“Frecuentemente ofrecemos súplicas pero no se aceptan”, ¿dices así?

CUARTO PUNTO

La fe necesita de la súplica como medio para satisfacer necesidades, y la naturaleza humana la desea profundamente, Allah, Alabado sea, declara: قُلْ مَا يَعْبَؤُا بِكُمْ رَبِّى لَوْلاَ دُعَاؤُكُمْ “Di: ¿Qué atención os iba a prestar Mi Señor de no ser por vuestra súplica?” (Corán 25: 77) Lo que significa, en otras palabras, “¿qué importancia tendrías si no Me ofrecieras súplicas?” Allah ordena: اُدْعُونِى اَسْتَجِبْ لَكُمْ “Llamadme y os responderé”. (Corán 40: 60)

Si dices: Frecuentemente ofrecemos súplicas pero no se aceptan. Sin embargo, este versículo es general. Declara que se contesta a cada súplica.

La Respuesta: Responder es una cosa y aceptar es algo muy diferente. Cada súplica tiene su respuesta. Pero aceptar, responder y dar lo que se pide depende de la sabiduría de Allah Misericordioso.

Por ejemplo: Si un niño enfermo llama al médico: “¡Oh Doctor, míreme!”

El doctor responde: “Dime, ¿qué quieres?”.

El niño le dice: “Dame esta medicina”.

El médico le da la medicina que le pide, o le da otra que sea más conveniente para él, o bien no le da ninguna sabiendo que es perjudicial para su salud.

Así, Allah Misericordioso, que es Todo Presente y Que Todo Lo Ve, responde a las súplicas de sus creyentes. Mediante su presencia y respuesta Él transforma la melancolía de la soledad y el desamparo en la alegría de la unidad fraternal. Pero lo hace según su Sabiduría Divina, no por el capricho o por las inoportunas demandas del ser humano. Él le da lo que pide, da otra mejor o no le da nada.

También, la súplica es una adoración. Los frutos de la súplica pertenecen al Otro Mundo. Las razones mundanas son los tiempos de las súplicas y adoraciones especiales. Por ejemplo, los rezos y las súplicas de lluvia son también actos de adoración. La sequía es el tiempo específico para realizar estas oraciones. No son para atraer la lluvia. Si se hacen solamente con esa intención, estas súplicas y oraciones no son sinceras y no son merecedoras de aceptación. La puesta de sol es el tiempo para el rezo del ocaso. El eclipse lunar y solar es el tiempo de dos oraciones particulares que se llaman ‘Salat Kusúf y Jusúf’. Es decir, al oscurecerse los dos signos luminosos del día y de la noche, Allah manifiesta Su Poder Infinito e invita a sus creyentes a realizar un tipo de oración específica en esos momentos. Está claro que este rezo no es para que salga el sol o la luna (estos fenómenos y el tiempo que durarán pueden ser determinados por los astrónomos).

Del mismo modo, la sequía es el momento para realizar el rezo de la lluvia. Y la aparición de calamidades y ataques dañinos son los tiempos de rezos particulares que el humano realiza con impotencia, y a través de la súplica busca refugio en la Corte del Poseedor del Poder Absoluto.

A pesar de que se haya suplicado mucho, si las calamidades no se disipan aún no se dirá que las súplicas no se han aceptado, sino que se dirá: “el tiempo de súplica no ha cumplido todavía”. Si mediante la misericordia y la magnificencia del Omnipotente Allah se disipa la calamidad, luz sobre luz, el tiempo de la súplica se termina. Es decir que la súplica significa adoración y es la forma en que el ser humano admite ser siervo de Allah.

La forma de adorar y de servir a Allah debe ser sincera y sólo por Allah. El ser humano tiene que proclamar su impotencia y debe buscar refugio en Allah a través de la súplica. No debe intervenir en Sus Decisiones Divinas. Debe dejar que Él tome las medidas que sean necesarias y debe confiar en Su Sabiduría. No debe exigir Su Misericordia.

En verdad lo que fue establecido por estos claros versículos del Corán es que, tal y como todos los seres ofrecen sus glorificaciones y adoraciones particulares, así también lo que asciende desde todo el Universo a la Corte Divina, es la súplica.

Esto se logra a través de la lengua por la habilidad innata -como las súplicas que realizan las plantas y animales- por la cual, cada uno, mediante esta lengua, busca una forma del Otorgador Absoluto, y manifiesta Sus Divinos Nombres.

O a través de la lengua de las necesidades innatas. Son súplicas para las necesidades esenciales -las que parecen inalcanzables- de todos los seres vivos. A través de la lengua, los seres vivos buscan ciertas cosas del Generoso Absoluto para continuar con sus vidas, como una especie de subsistencia.

O con la lengua de la exigencia, a través de la cual todos los seres con alma que se encuentran en apuros y tienen dificultades, realizan súplicas y buscan amparo urgente en un protector desconocido que, en realidad, no es otro que El Sostenedor Compasivo. Si no hay nada que lo impida, estas tres clases de súplica son siempre aceptadas.

La cuarta clase de súplica es la más conocida: nuestra súplica. Y también este tipo es de dos formas: una, activa y con predisposición, y la otra, verbal y del corazón.

Por ejemplo, recurrir a las causas es una súplica activa. Juntar las causas no es para crear un efecto, sino que se intenta, a través de la lengua de la predisposición, lograr una posición aceptable para buscar el efecto de Allah Todopoderoso. Arar la tierra, pues, es llamar a la puerta del tesoro de misericordia, porque este tipo de súplica está relacionada con el Nombre y el Titulo del Generoso Absoluto y se acepta en la gran mayoría de casos.

El segundo tipo, es suplicar verbalmente y con el corazón. Es desear aquello a lo que no se puede llegar. El aspecto más importante, el objetivo más bello, la fruta más dulce de eso es: “Quien reza entiende que hay Alguien que escucha los deseos de su corazón, Cuya mano sí es capaz de llegar a todo y que sólo Él puede cumplir todos los deseos, Quien se apiada de su impotencia, y responde a su pobreza.” Así, ¡Oh, impotente y pobre ser humano! No dejes un medio como la súplica, que es la llave del tesoro de misericordia y es el objeto de fuerza inagotable. ¡Aférrate a ella! ¡Elévate al pico más alto de la humanidad! Como un rey, incluye en tus súplicas, todas las súplicas del Universo. اِيَّاكَ نَسْتَعِينُ Di: “Sólo en Ti buscamos ayuda.” (Corán 1:5) como un siervo de Allah y un fiel representante de todo el Universo. ¡Que seas, pues, de los mejores ejemplos de la Creación!

Bediuzaman Said Nursi
En: El humano y El Universo
De la Colección de Risale-i Nur

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