DESTELLO DIECISIETE

 

Primera Nota

 

Me dirijo a mí mismo diciendo: ¡Oh, negligente Said! Debes saber que no merece que apegues tu corazón a algo que no te acompañará después de que este mundo termine y parta de ti cuando se destruya. No es razonable que apresures tu corazón a las cosas transitorias que te darán la espalda y te abandonará cuando la época en la que vives llegue a su fin y no serán tus amigos en el camino a través del Reino Intermedio, ni te acompañarán hasta la puerta de la tumba y que, dejándote por siempre después de uno o dos años, te agobiarán con sus pecados y por rencor te abandonarán en el momento de logros.

Si eres sensato, dejarás los asuntos que se harán añicos y serán destruidos bajo los golpes de las revoluciones mundanales, los niveles del Reino Intermedio y las agitaciones conflictivas del Más Allá; que no son capaces de acompañarte ni ser amigos tuyos en el camino a la eternidad. No les des importancia. No sufras con su partida.

Considera tu propia naturaleza; entre tus facultades sutiles hay una que es tal que no se puede contentar con otra cosa que no sea la eternidad y el Eterno. No puede dirigirse a otro sino a Él. No puede degradarse por ellos. Si le dieras el mundo entero, no satisfaría esa necesidad innata. Es el soberano de tus sentidos y de tus facultades. Entonces obedece a ese soberano, que es obediente a las órdenes del Sabio Creador y ¡encuentra la salvación!

 

Segunda Nota

 

Tuve un sueño verdadero en el que le decía a la gente: “¡Oh, ser humano! Uno de los principios del Corán es este: no consideres nada más que a Allah Todopoderoso como más grande que tú al grado de adorarlo. Y no te consideres más grande que cualquier otra cosa al grado de volverte arrogante y altanero ante ello. Porque tal como todos los seres son iguales con respecto a su distancia de ser apropiados para adorarlos, así también son iguales con respecto a ser creados.

 

Tercera Nota

 

¡Oh, negligente Said! Como una ilusión, ves al mundo sumamente temporario como eterno y permanente. Cuando miras a tu alrededor y al mundo, lo ves como estable en cierta forma y constante. Y entonces, ya que lo miras desde el mismo punto de vista, también consideras a tu propio ser transitorio como constante, sólo le temes al Último Día. Como si fueras a vivir hasta ese momento, entonces sólo tienes miedo de eso. ¡Usa tu razón! Tú y tu mundo personal estás permanentemente sujetos a los golpes de la muerte y el declive. Tu ilusión y sofistería se parecen a esta comparación: Si una persona tiene un espejo en su mano que sostienes frente a una casa o a una ciudad o un jardín, la imagen de la casa, la ciudad o el jardín aparecerá en el espejo. Si el más mínimo movimiento o cambio le ocurrieran al espejo, las imágenes se volverían confusas y distorsionadas. El hecho de que la casa, la ciudad o el jardín reales fuera del espejo continúan y son constantes no te valen de nada porque la casa en el espejo de tu mano y tu ciudad y jardín son sólo en la escala y en las proporciones que el espejo te da.

Tu vida es el espejo. El apoyo y el espejo de tu mundo y su centro es tu vida. Cada minuto es posible que la casa y la ciudad y el jardín mueran y se destruyan, su condición es tal que en cualquier minuto pueden colapsar sobre tu cabeza y tu último día vendrá. Ya que esto es así, ¡no cargues tu vida y tu mundo con cargas que no pueden levantar ni soportar!

 

Cuarta Nota

 

Debes saber que es la práctica general del Creador Omnisciente devolver las cosas importantes y valiosas exactamente iguales. Es decir, renovar la mayoría de las cosas de forma similar al alternar las estaciones y cambiar los siglos, Él devuelve las cosas de valor e importancia exactamente. Esta ley de la práctica Divina se ve mayormente sin variaciones en las resurrecciones de los días, años y siglos.

Así, como consecuencia de esta ley constante, decimos: ya que según el acuerdo y el testimonio de la ciencia, el fruto más perfecto del árbol de la creación es el ser humano y entre los seres creados, el más importante es el ser humano y entre los seres de más valor, está el ser humano y ya que un ser humano individual es equivalente a una especie de otros animales, por cierto se puede conjeturar con certeza que en la Resurrección Suprema, cada individuo será regresado exactamente igual, con su cuerpo y todos sus atributos.

 

Quinta Nota

 

Ya que la ciencia y la civilización occidental tenían, hasta cierto punto, un lugar en el pensamiento del Viejo Said, cuando el Nuevo Said se embarcó en sus viajes de la mente, se transformaron en enfermedad del corazón  en ese viaje del corazón y fueron la causa de dificultades excesivas. El Nuevo Said, en consecuencia, quiso sacudir de su mente esa filosofía falaz y esa civilización disoluta. Para silenciar las emociones de su alma maligna, que atestiguaba a favor de Europa, se vio obligado a sostener en su espíritu la siguiente discusión – que en un sentido es muy breve y en otro, largo – con la personalidad colectiva de Europa.

No se debe entender mal; Europa son dos. Una sigue las ciencias que sirven a la justicia y a lo correcto y las industrias beneficiosas para la vida de la sociedad a través de la refulgencia que ha recibido de la verdadera cristiandad; no me dirijo a la primera Europa. Más bien me dirijo a la segunda Europa corrupta que, a través de la oscuridad de la filosofía del naturalismo, creyendo que los males de la civilización son sus virtudes, han conducido a la humanidad al vicio y al extravío. Es como sigue:

En mi viaje del espíritu en ese momento, le dije a la personalidad colectiva de Europa, que se aparta de la ciencia beneficiosa y las virtudes de la civilización, sostiene en su mano la filosofía sin sentido y dañina y a la civilización nociva y disoluta:

Debes saber, ¡Oh, segunda Europa! Sostienes una filosofía enferma y extraviada en tu mano derecha y una civilización dañina y corrupta en tu izquierda y exclama: “¡La felicidad de la humanidad está con estas dos!” ¡Que tus manos se rompan y que estos dos regalos sucios sean tu muerte! ¡Y que así sea!

¡Oh, tú, espíritu desdichado que esparces la incredulidad y la ingratitud! ¿Puede una persona que sufre tormentos y es afligido por calamidades horrendas tanto en su espíritu, conciencia, mente y corazón ser feliz mediante su cuerpo que se revuelca en un brillo y una riqueza aparente y engañosa? ¿Se puede decir que es feliz?

¿No ves que al sentir desesperación en algún asunto menor y su esperanza por algún deseo ilusorio que se pierde y se desilusiona por algún asunto insignificante, las imaginaciones dulces de esa persona se vuelven amargas, las situaciones amables la lastiman, y el mundo la coarta y se vuelve una prisión para ella? Pero, ¿qué felicidad puedes asegurarle a esa persona desdichada que, a través de tus adversidades, ha sufrido los golpes del extravío en los rincones profundos de su corazón hasta las fundaciones de su espíritu y por esto cuyas esperanzas se han extinguido y cuyos dolores surgen de ello? ¿Puede decirse de alguien cuyo cuerpo está en un paraíso falso y efímero y cuyo corazón y espíritu sufren los tormentos del Infierno que es feliz? Mira, has conducido al extravío a la humanidad desdichada de esta manera. Los haces sufrir los tormentos del Infierno en un paraíso falso.

¡Oh, alma maligna de la humanidad! Considera la siguiente comparación y ve a dónde has conducido a la humanidad. Por ejemplo, hay dos caminos ante nosotros. Tomamos uno de ellos y vemos que a cada paso hay alguna persona desdichada e impotente. Los tiranos la están atacando, tomando su propiedad, sus bienes y destruyendo su casa humilde. A veces la lastiman también. Tanto que los cielos lloran por su estado penoso. Para donde sea que uno mire, las cosas continúan en esta vena. Los sonidos que es oyen en este camino son los ruidos de los tiranos y las quejas de los oprimidos; un luto universal cubre el camino entero. Ya que a través de su humanidad el ser humano sufre con el sufrimiento de los demás, es afligido con un dolor ilimitado. Pero debido a que la conciencia no puede soportar tanto dolor, quien viaja por este camino se ve obligado a hacer una de estas dos cosas: o bien se despoja de su humanidad y, abrazando un salvajismo ilimitado, lleva un corazón que mientras que él esté sano y salvo no le afecta si todo el resto de la humanidad se muere, o bien suprime las demandas del corazón y de la razón.

¡Oh, Europa corrupta con vicio y extravío y tan alejada de la religión de Jesús (p.)! Has otorgado este estado infernal al espíritu humano con tu carácter ciego que, como el Dayyal, tiene un solo ojo. Después comprendiste que esta es una enfermedad tan incurable que arroja al ser humano desde lo más alto de lo alto a lo más bajo de lo bajo y lo reduce al nivel más humillante de los animales. El único remedio que has encontrado para esta enfermedad son las fantasías del entretenimiento, el encanto y las diversiones insignificantes que sirven para adormecer temporalmente a los sentidos. Que estos remedios tuyos sean tu muerte y así serán. ¡Allí! El camino que has abierto para la humanidad y la felicidad que le has dado se parecen a esta comparación.

El segundo camino, que el Sabio Corán ha otorgado a la humanidad con su guía, es como este: Vemos que en cada lugar de parada, en cada sitio, en cada ciudad a lo largo de este camino hay patrullas de soldados equitativos de un Monarca Justo haciendo las rondas. De vez en cuando, bajo la orden del Rey, un grupo de soldados es licenciado. Sus rifles, caballos y equipamiento que pertenecen al estado se les quitan y se les dan sus papeles de licenciamiento. Los soldados licenciados están aparentemente tristes de entregar sus rifles y caballos con los que están familiarizados, pero en realidad están felices de ser licenciados y están extremadamente complacidos de visitar al Monarca y de regresar a Su Corte.

A veces, durante la movilización, los oficiales encuentran a un recluta raso que no los reconoce. “¡Entrega tu rifle!”, dicen. El soldado responde: “Soy un soldado del Rey y estoy a Su servicio. Iré con él más tarde. ¿Quiénes son ustedes? Si vienen con Su permiso y consentimiento, los saludo complacido, muéstrenme Sus órdenes. De lo contrario, váyanse y aléjense de mí. Incluso si me quedo por mi cuenta y hay miles de ustedes, aún pelearé con ustedes. No es por mí mismo, porque yo no soy mi propio dueño, yo pertenezco a mi Rey. Por cierto, mi persona y mi rifle ahora son un fideicomiso de mi dueño. ¡No me entregaré a ustedes porque tengo que protegerlo y preservar el honor y la dignidad del Rey!”

Esta situación entonces es un ejemplo de miles en el segundo camino que provoca alegría y felicidad. Tú puedes concluir las otras por ti mismo. A lo largo del viaje por el segundo camino hay una asamblea y un envío de tropas con alegría y celebraciones bajo el nombre del nacimiento y el licenciamiento de tropas con fanfarria y bandas militares bajo el nombre de la muerte. El Sabio Corán le ha otorgado este camino a la humanidad. Quien acepta el regalo con entusiasmo, viaja por este segundo camino que conduce a la felicidad en ambos mundos. No siente dolor por las cosas del pasado ni teme por las del futuro.

¡Oh, segunda Europa corrupta! Algunos de tus fundamentos podridos e infundados son como sigue. Tú dices: “Todos los seres, desde el ángel más grande hasta el pez más pequeño es dueño de sí mismo, trabaja para sí y lucha por su propio placer. Tiene el derecho de vivir. El objetivo y el propósito de su esfuerzo es para vivir y continuar su vida”. Y creyendo que son conflictos las manifestaciones munificentes y compasivas de la ley universal del Creador Generoso que se manifiesta a través de las plantas que se apresuran a asistir a los animales y de los animales que se apresuran a asistir al ser humano a través del principio de ayuda mutua, que está conformada en perfecta obediencia por todos los seres principales del universo, tú declaras estúpidamente: “La vida es un conflicto”.

¿Cómo pueden las partículas de alimento apresurarse con total entusiasmo para alimentar las células del cuerpo – una manifestación de ese principio de ayuda mutua – ser un conflicto? ¿Cómo puede ser un choque y una lucha? Más bien, ese apresurarse y esa asistencia es ayuda mutua bajo la orden del Sustentador Munificente.

Y uno de tus fundamentos podridos es, como dices: “Todo es dueño de sí mismo”. Una prueba clara de que nada es dueño de sí mismo es esta: entre las causas, el más noble y, con respecto a la elección, el que tiene una voluntad muy extensiva es el ser humano. Pero de cien partes de los actos más obvios conectados a la voluntad del ser humano, como pensar, hablar y comer, sólo una parte dudosa de cien se le da a la mano de su voluntad y está dentro de la esfera de su poder. Entonces, ¿cómo se puede decir de alguien que no posee ni una centésima parte de los actos más obvios como esos que es dueño de sí mismo?

Si los seres más elevados con la voluntad más extensiva son así inhibidos de poder real y de propiedad hasta este punto, alguien que dice: “El resto de los seres, vivos e inanimados, son dueños de sí mismos”, meramente demuestra que es más animal que los animales y más inanimado e inconsciente que los seres inanimados.

Lo que te empuja hacia ese error y te arroja en este abismo es tu genio con un solo ojo. Es decir, tu brillantez extraordinaria y nefasta. Por ese genio ciego tuyo, te has olvidado de tu Sustentador, Quien es el Creador de todas las cosas, has atribuido Sus obras a la naturaleza imaginaria y a las causas, has dividido la propiedad del Creador entre los ídolos, los dioses falsos. Con respecto a esto y en vista de tu genio, cada ser vivo y cada ser humano tiene que resistir innumerables enemigos por sí mismo y luchar para procurar sus necesidades interminables. Y están obligados a soportar a esos enemigos innumerables y necesidades con el poder de una partícula, una voluntad delicada como un hilo, una conciencia efímera como un destello, una vida que se extingue rápido como una llama, una vida que pasa en un minuto. Pero el capital de aquellos seres vivos desdichados es suficiente para responder incluso a los miles de sus demandas. Cuando los golpea el desastre, no pueden esperara ninguna salvación para su dolor más que las causas sordas y ciegas. Manifiestan el misterio de: وَمَا دُعَٓاءُ الْكَــافِر۪ينَ اِلَّا ﯺﰍ ضَلَالٍ

Tu genio oscuro ha transformado al día de la humanidad en oscuridad. Y para calentar esa noche oscura, angustiante e agitada, sólo los has iluminado con lámparas engañosas y temporarias. Esas lámparas no sonríen con felicidad frente a la humanidad, más bien sonríen mofadamente ante su estado penoso y lamentable. Esas luces se burlan y los ridiculizan.

Desde el punto de vista de tus pupilas, todos los seres vivos son miserables, están golpeados por calamidades y están sujetos a los asaltos de los opresores. El mundo es un lugar de luto universal. Los sonidos del mundo son los llantos y gemidos que surgen de la muerte y del sufrimiento. La pupila que ha absorbido tu instrucción a fondo se vuelve un faraón. Pero él es un faraón humillado, que adora una cosa muy humillada y se considera el señor de sobre todo lo que él considera ventajoso. También tu alumno es obstinado. Pero un desdichado obstinado que acepta la humillación absoluta por un solo placer. Él demuestra desprecio al grado de besar los pies de Satanás por algún placer sin valor y es un matón. Pero debido a que no tiene un punto de apoyo en su corazón, de hecho es un fanfarrón intimidante muy impotente. El objetivo y el esfuerzo de esta pupila son para satisfacer las lujurias del alma maligna, para buscar astutamente sus propios beneficios bajo la pantalla del patriotismo y abnegación y trabajar para satisfacer su ambición y orgullo. No ama seriamente nada en absoluto más que sí mismo y sacrifica todo en su propio nombre.

En cuanto al estudiante sincero y total del Corán, él es un siervo. Pero él es un siervo estimado que no se encorva para inclinarse en adoración ante ni siquiera el más poderoso de los seres y no hace de un beneficio supremo como el Paraíso el objetivo de su adoración. Y él es dulce y gentil. Pero al mismo tiempo es noble y lleno de gracia y no se rebaja a sí mismo ante nada excepto el Creador Glorioso. Y a no ser por Su permiso y bajo Su orden, no se encorva ante los humillados. Y es necesitado, pero debido a la recompensa que su Dueño Generoso está almacenando para él en el futuro, al mismo tiempo es auto-suficiente. Y es débil, pero es fuerte en su debilidad, porque se apoya en la fuerza de su Señor Cuyo poder es infinito. ¿Obligaría el Corán a su verdadero estudiante a tomar este mundo efímero y transitorio como su objetivo y propósito mientras que no lo obliga ni siquiera a tomar el Paraíso como su objetivo? Así puedes comprender qué diferente son entre sí los objetivos y esfuerzos de los dos estudiantes.

También puedes comparar el patriotismo y la abnegación de los estudiantes del Sabio Corán con los alumnos de la filosofía enferma como sigue:

El estudiante de filosofía huye de su propio hermano por su propio beneficio y presenta un juicio contra él. Mientras que, considerando a todos los creyentes rectos en los cielos y en la tierra como sus hermanos, el estudiante del Corán hace súplicas para ellos de la manera más sincera. Está feliz con su felicidad y siente una conexión poderosa con ellos en su espíritu, de modo que en sus súplicas dice: اَللّٰهُمَّ اغْفِرْ لِلْمُؤْمِن۪ـينﭯ وَالْمُؤْمِنَاتِ  Además, considera que las cosas más grandes, el Trono Divino y el sol, como oficiales serviles y siervos y seres como él mismo.

También, compara en lo siguiente lo elevado y la expansión del espíritu de los dos estudiantes: El Corán imparte tanta alegría y elevación a los espíritus de sus estudiantes que en lugar de las noventa y nueve cuentas del collar de cuentas para rezar, ubica en sus manos las partículas de noventa y nueve mundos que muestran las manifestaciones de los noventa y nueve Nombres Divinos y les dice: “¡Recita tus invocaciones con éstas!” ¡Escucha las invocaciones de los estudiantes del Corán como los Sheiks Geylani, Rafa’i y Shezeli (que Allah esté complacido con ellos)! Mira, ellos sostienen en sus manos la cadena de partículas, la cantidad de gotitas de agua, los alientos de los seres y recitan sus invocaciones con ellos. Alaban y glorifican a Allah con ellos y mencionan Sus Más Bellos Nombres.

Así, mira la instrucción milagrosa del Corán de Milagrosa Exposición y ve cómo el ser humano está elevado por él; el ser humano insignificante que está aturdido y confundido por algún dolor menor y un pesar diminuto y es derrotado por un germen microscópico. Mira cómo sus sentidos internos se expanden de modo que ve a los seres en el mundo poderoso como inadecuados para ser cuentas de rezo por sus invocaciones. Y a pesar que considera que el Paraíso es insuficiente como el objetivo de sus invocaciones y recitaciones de los Nombres Divinos, no se ve a sí mismo como superior a un ser más bajo de Allah Todopoderoso. Combina la dignidad absoluta con la humildad absoluta. Puedes ver de esto qué viles e innobles son los estudiantes de filosofía.

Así, en relación a las verdades que el genio de un solo ojo que procede de la filosofía enferma de Europa ve equivocadamente, la guía del Corán – que mira a los dos mundos con dos ojos brillantes y familiarizados con lo Oculto y señala con dos manos a las dos felicidades para la humanidad – dice:

¡Oh, ser humano! El ser y la propiedad que tienes no es tuyo; se te ha confiado. Su dueño es un Compasivo y Munificente, poderoso sobre todas las cosas y con conocimiento de todas las cosas. Él quiere comprar de ti la propiedad que sostienes para que Él pueda guardarla para ti y no se pierda. Te dará un buen precio por ella en el futuro. Tú eres un soldado bajo órdenes y encargado de de deberes. Trabaja en Su nombre y actúa por Él. Porque Él te envía las cosas que necesitas como sustento y te protege de las cosas que no eres capaz de soportar. El objetivo y el resultado de tu vida es manifestar los Nombres y atributos de tu Dueño. Cuando una calamidad se interpone en tu camino, di:  اِنَّا لِلّٰهِ وَاِنَّٓا اِلَيْهِ رَاجِعُونَ

Es decir: “Estoy al servicio de mi Dueño. Y entonces, oh, calamidad, si has venido con Su permiso y consenso, ¡te saludo y eres bienvenida!”. Porque de todos modos regresaremos a Él en algún momento y entraremos en Su presencia y anhelamos por Él. Ya que Él de todos modos nos liberará de las responsabilidades de la vida, que el licenciamiento sea de tu mano, oh calamidad, estoy dispuesto a ello. Pero si Él ha ordenado y decretado tu llegada como una prueba por mi deber y lealtad al preservar lo que me ha confiado, entonces sin Su permiso y consenso para entregártelo, mientras esté en mi poder, no resignaré lo que se me ha confiado a alguien que por cierto no está a cargo para recibirlo”.

Así, mira este ejemplo entre mil y mira los niveles de la instrucción dada por el genio de la filosofía y la guía del Corán. Por cierto, la realidad de los dos lados procede de la manera descripta anteriormente. Pero los niveles de la gente bien guiada y de los extraviados son diferentes y los niveles de negligencia son diferentes. No todos pueden percibir por completo esta verdad en cada nivel, porque la negligencia adormece los sentidos. Y en la actualidad ha adormecido los sentidos a tal punto que los civilizados no sienten este dolor y sufrimiento penoso. Sin embargo, el velo de la negligencia se desgarra a través de la sensibilidad aumentada debido al desarrollo de la ciencia y las advertencias de la muerte que todos los días muestra treinta mil cuerpos. ¡Aversión absoluta y mil arrepentimientos se deberían sentir por quienes toman el camino del extravío debido a los ídolos europeos y a las ciencias del naturalismo y para quienes los siguen y los imitan ciegamente!

¡Oh, hijos de esta tierra! ¡No intenten imitar a los europeos! ¿Cómo pueden confiar razonablemente y seguir el pensamiento de Europa enviciado e inválido, que no vale nada, después de la ilimitada tiranía y enemistad que les ha mostrado? ¡No! ¡No! Ustedes que los imitan viciosamente, no los están siguiendo a ellos sino que inconscientemente se están uniendo a sus rangos y matándose a ustedes mismos y a sus hermanos. ¡Deben saber que cuanto más los siguen en la inmoralidad, más mienten al afirmar que son patriotas! ¡Porque al seguirlos de esta manera es menospreciar vuestra nación y ridiculizarla!

هَدٰينَا اللّٰهُ وَاِيَّاكُـــﮥْ اِﱫﱷ الصِّرَاطِ الْمُسْتَق۪يمﭭ