene cuarenta aspectos diferentes de milagroso y es la palabra del Creador de todos los seres que ha sido expuesta detalladamente con pruebas fuertes en la Palabra Veinticinco, El Milagroso Corán, un tratado famoso que es como el sol de Risale-i Nur. Por lo tanto dejamos tales asuntos al trabajo y escucha del viajero como él dice, “no hay posibilidad alguna de mentira por parte del ser que es el transportador y el anunciador de este decreto, ya que esto sería una violación del decreto y una traición hacia Quién lo publicó”.

LA TERCERA: El Profeta (PyB) apareció con una Sharía y el Islam, un código de adoración, una súplica, una causa, una citación judicial, y con una fe que no existe nada parecido a ellos, ni podría existir. Ni existe ninguna forma más perfecta que ellos, no había existido, ni tampoco podría existir. Porque para la Ley apareciendo con ese ser iletrado no tiene ningún rival en su administración de una quinta parte de la humanidad durante catorce siglos, de manera justa y precisa a través de sus numerosos mandamientos. Además el Islam que surgió de los actos, los dichos y los estados de aquel ser iletrado (PyB), no tiene ninguna comparación, tampoco puede tenerla, ya que en todos los siglos ha sido, para trescientos millones de personas, una guía y un refugio, el profesor y educador de sus intelectos y el iluminador y purificador de sus corazones, la causa para el refinamiento y entrenamiento de sus almas, y la fuente del progreso y el avance de sus espíritus.

El Profeta (PyB) es de manera similar incomparable de forma que él era el principal en la práctica de todas las formas de la adoración encontrada en su religión, el primero en piedad y temor de Allah; en su observación de los deberes de adoración totalmente y con la atención a sus dimensiones de profundidad, incluso mientras estaba ocupado en la lucha constante y actividad; en su práctica de adoración en la que se combinan de manera perfecta el principio y final de la adoración y de servir a Allah sin imitación alguna; ciertamente no se puede hacerlo aparecer ni había aparecido.

Con Jawshan, al-Kabir de entre sus miles de rezos de súplica e invocaciones, él describe su Sustentador con tal nivel de conocimiento que todos los gnósticos y evliyas quienes han venido después de él han sido incapaces, con sus esfuerzos conjuntos, de alcanzar un nivel similar de gnosis y descripción exacta. Esto muestra que en el rezo él tampoco tiene par. Cualquiera que mire la sección a principios del Tratado Sobre el Rezo Suplicatorio que explica algunas partes del sentido de uno de las noventa y nueve secciones del Jawshan al-Kabir dirá que el Jawshan tampoco tiene par.

En su relato tawatur y su convocatoria de los seres humanos a la verdad, él había mostrado tal determinación, firmeza y coraje que aunque grandes estados y religiones, y hasta su propia gente, su tribu y su tío se opusieran a él de la manera más hostil, él no mostró el mínimo rastro de vacilación, ansiedad o miedo. El hecho es que él con éxito cambió el mundo entero e hizo del Islam el maestro del mundo, lo cual demuestra que no hay y no puede haber  nadie como él en su difusión y convocatoria.

En su fe, él tenía una fuerza tan extraordinaria, una certeza tan maravillosa, una amplitud tan milagrosa y una convicción tan exaltada, iluminando el mundo entero, que ninguna de las ideas y ciencias que entonces dominaban el mundo y ninguno de los filósofos de la época ni las enseñanzas de los líderes religiosos, eran capaces, a pesar de la hostilidad extrema y la negación, inducir en su certeza, convicción, confianza y aseguramiento, la mínima duda, vacilación, debilidad o ansiedad. Además, los evliyas de todas las épocas, encabezados por los Compañeros, los principales en los niveles de fe, han usado su fuente de fe y lo han considerado como la representación del nivel más alto de la fe. Esto demuestra que su fe (PyB) también es incomparable. Nuestro viajero por lo tanto concluyó y afirmó con su intelecto, que la mentira y la duplicidad no tienen ningún lugar en con el que ha traído una Sharía tan única, un Islam tan incomparable, una lealtad tan maravillosa para la adoración, una excelencia tan extraordinaria en rezos de súplica, una citación  tan universalmente aclamada a la verdad y una fe tan milagrosa.

LA CUARTA: Del mismo modo que el consenso de los Profetas (la paz sea con ellos) es una prueba fuerte para la existencia y la unidad de Allah, entonces también es un testimonio firme de la veracidad del Profeta Muhammad (PyB). Para todos los atributos sagrados, milagros y funciones que indican que la veracidad de los profetas (la paz sea sobre ellos) existió plenamente en aquel ser según el testimonio de la historia. Los profetas han predicho verbalmente la llegada de ese ser y han dado noticias buenas en la Torá, los Evangelios, los Salmos, y las páginas; más de veinte de los ejemplos más concluyentes de estas buenas nuevas, sacadas de las escrituras, han sido expuestas y probadas en la Carta Diecinueve. Del mismo modo, con sus actos y milagros asociados con su Profeta ellos han afirmado y, como fuera, pusieron su firma a la misión de aquel ser que es el principal y el más perfecto en las tareas y funciones de profeta. Como por el consenso verbal ellos indican la Unidad Divina, por la unanimidad de sus hechos ellos atestiguan la veracidad del Profeta (PyB). Esto también fue entendido por nuestro viajero.

LA QUINTA: Del mismo modo, los miles de evliyas quienes han alcanzado la verdad, la realidad, la perfección, los hechos maravillosos, descubriendo y atestiguando a través de la instrucción del Profeta (PyB) y después de él, atestiguan unánimemente no sólo a la unidad Divina sino también a su veracidad. Otra vez, el hecho que ellos atestiguan, por la luz de la refinación, algunas verdades que él proclamó acerca del Mundo de lo Invisible, y que ellos creen y afirman todas aquellas verdades por la luz de la fe, con el conocimiento de la certeza, o con la visión de la certeza, o con la certeza absoluta. Él vio que esto también demuestra claramente como el sol el nivel de veracidad y rectitud de aquel gran hombre, su maestro.

LA SEXTA: Los millones de eruditos purificados, sinceros, puntillosos y sabios fieles, que han alcanzado el nivel más alto del aprendizaje a través de la enseñanza e instrucción contenida en las verdades sagradas traídas por aquel ser, a pesar de su naturaleza indocta, las ciencias exaltadas que él inventó y el conocimiento Divino que él descubrió –los cuales no sólo demuestran y afirman, unánimemente y con las pruebas más fuertes, la unidad Divina que es la fundación de su misión, sino también atestiguan unánimemente la veracidad de este profesor supremo y gran maestro, y la veracidad de sus palabras. Esto es una prueba de su veracidad Por ejemplo cien piezas Risale-i Nur es solo una evidencia de fidelidad de esa persona.

LA SéPTIMA: La Familia y Compañeros del Profeta – quienes con su perspicacia, conocimiento y logro espiritual son los más renombrados, los más respetados, los más famosos, los más piadosos y la mayor parte de los hombres entusiastas que sucedieron a los profetas – examinado y escudriñando, con suma atención, seriedad  y exactitud, todos los estados, pensamientos y condiciones de este ser, ocultos o expuestos. Ellos llegaron a la conclusión unánime de que él era el más verídico, exaltado, y honesto estando en el mundo, y esto, su afirmación firme y convicción, es una prueba como la luz del día que certifica la realidad del sol.

LA OCTAVA: El cosmos indica a su Hacedor, Quien Inscribe y Diseñador, Que lo crea, administra, arregla, determinando su medida, forma y regulándolo; dispone de él, lo tiene como si fuera un palacio, un libro, una exposición, un espectáculo. Y también esto indica que requiere a un heraldo elevado, un descubridor verídico, un maestro culto y un profesor verídico que sabrá y dará a conocer los objetivos Divinos de la creación del universo, enseñará los casos divinos de la sabiduría en sus cambios y transformaciones, dará la instrucción de los resultados de sus movimientos obedientes, proclamará su valor esencial y las perfecciones de los seres dentro de él y expresará los sentidos de aquel libro poderoso; esto indica que es cierto que existe. Así, el viajero supo que esto declaró la veracidad de este ser, que realizó estas funciones mejor que nadie, y que es el funcionario más elevado y leal del Creador del universo.

LA NOVENA: Detrás del velo hay Uno Que desea demostrar con estas obras de arte ingeniosas y sabias la perfección de Su talento y arte; se da a conocer y se hace amar por medio de estas innumerables creaciones embellecidas y decoradas; evocar alabanza y gracias a través de las innumerables bendiciones agradables y valiosas que él ofrece; hacer que los seres humanos lo adoren con gratitud y apreciación ante Su dominación, por Su sustento solícito y protector de la vida, y Su provisión de nutrición y bendición de tal manera que satisfaga los más delicados de los gustos y apetitos de las bocas; manifestaría Su Divinidad por el cambio de estaciones, la alternación del noche y día, y por todos Sus hechos magníficos y majestuosos, todos Sus actos sobrecogedores, sabios y creativos, y así haría que los seres humanos creyeran en su Divinidad, con fe, sumisión, humildad y obediencia; y demostraría Su justicia y veracidad por siempre protegiendo la virtud, al virtuoso y destruyendo al mal y al malvado, aniquilando con golpes del cielo al opresor y al mentiroso. Será una certeza estar al lado de este Invisible Ser Su ser más amado y su más fiel aliado, que, sirviendo los propósitos que acaban de ser mencionados, descubre y desenmaraña el enigma de la creación del universo, quién actúa siempre en nombre de aquel Creador, que busca la ayuda y el éxito de Él, y quién los recibe de Él – Muhammad de Quraysh (PyB).

El viajero además dijo, dirigiéndose a su propio intelecto: “ya que estas nueve verdades atestiguan la veracidad de este ser, él debe ser la fuente de la gloria de la humanidad y la fuente del honor para el mundo. Si por lo tanto lo llamamos el Orgullo del Mundo y la Gloria de los Hijos de Adán, será adecuado. El hecho de que la soberanía imponente de este decreto del Compasivo, el Corán de la Exposición Milagrosa que él sostiene en su mano, ha conquistado la mitad del mundo, junto con sus perfecciones individuales y ha exaltado virtudes, muestra que él es el personaje más importante en el mundo. La palabra más importante acerca de nuestro Creador es la que él pronuncia”.

Ahora vamos a ver: la fundación de la citación de este extraordinario ser y el objetivo de toda su vida, basada en la fuerza formada por sus cientos de decisivos, evidentes y manifiestos milagros y los miles de verdades exaltadas, fundamentales contenidas en su religión, debía demostrar y atestiguar la existencia del Existente necesario, Su Unidad, atributos y Nombres, afirmar, proclamar y anunciarlo. Él por lo tanto parece un sol en el cosmos, la prueba más brillante de nuestro Creador, este ser a quien llamamos el Querido de Allah. Hay tres formas del consenso maravilloso e infalible cada una de las cuales afirman, confirma y pone su firma para el testigo que él sostiene.

La Primera: La afirmación unánime hecha por aquella asamblea luminosa conocida y celebrada en todo el mundo como la Familia de Muhammad (PyB) incluyendo miles de evliyas supremos de mirada penetrante y capacidad de percibir lo Invisible, como el Imám ‘Ali (Que Allah esté complacido con él), quién dijo, “Si el velo se levanta, mi certeza no aumentará”, y Abd al-Qadir al-Gueilani, Ghawth al-A’zam (Sea su misterio santificado), quién vio el Trono Supremo y la forma imponente de Israfil mientras estaba aún en la tierra.

La Segunda: La confirmación hecha con una fe tan fuerte que permitió a los seres humanos sacrificar sus vidas y sus propiedades, sus padres y tribus, por la asamblea renombrada conocida como los Compañeros, que se encontraron entre una gente primitiva y en un ambiente iletrado, carente de toda vida social o política aunque, sin escritura y perdido en la oscuridad de un período entre profetas; y quienes en un muy breve tiempo vinieron para ser los maestros, guías, o sólo gobernadores de los pueblos y estados más civilizados y política y socialmente avanzados, y para gobernar el mundo del Este al Oeste de la forma universalmente aprobada.

La Tercera: La confirmación proveyó del conocimiento de la certeza por aquel grupo alto de eruditos puntillosos y profundos que surgen en cada época, y en cada época hay mil personas, quiénes avanzan de manera maravillosa en cada ciencia y trabajo en campos diferentes.

Así, el testimonio traído por este ser a la unidad Divina no es particular e individual, sino general, universal y firme. Si todos los demonios que existen se unieran, no podrían desafiarlo. Tal era la conclusión alcanzada por el viajero.

En referencia a la lección aprendida en la Escuela de Luz por aquel viajero del mundo, aquel caminante en la vida, cuando él visitó mentalmente la época bendita del Profeta (PyB), se había dicho al final del Nivel Decimosexto de la Decimosexta Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ اَلْوَاحِدُ اْلاَحَدُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ فَخْرُ الْعَالَمِ وَشَرَفُ نَوْعِ بَنِى آدَمَ بِعَظَمَةِ سَلْطَنَةِ قُرْآنِهِ وَحَشْمَةِ وُسْعَةِ دِينِهِ وَكَثْرَةِ كَمَالاَتِهِ وَعُلْوِيَّةِ اَخْلاَقِهِ حَتَّى بِتَصْدِيقِ اَعْدَائِهِ وَكَذَا شَهِدَ وَبَرْهَنَ بِقُوَّةِ مِأَتِ مُعْجِزَاتِهِ الظَّاهِرَةِ الْبَاهِرَةِ الْمُصَدِّقَةِ الْمُصَدَّقَةِ وَبِقُوَّةِ آلاَفِ حَقَائِقِ دِينِهِ السَّاطِعَةِ الْقَاطِعَةِ بِاِجْمَاعِ آلِهِ ذَوِى اْلاَنْوَارِ وَبِاِتِّفَاقِ اَصْحَابِهِ ذَوِى اْلاَبْصَارِ وَبِتَوَافُقِ مُحَقِّقِى اُمَّتِهِ ذَوِى الْبَرَاهِينِ وَالْبَصَائِرِ النَّوَّارَةِ

El viajero incansable e insaciable, que sabía que el objetivo de la vida en este mundo y la esencia de la vida es la fe se dirigió a su propio corazón y dijo: “examinemos el libro conocido como el Corán de la Exposición Milagrosa, del cual se dice que es la palabra y la declaración del Ser Que buscamos, el más famoso, el libro más brillante y más sabio del mundo, que publica un desafío en cada época a cualquiera que rechace rendirse a él. Sepamos lo que dice Él. Pero primero, debemos establecer que este libro es de nuestro Creador”, y él comenzó a buscar.

Ya que el viajero vivía en este época, él miró primero al Risale-i Nur, destellos del milagroso Corán; él vio sus ciento treinta partes que consisten en puntos luminosos formulados por este Libro del Discernimiento, o explicaciones bien fundadas de su contenido. Incluso aunque Risale-i Nur luche valientemente para difundir las verdades del Corán en todas las direcciones, en esta época obstinada y atea, nadie puede derrotarlo, lo que demuestra que su maestro, su fuente, sus autoridades y su sol son el Corán Divino, no el discurso humano. Además entre cientos de pruebas en las distintas partes de Risale-i Nur, la única prueba contenida en la Palabra Veinticinco y al final de la Carta Diecinueve, se habían establecido cuarenta aspectos del Corán milagroso de tal modo que cualquiera que lo hubiera visto no los critica, ni los apela sino que pronuncia las alabanzas apreciativas. El viajero dejó a Risale-i Nur para demostrar que el Corán es un milagroso y la Palabra verdadera de Allah, volviendo sólo a una breve indicación de unos pocos puntos mostrando su grandeza

Primer Punto: Como el Corán, con todos sus milagros y verdades que indican su veracidad es un milagro de Muhammad (PyB) entonces también, Muhammad (PyB) con todos sus milagros, las pruebas de la profecía y las perfecciones del conocimiento, es un milagro del Corán y una prueba decisiva de que el Corán es la Palabra de Allah.

Segundo Punto: El Corán, en este mundo, causó de una manera tan luminosa, afortunada y verídica, una revolución en la vida social del ser humano, así como en las almas, corazones, espíritus, los intelectos de los seres humanos, en sus vidas individuales, sociales y políticas, y, habiendo causado esta revolución la perpetuó de tal manera, que durante catorce siglos en cada momento sus seis mil, seiscientos sesenta y seis aleyas han sido leídos por las lenguas de más que unos cien millones de seres humanos, entrenándolos, refinando sus almas y purificando sus corazones. Para los espíritus, esto ha sido un medio de desarrollo y progreso; para los intelectos, una orientación y una luz; para la vida, esto ha sido la vida en sí misma y la felicidad. Tal libro es de una certeza incomparable; es una maravilla y un milagro.

Tercer Punto: El Corán, desde aquella época hasta el presente, ha demostrado tal elocuencia que causó que el valor que le daban a la oda conocida como “Los Siete Poemas Colgantes”, que estaba escrita en oro y colgaba de las paredes de la Kaba, descendiera a tal punto que la hija de Labid, cuando descolgó el poema de su padre de la Kaba, dijo: “Comparado con las aleyas del Corán, esto ya no tiene ningún valor”.

Un poeta beduino oyó que alguien recitaba esta aleya:

فَاصْدَعْ بِمَا تُؤْمَرُ , e inmediatamente se prosternó. Le habían dicho:

“¿Te has hecho Musulmán?”

Él dijo:

“No, ya estaba prosternado antes de la elocuencia de esta aleya.”

Los miles de eruditos e imames, como los genios de la ciencia de la retórica como ‘Abd al-Qahir al-Jurjani, Sakkaki, y Zamakhshari, habían decidido que: “La elocuencia del Corán está más allá de la capacidad humana y es inaccesible.”

También desde esa época, el Corán ha desafiado a todos los letrados arrogantes y egoístas y retóricos, y les dice de una manera calculada para romper su arrogancia: “vengan y traigan una sola Sura como éstas, o acepten la perdición y la humillación en este mundo y en el Más Allá”. A pesar de este desafío, los retóricos obstinados de aquella época abandonaron el corto camino de hacer una sola Sura como el Corán y eligieron un largo camino de ponerse en peligro ellos mismos y sus pertenencias. Esto demuestra que no se puede tomar el camino corto.

Los millones de libros árabes que están en circulación, unos escritos por amigos del Corán a fin de parecerse e imitarlo, otros escritos por sus enemigos a fin de encararlo y criticarlo, ninguno de ellos ha sido capaz de alcanzar el nivel del Corán. Una persona común con sólo escucharlos, podrá decir con seguridad: “el Corán no se parece a estos otros libros, ni es del mismo nivel que ellos. Debe estar debajo de ellos o encima de ellos”.  Nadie –ningún incrédulo o tonto – en el mundo puede decir que está debajo de ellos. De ahí que su nivel de elocuencia esté sobre todos ellos. Una vez una persona leyó esta aleya:سَبَّحَ لِلّٰهِ مَافِى السَّمٰوَاتِ وَاْلاَرْضِ .Y la persona dijo: “no puedo ver ninguna elocuencia milagrosa en esta aleya”. Le dijeron: “vuelve a aquella época ucomo el viajero, y escucha la aleya como fue recitada allí”.

Imaginándose estar allí antes de la revelación del Corán, él vio que todos los seres del mundo estaban viviendo en un mundo inestable, pasajero, sin sentido, infinito e ilimitado, en confusión y oscuridad, sin vida y sin conocimiento u objetivo. De repente él oyó esta aleya proclamada por la lengua del Corán y la aleya quitó un velo de delante del universo e iluminó la cara del globo; este discurso siempre existente, este decreto eterno, dio la instrucción a todos los seres conscientes, preparados en las filas de los siglos venideros, en tal manera que el cosmos se convirtió en una mezquita enorme. Toda creación encabezada por el cielo y la tierra, fue llamada a la conmemoración vital de Allah y a la proclamación de Su gloria, fue contenta y alegremente satisfecha su función.

Nuestro viajero observó todo esto. Así probando el nivel de elocuencia del Corán, y comparándolo con otras aleyas por la analogía, él entendió uno de los muchos miles de motivos sabios de la conquista de la mitad del globo y un quinto de la humanidad por el murmullo de la elocuencia del Corán, para la continuación ininterrumpida de su monarquía respetada y poderosa durante catorce siglos.

Cuarto Punto: El Corán había demostrado una dulzura tan veraz que mientras que la repetición de incluso la cosa más dulce provoca acoso, lo cual desde los tiempos más tempranos había sido aceptado por todo el mundo y hasta se había hecho proverbial que repetir la recitación del Corán, lejos de inducir a la repugnancia y al cansancio en los seres humanos de corazón puro, por el contrario aumenta su dulzura.

El Corán manifiesta, además, tal frescura, juventud y originalidad, que aunque había vivido durante catorce siglos y había pasado por muchas manos, retiene su frescura como si recién hubiera sido revelado. Cada siglo ve el Corán disfrutar de una nueva juventud, como si él dirigiera ese siglo en particular. Del mismo modo, los eruditos de cada rama del aprendizaje, aunque ellos mantienen el Corán constantemente a su lado a fin de beneficiarse de él, y permanentemente seguir su método de exposición, vean que el Corán mantiene la originalidad de su estilo y la manera de la explicación.

Quinto Punto: Un ala del Corán está en el pasado, y otra está por venir, y como su raíz y su otra ala son verdades concordadas de los antiguos profetas, y las confirma y corrobora, y ellos también las confirman con la lengua de la unanimidad, entonces también todos los caminos rectos verdaderos y los caminos de la refinación cuyas frutas como los evliyas y los eruditos purificados, que reciben la vida del Corán, muestran a través de sus espíritus vitales, crecen progresivamente y viven bajo la protección de su segunda ala, atestiguan que el Corán es la verdad pura y la asamblea de verdades y por completo, una maravilla incomparable.

Sexto Punto: Seis aspectos del Corán son luminosos y muestran la veracidad del Corán y la exactitud por sí misma. Sí, los pilares de argumento y prueba están debajo de él; los destellos del sello de lo milagroso están encima de él; su objetivo; los dones de ambos mundos, las verdades de revelación divina que son el punto de apoyo están detrás de él; el asentimiento y las pruebas de las mentes rectas innumerables están a su derecha; y los corazones benignos y las conciencias limpias que conocen la absoluta y agradable seriedad para atraer la tranquilidad verdadera está a su izquierda. Todo demuestra que el Corán es un fuerte impenetrable y firme, extraordinario y maravilloso, tanto en el cielo como en la tierra.

Entonces también desde estos seis niveles, Quien Dispone del universo ha puesto Su sello en él, siendo una verdad pura y recta, y no siendo la palabra del ser humano, y que no contiene ningún error – Quien Dispone, Quién lo ha hecho Su práctica para exponer siempre la belleza del universo, protector bueno y recto, y eliminar impostores y mentirosos, ha confirmado y ha puesto Su sello en el Corán dándole el lugar más aceptable, más alto, y más dominante de respeto y nivel de éxito en el mundo.

Y entonces también quién es (PyB) la fuente del Islam y el intérprete del Corán –su creyente y poseedor con mayor respeto que todos los demás, y estando en un estado parecido a un sueño cuando fue revelado, y otras palabras y discursos que no se parecen ni se quedan atrás de él, y que la descripción del Intérprete sin vacilación y con confianza completa en el Corán, los acontecimientos cósmicos verdaderos de generalmente el pasado y el futuro desde detrás del velo de lo Invisible, y no se observa ningún engaño ni falta en él, estando bajo las miradas de los ojos más agudos, y su fe y afirmación de cada declaración del Corán con toda su fuerza y nada sacudiéndolo, es un sello confirmando que el Corán es revelado y verdadero y es la Palabra bendita de su propio Creador Compasivo.

También una quinta parte de la humanidad, en efecto la mayor parte de ella, que han llegado al Corán y se han unido a la religión y escuchándolo con impaciencia, deseosos de la verdad, y según el testimonio de muchas indicaciones y acontecimientos e iluminaciones, los genios, ángeles, y seres de espíritu que también se reúnen alrededor de él adorando con la verdad, como polillas siempre que es recitado, es un sello que confirma la aceptación del Corán por todos los seres y que ocupa la posición más alta.

También, que todas los niveles de la humanidad desde los más tontos y humildes hasta los más inteligentes y educados, tomen su parte de la instrucción del Corán y comprendan sus verdades más profundas y todas las ramas de académicos, como los grandes intérpretes de la Gran Sharía en particular, y cientos de ciencias islámicas y ramas de conocimiento, que los brillantes y exigentes expertos en teología y los principios de la religión extraigan del Corán todas las necesidades y respuestas para sus propias ciencias es una marca que confirma que el Corán es una fuente de verdad y una mina de realidad.

También, a pesar de los escritores árabes, quiénes eran los más avanzados en cuanto a literatura, aquellos de ellos que no entraron al Islam, tenían la mayor necesidad de  discutir el Corán. Su rechazo a la producción de algo parecido a una sola sura y a su elocuencia, la elocuencia que es sólo un aspecto de los siete aspectos principales del Corán milagroso, así como los oradores famosos y eruditos brillantes, que hasta ahora han querido ganar la fama a través de la disputa, han sido incapaces de oponerse a un aspecto solo de su milagro y su silencio restante e impotente, es un sello que confirma que el Corán es un milagro y más allá de los poderes humanos.

Sí, el valor, la superioridad y la elocuencia de un discurso o una palabra es aparente a través del saber, “de quien esto ha venido y a quien, y para qué objetivo”; el Corán entonces no puede tener un símil, y nada puede alcanzarlo. Porque el Corán es un discurso y la dirección del Sustentador de todos los mundos y el Creador del universo entero y un diálogo que de ninguna manera insinúa imitación o artificialidad. Es dirigido al enviado en nombre de todos los seres humanos, de todos los seres, el más famoso y renombrado de la humanidad, el fuerte y amplio, cuya fe dio lugar al fuerte Islam y elevó a su dueño al nivel “de la Distancia de Dos Cuerdas de Arco” y lo devolvió como el destinatario Del Eternamente Suplicado. Esto describe y explica los asuntos concernientes a la felicidad en esta palabra y la jerarquía, los resultados de la creación del universo, y los objetivos dominantes dentro de él. Esto expone también la fe del ser al que esto está dirigido, que era el más alto y el más extenso en la fe y que sostuvo todas las verdades de Islam. Gira y muestra cada lado del universo enorme como un mapa, un reloj, o una casa, y los enseña y describe como un Artesano Que los hizo. Producir algo parecido al Corán de Milagrosa Exposición no es posible; el nivel de su milagro no puede ser alcanzado.

También, miles de eruditos precisos y cultos de mucha inteligencia han escrito, cada uno, comentarios explicando el Corán, algunos de los cuales son de treinta, cuarenta, o hasta setenta volúmenes, mostrando y demostrando a través de pruebas y argumentos las calidades innumerables, las precisiones, las características, los misterios, elevados significados y numerosas indicaciones concernientes a cada clase de materia escondida e invisible en el Corán. Y las ciento treinta partes de Risale-i Nur en particular, cada una de las cuales demuestran con argumentos decisivos un mérito, una expresión que tiene un significado sublime del Corán. Cada parte de él, como el Milagroso Corán, y la Segunda Estación de la Palabra Veinte. Esta  deduce muchas cosas del Corán acerca de las maravillas de la civilización como el ferrocarril y el avión, y el Rayo Uno, llamado Signos del Corán, que da a conocer las indicaciones de aleyas que aluden a Risale-i Nur y a la electricidad. Los ocho tratados cortos de Risale-i Nur llamados Los Ocho Símbolos, que muestran qué bien ordenadas, llenas de sentido y misteriosas son las palabras del Corán. El pequeño tratado probando Risale-i Nur, en cinco aspectos, lo milagroso de las: al final  de la Sura Al-Fath (La Sura de la Conquista) en cuanto a sus noticias de lo Invisible – cada parte del Risale-i Nur muestra una verdad, una luz del Corán. Todo esto forma un sello que confirma que el Corán no tiene símil, es un milagro y una maravilla, que es la lengua del Mundo de lo Invisible en el Mundo Manifiesto y la Palabra de Un Omnisciente de lo Invisible.

Así, debido a estas cualidades y características del Corán indicadas arriba en seis puntos, seis aspectos y seis niveles, su soberanía luminosa, poderosa y sagrada ha seguido con perfecto esplendor la iluminación de las caras de los siglos y la cara de la tierra por su parte mil trescientos años. Y también debido a estas cualidades del Corán cada una de sus letras está ganando distinción sagrada de ceder al menos diez recompensas, diez méritos y diez frutas eternas, y las letras de cientos de aleyas y suras cediendo cien, mil frutas, o más y en tiempos benditos la luz, recompensa, y valor de cada letra que se eleva de diez a cien. El viajero por el mundo entendió esto y le dijo a su corazón:

“El Corán, que es milagroso en todos los sentidos, por el consenso de sus suras, el acuerdo de sus aleyas, el acuerdo de sus luces y misterios, y el acuerdo de sus frutas y trabajos, con sus evidencias en forma de pruebas declara la existencia, unidad, atributos y Nombres de Un Solo Necesariamente Existente, que es desde su testimonio, el testimonio interminable de todos los creyentes que habían surgido”

Así, en breve alusión a la instrucción en la fe y la unidad Divina que el viajero recibió del Corán, se había dicho en la Decimoséptima Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ اَلْوَاحِدُ اْلاَحَدُ  الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودهِ فِى وَحْدَتِهِ الْقُرْآنُ الْمُعْجِزُ الْبَيَانِ اَلْمَقْبُولُ الْمَرْغُوبُ ِلاَجْنَاسِ الْمَلَكِ وَاْلاِنْسِ وَالْجَانِّ ااَلْمَقْرُوءُ كُلُّ آيَاتِهِ فِى كُلِّ دَقِيقَةٍ بِكَمَالِ اْلاِحْتِرَامِ بِاَلْسِنَةِ مِأَتِ مِلْيُونٍ مِنْ نَوْعِ اْلاِنْسَانِ الدَّائِمُ سَلْطَنَتَهُ الْقُدْسِيَّةُ عَلَى اَقْطَارِ اْلاَرْضِ وَاْلاَكْوَانِ وَعَلَى وُجوُهِ اْلاَعْصَارِ وَالزَّمَانِ وَالْجَارِى حَاكِمِيَّتُهُ الْمَعْنَوِيَّةُ النُّورَانِيَّةُ عَلَى نِصْفِ اْلاَرْضِ وَخُمْسِ الْبَشَرِ فِى اَرْبَعَةَ عَشَرَ عَصْرًا بِكَمَالِ اْلاِحْتِشَامِ .. وَكَذَا شَهِدَ وَبَرْهَنَ بِاِجْمَاعِ سُوَرِهِ الْقُدْسِيَّةِ السَّمَاوِيَّةِ وَبِاِتِّفَاقِ آيَاتِهِ النُّورَانِيَّةِ اْلاِلهِيَّةِ وَبِتَوَافُقِ اَسْرَارِهِ وَاَنْوَارِهِ وَبِتَطَابُقِ حَقَائِقِهِ وَثَمَرَاتِهِ وَآثَارِهِ بِالْمُشَاهَدَةِ وَالْعَيَانِ

Nuestro viajero, viajero por la vida, sabía ahora que la fe es el capital más precioso que una persona puede tener, ya que no le otorga a la persona indigente ningún campo pasajero ni ninguna efímera vivienda, sino un palacio, en efecto un reino eterno tan grande como el cosmos entero o el mundo por sí mismo. La fe también le otorga a la persona efímera todo lo que va a necesitar para la vida eterna; libera de la aniquilación eterna a la persona desgraciada que espera en la horca la llegada del destino; y le abre una tesorería eterna de felicidad eterna. El viajero entonces se dijo a sí mismo:

“¡Vamos adelante! A fin de ganar un nivel adicional de entre los niveles infinitos de la fe, refirámonos a la totalidad del cosmos, y escuchemos lo que dice. Entonces seremos capaces de perfeccionar e iluminar las lecciones que hemos recibido de sus componentes y partes”.

Mirando a través del telescopio amplio y completo que él ha tomado del Corán, él vio el cosmos para ser tan significativo y bien ordenado que tomó la forma de un libro encarnado del Glorioso, un dominante encarnado Corán, un palacio sutilmente embellecido del Eternamente Suplicado, y la ciudad ordenada del más Misericordioso. Todas las suras, aleyas, y palabras de aquel libro del universo, hasta sus mismas letras, capítulos, divisiones, páginas y líneas, a través de su constante significativa reafirmación, sus cambios sabios y alternancias, dieron la expresión unánime a la existencia y la presencia de Quién tiene el Conocimiento de todas las cosas y el Poder sobre todas las cosas como el autor del libro, de un Escritor glorioso y Escribano Perfecto que ve todas las cosas en todas las cosas y sabe la relación de todas las cosas con todas las cosas.

Entonces también las especies y las partículas del cosmos, todos sus habitantes y contenido, todo lo que entra en él y lo deja, todos los cambios providenciales y los procesos sabios del rejuvenecimiento que ocurren en él – éstos proclaman en armonía la existencia y la unidad de un artesano exaltado, un incomparable Hacedor, Quién se pone a trabajar con poder ilimitado y sabiduría infinita. El testimonio de dos verdades grandes y enormes, de un pedazo comparado con la inmensidad del cosmos, confirma este supremo testigo del cosmos.

LA PRIMERA VERDAD: Éstas son las verdades de “la creación” y “la contingencia” establecidas con pruebas innumerables por los eruditos dotados de los principios de la religión y la ciencia de la teología, así como los sabios del Islam. Ellos habían dicho que ya que el cambio y la mutación deben ser observados en el mundo y todas las cosas, el mundo debe ser efímero y creado; no puede ser no creado. Si es creado, entonces debe haber un Hacedor que lo creó. Y si no hay ninguna causa que pueda ser encontrada en la esencia de una cosa ni por su existencia ni su no existencia, de modo que sean igualmente posibles, aquella cosa no puede ser necesaria y eterna.

Además, ha sido probado con argumentos decisivos que no es posible que las cosas se creen las unas a las otras, ya que esto implicaría la noción absurda y falsa de la causalidad y secuencias causales interminables. De ahí que la existencia de una Existencia Necesaria se hace necesaria, cuyo símil no puede existir, cuya similitud es imposible, todo lo demás es contingente y creado por él.

Sí, la verdad de la creación había impregnado todo el cosmos, y muchos casos de ello son visibles al ojo; el resto puede ser visto sólo por el intelecto. Ya que delante de nuestros ojos un mundo entero muere cada otoño, y junto con él mueren cientos de miles de clases diferentes de plantas y animales pequeños, cada miembro de cada especie que parece un pequeño cosmos. Es, sin embargo, una muerte tan ordenada y disciplinada que todas las cosas dejan sus semillas y huevos que, en la primavera serán los medios de resurrección y renacimiento, los milagros de la piedad y sabiduría, los milagros del poder y el conocimiento. Ellos dan a las semillas y huevos su libro de hechos y el plan de acción, confiándolos a la sabiduría del Preservador glorioso y a Su protección, y sólo entonces hace que mueran.

En primavera, los árboles muertos, raíces y animales vienen a la vida otra vez exactamente como eran, así suministran cientos de miles de ejemplos, especimenes y pruebas de la resurrección suprema. En el lugar de otros, las plantas y los animales que se parecen a ellos exactamente son traídos a la vida y convertidos en seres, así publicando las páginas de los seres de la primavera precedente junto con sus hechos y funciones, sólo como un anuncio. Así ellos demuestran el significado de la aleya:  وَاِذَا الصُّحُفُ نُشِرَتْ .

Entonces también, con respecto al todo, con cada otoño un gran mundo muere, y con cada primavera un mundo fresco nace. Aquella muerte y creación proceden en una manera tan ordenada, y tantas muertes separadas y creaciones ocurren dentro de él, de tal manera ordenada y regular, que es como si el mundo fuera la casa de un viajero donde los seres animados residen durante un tiempo, donde los mundos de viaje y los reinos migratorios vienen, cumplen sus deberes, y siguen su camino. Entonces, allí es aparente a todos los intelectos, con la claridad del sol, la existencia necesaria, el infinito poder y la interminable sabiduría de un Creador Glorioso y lleva a cabo en estos reinos vitales mundiales y resueltos universos, con sabiduría perfecta, conocimiento y equilibrio, con equilibrio, orden y regularidad, y Quien entonces los emplea para objetivos dominantes. Objetivos divinos y objetivos Misericordiosos, con pleno poder y compasión. Dejamos a Risale-i Nur y los libros de los teólogos la discusión adicional de asuntos relacionados con la creación.

En cuanto a la contingencia, ésta prevalece sobre todo el cosmos y lo rodea. Ya que vemos que todas las cosas, universales o particulares, grandes o pequeñas, desde Trono de Allah hasta la tierra, desde el átomo hasta el planeta, todos son enviados al mundo con una esencia particular, una forma específica, una identidad distinta, atributos particulares, sabias cualidades, y órganos beneficiosos. Ahora otorga aquella esencia y sutileza particular a sus particularidades, de entre las infinitas posibilidades disponibles; cubrirlo de su forma específica, distinta y apropiada, de entre las posibilidades y probabilidades que son tan numerosas como las formas que pueden ser concebidas; distinguir aquel ser con la identidad apropiada, de entre las posibilidades tan numerosas como los otros miembros de su especie; dotar con atributos especiales, convenientes y beneficiosos el objeto creado que carece de forma y es dudoso en medio de las posibilidades y probabilidades que son tan numerosas como las variedades de atributo y nivel; para adjuntar a aquél ser sin objetivo, dejado perplejo y afligido entre las innumerables posibilidades y probabilidades que resultan de la infinidad de caminos concebibles y modalidades –para adjuntarle calidades sabias y órganos beneficiosos y equiparlo con ellos – todo esto son indicaciones, pruebas, y afirmaciones al número de innumerables posibilidades de la existencia necesaria, el poder infinito y las sabidurías ilimitadas del Existente Necesario Quién crea, elige, especifica, y distingue la esencia e identidad, la forma y figura, el atributo y la situación de todos los seres contingentes, ya sean universales o particulares.

Indica, también, que ningún objeto ni materia están ocultos para Él, que nada es difícil para Él, que la mayor tarea es tan fácil para Él como la más pequeña, que Él puede crear una primavera tan fácilmente como puede crear un árbol, y crea un árbol tan fácilmente como crea una semilla. Todo esto, entonces, pertenece a la verdad de la contingencia, y forma un ala del gran testimonio soportado por el cosmos.

Ya que el testimonio del cosmos, con sus dos alas y dos verdades, es totalmente establecido y explicado en varias partes de Risale-i Nur, y en particular en las Palabras Veintidós y Treinta y dos, así como en las Cartas Veinte y Treinta y Tres, mandamos a nuestros lectores a estos escritos, e interrumpimos una historia extremadamente larga.

LA SEGUNDA VERDAD: En cuanto a la Segunda Verdad que proviene del total esquema del cosmos, que es también la segunda ala de su universal y gran testimonio, es como sigue:

Allí debe ser vista una verdad de cooperación entre estos seres que intentan mantener su existencia, y si ellos son animados, su vida, cumplen sus funciones en medio de constantes cambios y revoluciones emocionantes, una verdad que recae muy lejos de sus capacidades.

Por ejemplo, los elementos se apresuran en ayudar a los seres vivos; las nubes en ayudar al reino de los vegetales; el reino de los vegetales, en ayudar al reino animal; el reino animal, en ayudar al reino humano. La leche fluye a borbotones del pecho, como la fuente del Paraíso, para socorrer al niño; el hecho de que a los seres vivos se les den sus necesidades y sustento de una manera que transciende su capacidad, de sitios inesperados; el relleno de las células del cuerpo con partículas de alimento, por el que son subyugados por su Sustentador y su empleo en Sus manos misericordiosas –todo estos y numerosos otros ejemplos de la verdad de la cooperación demuestran la dominancia universal y compasiva del Sustentador de Todos los Mundos, Quién Administra el cosmos como un palacio.

Sí, los objetos sólidos, inanimados e insensibles, que sin embargo cooperan los unos con los otros de una manera sensible y consciente, deben ser necesariamente la causa de precipitarse a ayudarse por el poder, piedad, y orden de un Sustentador Compasivo, Sabio y Glorioso.

La cooperación universal visible en todas partes del cosmos; el equilibrio completo y preservación comprensiva que prevalece con suma regularidad en todas las cosas, de los planetas a los miembros, miembros y partículas corporales de seres animados; el embellecido cuya pluma se extiende sobre la cara dorada del cielo, la cara decorada de la tierra, y las delicadas caras de las flores; la orden que prevalece sobre todas las cosas, de la Vía Láctea y el Sistema Solar hasta las frutas como el maíz y las granadas; la asignación de deberes a todas las cosas, del sol y la luna, los elementos y las nubes, hasta las abejas –todas estas grandes verdades ofrecen un testimonio de la grandeza proporcionada, y su testimonio forma la segunda ala del testimonio ofrecido por el cosmos.

Ya que Risale-i Nur ha establecido y ha clarificado este gran testimonio, nos contentaremos aquí con esta breve indicación.

En breve alusión a la lección de fe aprendida por nuestro viajero del cosmos, se había dicho en la Decimoctava Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اَللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الْمُمْتَنِعُ نَظِيرُهُ اَلْمُمْكِنُ كُلُّ مَاسِوَاهُ الْوَاحِدُ اْلاَحَدُ الَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ هذِهِ الْكَائِنَاتُ الْكِتَابُ الْكَبِيرُ الْمُجَسَّمُ وَالْقُرْآنُ الْجِسْمَانِىُّ الْمُعَظَّمُ وَالْقَصْرُ الْمُزَيَّنُ الْمُنَظَّمُ وَالْبَلَدُ الْمُحْتَشَمُ الْمُنْتَظَمُ بِاِجْمَاعِ سُوَرِهِ وَآيَاتِهِ وَكَلِمَاتِهِ وَحُرُوفِهِ وَاَبْوَابِهِ وَفُصُولِهِ وَصُحُفِهِ وَسُطُورِهِ وَاِتِّفَاقِ اَرْكَانِهِ وَاَنْوَاعِهِ وَاَجْزَائِهِ وَجُزْئِيَّاتِهِ وَسَكَنَتِهِ وَمُشْتَمِلاَتِهِ وَوَارِدَاتِهِ وَمَصَارِفِهِ بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ الْحُدُوثِ وَالتَّغَيُّرِ وَاْلاِمْكَانِ بِاِجْمَاعِ جَمِيعِ عُلَمَاءِ عِلْمِ الْكَلاَمِ وَبِشَهَادَةِ حَقِيقَةِ تَبْدِيلِ صُورَتِهِ وَمُشْتَمِلاَتِهِ بِالْحِكْمَةِ وَاْلاِنْتِظَامِ وَتَجْدِيدِ حُرُوفِهِ وَكَلِمَاتِهِ بِالنِّظَامِ وَالْمِيزَانِ وَبِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ التَّعَاوُنِ وَالتَّجَاوُبِ وَالتَّسَانُدِ وَالتَّدَاخُلِ وَالْمُوَازَنَةِ وَالْمُحَافَظَةِ فِى مَوْجُودَاتِهِ بِالْمُشَاهَدَةِ وَالْعَيَانِ

Entonces el viajero curioso e inquisitivo, que buscaba al creador del mundo, que ha avanzado ganando el conocimiento de Allah indirectamente por dieciocho niveles y que se ha acercado, al final de una ascensión en la fe al trono de la verdad, una estación donde en la presencia de Allah, él se dirigió a Él directamente. Él dijo a su propio espíritu mismo:

“En la noble sura de apertura del Corán, Al-Fatiha (La Sura que Abre el “Libro”), las aleyas que se extienden desde el principio hasta la palabra اِيَّاكَ i-iáka  parecen una forma de alabanza y un elogio pronunciado indirectamente; pero la palabra اِيَّاكَ i-iáka significa una entrada a Su presencia y una dirección a Él directamente. Entonces también nosotros deberíamos abandonar esta búsqueda indirecta y pedir el objeto de la búsqueda desde el propio objeto de nuestra búsqueda. Por una parte se le debe preguntar al sol acerca del sol, ya que, como muestra todas las cosas, se mostrará a sí mismo aún más claramente. Como percibimos y conocemos al sol por sus rayos, entonces también podemos esforzarnos por conocer a nuestro Creador, según nuestras capacidades, por Sus Nombres más Hermosos y Atributos Sagrados”.

Declararemos aquí, con suma brevedad y concisión, dos de los caminos innumerables que conducen a este objetivo; dos de los niveles infinitos de aquellos dos caminos; y dos de las verdades abundantes y detalladas de aquellos dos niveles.

LA PRIMERA VERDAD: Allí aparece visible a nuestro ojo una verdad completa, permanente, ordenada e imponente, que cambia, transforma

Y renueva a todos los seres en el cielo y en la tierra, con una actividad imperiosa e incesante. Dentro de la verdad de esto en cada forma de actividad sabia, allí es inmediatamente percibida la verdad de la manifestación de dominación, y por su parte, dentro de la verdad de esto en cada forma de manifestación misericordiosa de dominación, es reconocible la verdad de la Epifanía de la Divinidad.

De esta actividad continua, sabia e imperiosa, los hechos de un Hacedor Todopoderoso y Omnisciente pueden ser discernidos, como si estuviera tras el velo. Y desde detrás del velo de esta nutrición y administración de hechos de dominación, los Nombres Divinos, manifestados en todas las cosas, pueden ser inmediatamente percibidos. Entonces detrás del velo de los Nombres Hermosos, manifestados con Gloria y Belleza, puede ser deducida la existencia y la realidad de los siete atributos sagrados, según el testimonio de toda la creación, de una forma vivificante, poderosa, entendida, todo-audiencia, todo-vista, volitiva y dotada de habla, allí aparece al ojo de la fe en el corazón, evidente y necesariamente, y con un conocimiento de certeza, la existencia de un Existente Necesario que es descrito por estos atributos, Único de Unidad conocida por estos Nombres, un Hacedor Incomparable y Eterno, de una forma más fundada y brillante que el sol.

Ya que un libro bello y profundo necesariamente presupone el acto de escritura y una casa sólida presupone el acto de construcción; y los actos de escritura maravillosa y buena construcción presuponen los títulos escritor y constructor; y los títulos de escritor y constructor obviamente implican las artes y atributos de la escritura y construcción; y estas artes y atributos obviamente requieren de alguien que será calificado por los nombres y atributos; será el artista y el artesano. Ya que como es imposible que haya un hecho sin un hacedor, o un nombre sin alguien designado por ese nombre, entonces tampoco es posible que haya un atributo sin algo calificado por ese atributo, ni una obra de arte sin un artesano.

En la base, entonces, de esta verdad y principio, el universo con todos los seres que contiene parece una colección de libros profundos y cartas escritas por la pluma del Decreto Divino, edificios innumerables y palacios construidos con el martillo del Poder Divino. Cada uno de éstos individualmente de miles de modos y juntos de modos incontables pronuncia el siguiente testimonio:

Estos hechos dominantes y misericordiosos innumerables, y las manifestaciones interminables de los mil y un Nombres Divinos que son la fuente de los hechos, y las manifestaciones infinitas de los siete atributos transcendentes que son la fuente de los Nombres Hermosos de, formas interminables e infinitas señala y testifica  la existencia necesaria y la unidad  de una Esencia Gloriosa Que es la fuente de aquellos siete atributos comprensivos, sagrados y es calificada por ellos. Y entonces también todos los casos de belleza, hermosura, perfección, y exquisitez encontrados en aquellos seres evidentemente declaran todos juntos las bellezas sagradas y las perfecciones de los hechos dominantes, los Nombres Divinos, atributos y calidades, que caben y son dignos de ellos, y la belleza sagrada de la Esencia más Pura.

Entonces la verdad de la dominación que se manifiesta dentro de la verdad de la actividad, revela y se da a conocer en calidades y actos como creación, origen, formación y dotación de vida, con conocimiento y sabiduría; determinando, formando, administrando y cambiando con regularidad y equilibrio; transformando, causando descendencia y perfección, con el objetivo y voluntad; y alimentando, nutriendo y otorgando bendición, con ternura y piedad. Y dentro de la verdad de la manifestación de la dominancia, la verdad de la revelación inmediatamente percibida de la Divinidad se da a conocer y es reconocida por las manifestaciones compasivas y munificentes de los Nombres Hermosos y a través de las manifestaciones Gloriosas y Bellas de los siete atributos afirmativos: Vida, Conocimiento, Poder, Voluntad, Oído, Vista y Habla.

Sí, en cuanto al atributo del Habla aprovecha al máximo la Esencia Sagrada conocida a través de la revelación e inspiración, por ende el atributo del Poder hace a la Esencia conocida a través de sus trabajos y efectos expertos, cada uno de los cuales parece una palabra asumiendo una forma externa. Presentando el cosmos de un extremo al otro bajo el aspecto de un libro encarnado y discerniente, esto describe y da a conocer al Posesor Poderoso de la Gloria.

En cuanto al atributo del Conocimiento, da a conocer a la Esencia Más Sagrada, por cada uno de los objetos sabios, bien pedidos y equilibrados de la creación, por cada ser administrado, dirigido, embellecido y hecho distinto por el Conocimiento de Allah.

En cuanto al atributo de la Vida, es probado no sólo por sus propias pruebas, sino también por todos los trabajos que proclaman el Poder de Allah, por todas las formas bien ordenadas, sabias, equilibradas, embellecidas y estados que indican el Conocimiento de Allah, así como por todas las pruebas de todos los demás atributos. Así la Vida, mostrando como testigos todos los seres animados, que actúan como espejos que reflejan aquellas pruebas abundantes, dan a conocer a un Eterno Viviente y a una Esencia Auto-Subsistente.

También este atributo que constantemente cambia el cosmos, a fin de producir en él manifestaciones y diseños frescos y variados, y convertirlo en un espejo supremo formado por  innumerables espejos más pequeños. Del mismo modo, los atributos de la Vista y el Oído, la Voluntad y el Habla, cada uno revela y da a conocer a la Esencia más sagrada, como el cosmos hace.

Entonces, también, como los atributos señalan a la existencia del Poseedor de Gloria, ellos también indican de la forma más manifiesta, la existencia y la realidad de la vida, y permanencia de aquella Esencia. Ya que el Conocimiento es un signo de la Vida; el Oído es una indicación de la Vida; la Vista pertenece sólo a la vida; la Voluntad tiene lugar sólo con la Vida. El Poder Resuelto es encontrado sólo en los seres y el Habla es una tarea para aquellos dotados con Conocimiento y Vida.

Así continuamos, el atributo de la Vida tiene pruebas siete veces tan numerosas como el cosmos, y pruebas que proclaman su existencia y la existencia del Que esto califica. Así esto viene a ser la fundación y la fuente de los atributos, el origen y el apoyo del Nombre Supremo. Ya que Risale-i el Nur establece esta primera verdad con pruebas poderosas y lo aclara, nos contentaremos ahora con una gota de este océano.

LA SEGUNDA VERDAD: El discurso divino, que proviene del atributo del Discurso.لَوْكَانَ الْبَحْرُ مِدَادًالِكَلِمَاتِ رَبِّى Según el sentido interior de esta aleya, el discurso Divino es infinito. El signo más claro que demuestra la existencia de un ser es su discurso. Esta verdad, por lo tanto, constituye un testimonio infinito de la existencia y de la unidad del Hablante Siempre Existente. Ya que dos pruebas poderosas de esta verdad son la revelación y la inspiración, explican en las Etapas Decimocuarta y Decimoquinta de este tratado; otra amplia prueba es proporcionada por libros sagrados y divinos, como el indicado en el Décimo Nivel. La prueba más brillante y completa es realizada por el Corán de la Exposición Milagrosa, como discutimos en la Decimoséptima Etapa –por todos estos motivos recomendamos a nuestros lectores aquellas Etapas para la exposición y la afirmación de esta verdad. Suficientes para nosotros y para nuestro viajero, que era incapaz de proceder más allá de este punto, son las luces y misterios contenidos en la aleya sublime que proclama esta verdad de manera milagrosa y añade que posee el testimonio de todos los precedentes:

شَهِدَ اللهُ اَنَّهُ لاَ اِلٰهَ اِلَّا هُوَ وَاْلمَلٰئِكَةُ وَاُولُو الْعِلْمِ قَائِمًا بِالْقِسْطِ لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ الْعَزِيزُ الْحَكِيمُ

En alusión a la esencia de la lección aprendida por nuestro viajero que esta Estación sagrada, se había dicho, en la Decimonovena Etapa de la Primera Estación:

لاَ اِلٰهَ اِلاَّ اللهُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ الْوَاحِدُ اْلاَحَدُ لَهُ اْلاَسْمَاءُ لْحُسْنَى وَلَهُ الصَّفَاتُ الْعُلْيَا وَلَهُ الْمَثَلُ اْلاَعْلَى اَلَّذِى دَلَّ عَلَى وُجُوبِ وُجُودِهِ فِى وَحْدَتِهِ اَلذَّاتُ الْوَاجِبُ الْوُجُودِ بِاِجْمَاعِ جَمِيعِ صِفَاتِهِ الْقُدْسِيَّةِ الْمُحِيطَةِ وَجَمِيعِ اَسْمَائِهِ الْحُسْنَى اَلْمُتَجَلِّيَةِ بِاِتِّفَاقِ جَمِيعِ شُؤُنَاتِهِ وَاَفْعَالِهِ الْمُتَصَرِّفَةِ بِشَهَادَةِ عَظَمَةِ حَقِيقَةِ تَبَارُزِ اْلاُلُوهِيَّةِ فِى تَظَاهُرِ الرُّبُوبِيَّةِ فِى دَوَامِ اْلفَعَّالِيَّةِ الْمُسْتَولِيَةِ بِفِعْلِ اْلاِيجَادِ وَالْخَلْقِ وَالصُّنْعِ وَاْلاِبْدَاعِ بِاِرَادَةٍ وَقُدْرَةٍ وَبِفِعْلِ التَّقْدِيرِ وَالتَّصْوِيرِ وَالتَّدْبِيرِ وَالتَّدْوِيرِ بِاِخْتِيَارٍ وَحِكْمَةٍ وَبِفِعْلِ التَّصْرِيفِ وَالتَّنْظِيمِ وَالْمُحَافَظَةِ وَاْلاِدَارَةِ وَاْلاِعَاشَةِ بِقَصْدٍ وَرَحْمَةٍ وَبِكَمَالِ اْلاِنْتِظَامِ وَالْمُوَازَنَةِ وَبِشَهَادَةِ عَظَمَةِ اِحَاطَةِ حَقِيقَةِ اَسْرَارِ – شَهِدَ اللهُ اَنَّهُ لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ وَالْمَلٰئِكَةِ وَاُولُوا الْعِلْمِ قَائِمًا بِالْقِسْطِ لاَ اِلٰهَ اِلاَّ هُوَ الْعَزِيزُ الْحَكِيمُ

 

[1] Advertencia: Me gustaría explicar un poco los treinta y tres niveles de la Unidad Divina que están en la Primera Estación. Pero por mi situación actual y mi mal estado,  estoy obligado a estar satisfecho con sólo algunas pruebas muy breves y la traducción de su significado. En treinta tratados de Risale-i Nur, tal vez en cien tratados, estos treinta y tres niveles se aclararon con pruebas, en maneras distintas, en cada tratado algunos de estos niveles. Para más detalles, referirse a aquellos tratados.