DESTELLO TREINTA

CUARTO PUNTO SUTIL

 

El Nombre Divino de Único

 

ﭡ ﱳ قُلْ هُوَ اللّٰهُ اَحَدٌ

[Un punto delicado de esta aleya y una manifestación del Nombre Divino de Único, que es uno de los Nombres Más Grandes que comprende los Nombres de Uno y Único o una de las seis luces que comprenden el Nombres Más Grande, se me aparecieron en la Prisión de Eskishehir en el mes de Shawal. Refiriendo los detalles de esa manifestación tan grande a Risale-i Nur, aquí explicaremos de forma extremadamente breve con siete Indicaciones cortas la verdadera afirmación de la Unidad Divina que el Nombre de Único demuestra a través de su máxima manifestación.]

 

PRIMERA INDICACIÓN

            La Palabra Veintidós y la Carta Treinta y Tres han mostrado en detalle que a través de una de las más grandes manifestaciones, el Nombre Más Grande de Único ha ubicado un sello, una marca, de Unidad Divina sobre el universo como un todo y sobre cada reino de seres en él y sobre cada individuo. Aquí, señalaremos sólo tres marcas.

Primera Marca: La manifestación de la Unicidad Divina ha ubicado un sello de Unidad sobre la faz del universo por el cual lo ha hecho un todo indivisible. Quien no tiene poder de soberanía sobre todo el universo no puede ser el verdadero dueño de ninguna parte de él. El sello es este:

Como la maquinaria más delicada de una fábrica, los seres y reinos de seres del universo se ayudan entre sí y trabajan para completar las funciones de cada uno. Con su solidaridad y cooperación, al responder a los pedidos de cada uno y al apresurarse a ayudarse entre sí, al abrazarse y estar uno dentro de otro, forman una unidad de existencia según la cual, como los miembros del cuerpo humano, no se pueden separar uno del otro. Alguien que controla las riendas de uno de los elementos, si no puede controlar todas las riendas de todos ellos, no puede guardar el control de las riendas de uno.

Así, esta cooperación, solidaridad, respuesta mutua y que se abracen entre sí en la faz del universo forma un sello supremo muy brillante de la Unidad Divina.

Segunda Marca: A través de la manifestación del Nombre de Único sobre la faz de la tierra y la faz de la primavera hay un sello tan brillante de Unicidad Divina y una marca de Unidad que demuestra que quien no administra a todos los seres vivos sobre la faz del globo terráqueo junto con todos sus individuos, atributos y estados, y quien no conoce ni ve a todos ellos juntos ni puede crearlos, no puede interferir en nada con respecto a la creación. La marca es esta:

Ignorando las marcas más ordenadas, y sin embargo ocultas, de las sustancias minerales, los elementos y los seres inanimados sobre la faz  de la tierra, considera la siguiente marca tejida con los hilos de las doscientas mil especies de animales y doscientas mil especies de plantas: vemos con nuestros propios ojos en la primavera sobre la tierra que todas las cosas con sus diversos deberes, distintas formas, diferentes sustentos y miembros, a pesar de estar una dentro de la otra y de estar todas mezcladas, a todas se le da lo que necesitan, sin confusión ni error, con absoluta distinción y diferenciación, con un equilibrio extremadamente sensible, sin dificultad, exactamente en el momento correcto, de lugares inesperados. Esta situación, este planeamiento, esta administración forma un sello tal de Unidad Divina y una marca de Unicidad que quien no puede crear a todos los seres al mismo momento de la nada, no puede interferir en nada en absoluto con respecto a la soberanía y la creación. Porque si hubiera interferido, el equilibrio de esa administración absolutamente vasta se hubiera arruinado. Sin embargo, el ser humano aparentemente sirve a la aplicación suave de aquellas leyes de Soberanía Divina a través de la orden Divina.

Tercera Marca: Esta marca de Unicidad Divina está sobre el rostro del ser humano, de hecho, es el rostro del ser humano: quien no mantiene en su mirada a todos los seres humanos que han venido y los que vendrán, desde la época de Adán hasta el fin del mundo, y no puede poner en cada uno de sus rostros una marca distintiva, por cierto, ilimitadas marcas distintivas en ese rostro pequeño, no puede tener parte con respecto a la creación en la marca de Unidad sobre el rostro de ninguno de ellos. Sí, quien pone esa marca en el rostro del ser humano seguramente debe mantener su mirada y abarcar con su conocimiento a todos los miembros de la raza humana, porque a pesar de que los miembros básicos del rostro de cada persona se parecen entre sí, todos tienen puntos de diferencias. El hecho de que todos los miembros del rostros, como los ojos y los oídos, se parezcan entre sí, es una marca de Unidad que da testimonio de que el Creador de esa humanidad es Uno, así también las muchas diferencias sabias – superior a otras especies – que se distinguen entre sí para que no se confundan y para preservar los derechos de todos ellos, además de mostrar la voluntad, elección y volición del Creador de Unidad, son todas marcas diferentes y sutiles de la Unicidad Divina. Muestran que quien no puede crear a todos los seres humanos y animales, por cierto, al universo, no puede aplicar la marca.

 

SEGUNDA INDICACIÓN

Los mundos, las especies y los elementos del universo están tan entrecruzados y entretejidos que una causa que no tiene al universo como un todo no puede tener verdadero dominio sobre ninguno de sus especies y elementos. La manifestación de Unidad que procede del Nombre de Único ha incluido a todo el universo dentro de una unidad para que todo lo proclame. Por ejemplo, que la lámpara del universo, el sol, sea un indicio de que todo el universo le pertenece a uno, así también, el elemento de aire que sea un siervo activo de los seres vivos es uno, y el fuego que es su cocinero sea uno, que la esponja de la nube que riega el jardín de la tierra sea una  y que la lluvia que viene a auxiliar a todos los seres vivos sea una  y caiga en todas partes, y que la mayoría de las especies de animales y plantas se esparzan libremente sobre la tierra y que sus especies y hábitat sean los mismos, son indicaciones muy certeras y testimonios que indican que todos esos seres, junto con los lugares donde se encuentran, son propiedad de un solo ser.

Siguiendo esta analogía, los reinos de seres del universo están tan entretejidos que han convertido al universo en una totalidad que es indivisible con respecto a la creación. Una causa que no tiene regla sobre todo el universo no puede gobernar sobre nada con respecto a la dominación y la creatividad; no puede hacer que una sola partícula le preste atención.

 

TERCERA INDICACIÓN

A través de su manifestación más grande, el Nombre de Único ha convertido al universo en innumerables misivas del Eternamente Suplicado en las cuales cada una contiene sellos ilimitados de Unicidad Divina y tantas marcas de Unidad como cantidad de palabras – como si estuvieran impresas – y señala a su Escriba tantas veces como cantidad de sellos.

Sí, cada  flor, cada fruto, cada pasto e incluso cada animal y cada árbol son sellos de Unicidad Divina y marcas de Unidad Divina que, junto con los lugares en que se encuentran que toman la forma de misivas, son como firmas que muestran a quien escribió el lugar. Por ejemplo, un ranúnculo en un jardín es como un sello del escritor del jardín. Sea de quien sea el sello de la flor, todas las flores de ese tipo sobre la faz de la tierra indican claramente que son  sus palabras y que el jardín también es su escritura. Esto significa que cada cosa le adjudica todo a Quien las creó, indicando una afirmación máxima de Unidad Divina.

 

CUARTA INDICACIÓN

Además de ser claro como el sol, la manifestación más grande del Nombre de Único es tan razonable que es necesario y se puede aceptar con infinita facilidad. Numerosas pruebas que demuestran que la asociación de copartícipes con Allah, lo opuesto y contrario a esa manifestación, es infinitamente difícil e infinitamente lejos de la razón, por cierto, imposible y descartado, se han explicado en varias partes de Risale-i Nur. Por ahora, refiriendo los detalles de los puntos de aquellas pruebas a aquellos tratados, aquí explicaremos sólo tres Puntos.

El Primero: Hemos demostrado con pruebas muy certeras, brevemente al final de la Palabra Diez y la Veintinueve y en detalle al final de la Carta Veinte que en relación al poder del Uno y Único, la creación de algo más grande es tan fácil como algo más pequeño. Él crea fácilmente una primavera como una flor. Crea cómodamente las muestras de miles de resurrecciones en cada primavera ante nuestros ojos. Administra a un enorme árbol con tanta comodidad como a un fruto pequeño. Mientras que si se refiere a numerosas causas, cada fruto se vuelve tan difícil y caro como un árbol y una flor, tan difícil y problemático como la primavera.

Sí, si el equipamiento de un ejército se hace bajo las órdenes de un solo comandante en una sola fábrica, es tan fácil como hacer el equipamiento de un solo soldado, mientras que si el equipamiento de todos los soldados se hace en diversas fábricas y la administración del ejército pasa de un solo oficial a muchos, entonces cada soldado requerirá de tantas fábricas como cantidad de soldados del ejército. De la misma manera, si todo se le adjudica al Uno y Único, los innumerables miembros de toda una especie se seres se vuelve tan fácil como un solo miembro. Mientras que si se le atribuye a las causas, cada uno se vuelve tan difícil como toda la especie.

Sí, tanto la unidad y la unicidad surgen a través de que todo está conectado con el Único de Unidad y a través de la dependencia de Él. Y esta dependencia y conexión puede convertirse en un poder ilimitado y una fuerza para esa cosa. A través de la fuerza de la dependencia y conexión, una pequeña cosa realiza tareas que exceden miles niveles más que su fuerza individual y produce resultados. Mientras que algo muy poderoso que no se apoya en el Uno y Único y no está conectado a Él puede realizar pequeñas tareas según su fuerza individual y los resultados disminuyen consecuentemente.

Por ejemplo, un hombre muy fuerte y valiente que no es un soldado regular está obligado a cargar sus propias municiones y provisiones y entonces puede resistir sólo temporariamente a diez enemigos porque su fuerza individual está limitada a eso. Pero un soldado que a través de la membresía del ejército está conectado y se apoya en el Comandante en Jefe, no está obligado a cargar sus propias fuentes de fuerza y provisión; su conexión y dependencia se convierten en una fuerza inagotable para él, como una tesorería. A través de la fuerza de esta conexión, puede capturar a un mariscar de campo del ejército enemigo derrotado junto con miles de otros.

Es decir, en la Unidad Divina y en la Unicidad Divina, a través de la fuerza de la conexión, como una hormiga puede derrotar a un Faraón, una mosca puede derrotar a Nimrod y un microbio, a un tirano, una semilla tan diminuta como un garbanzo puede cargar sobre sus hombros un pino tan majestuoso como una montaña. Sí, un comandante en jefe puede enviar un ejército en ayuda de un soldado y reunir un ejército detrás del soldado, para que tenga la fuerza espiritual de un ejército detrás de él y a través de esa fuerza puede realizar grandes tareas en nombre del comandante. Similarmente, ya que el Monarca Eterno es Uno y Único, Él no tiene necesidad de ningún tipo. Si suponiendo que Él tuviera necesidad, Él enviaría a todas las cosas en ayuda de todo y reuniría al ejército del universo detrás de una cosa y todo podría apoyarse en una fuerza tan grande como el universo y frente a todo, todas las cosas – suponiendo que Él tuviera la necesidad – se podrían convertir en la fuerza del Único Comandante. Si no hubiera Unicidad Divina, todo hubiera perdido toda esta fuerza y se hubiera convertido en la nada; sus resultados también se reducirían a la nada.

Así, la aparición de estas obras verdaderamente maravillosas de las cosas más insignificantes y sin importancia que observamos todo el tiempo con nuestros ojos, evidentemente demuestra la Unidad Divina y la Unicidad Divina. Si no fuera por ellos, los resultados, los frutos y las obras de todo disminuirían al sustento y la fuerza de cada cosa; se reducirían a la nada. Y no quedaría nada de la abundancia infinita y de lo infinitamente económico de las cosas extremadamente valiosas que vemos a nuestro alrededor. Un melón o una Granada que ahora compramos por una pequeña suma de dinero, no seríamos capaces de obtenerlo ni con una fortuna. Sí, toda la facilidad, toda la abundancia, todo lo económico del mundo surge de la Unidad Divina y dan testimonio de la Unicidad Divina.

Segundo Punto: Los seres son creados de dos maneras; una es la creación de la nada que se llama ‘originación’ e ‘invento’ y la otra es dar existencia a través de unir elementos y cosas existentes, llamada ‘composición’ y ‘ensamble’. Cuando según la manifestación de la Unidad Divina y el misterio de la Unicidad Divina, esto ocurre con una facilidad infinita, por cierto, tanta facilidad que es necesaria. Si no se le atribuye a la Unicidad Divina, sería infinitamente difícil e irracional, difícil al grado de imposibilidad. Sin embargo, el hecho de que los seres del universo surjan a la existencia con infinita facilidad y sin ninguna dificultad y de forma perfecta, muestra evidentemente la manifestación de la Unicidad Divina y demuestra que todo es directamente el arte del Único de Gloria.

Sí, si todas las cosas se adjudican al Único de Unidad, son creadas de la nada a través de Su poder infinito, la inmensidad de lo cual se percibe a través de sus obras, como prender un fósforo. Y a través de Su conocimiento abarcativo e infinito a todo se le asigna una medida como un molde inmaterial. Las partículas de todas las cosas se ubican fácilmente en el molde existente en conocimiento, según con la forma y el plan de todo en el espejo del conocimiento y preservan sus posiciones en buen orden.

Si es necesario reunir partículas de alrededor, según los principios abarcativos de poder y leyes de conocimiento, las partículas se unen de manera regular como los soldados de un ejército obediente. Conducidos por el poder según el conocimiento, vienen, entran en el molde existente en conocimiento según la medida del Decreto Divino, que abarca la existencia de la cosa y con facilidad forma su ser. Como el reflejo de un espejo que se viste con existencia externa sobre el papel por medio de una cámara, o la escritura invisible de una carta que aparece cuando se rocía con una sustancia especial, con la mayor facilidad, el poder viste con existencia externa a las esencias de las cosas y forma a los seres presentes en el espejo del conocimiento eterno del Único de Unidad; los trae del Mundo del Significado al Mundo Aparente y nos los muestra.

Si los seres no se le atribuyen al Único de Unidad, sería necesario reunir al ser de una mosca de todo alrededor del mundo y de los elementos, simplemente tamizando la faz de la tierra y los elementos y trayendo de todas partes las partículas particulares de su ser. Y para ubicarlas en el orden correcto en su ser tan lleno de arte, un molde físico, por cierto tantos moldes como cantidad de miembros, sería necesario. Entonces también los sentidos de sus seres y sus facultades sutiles inmateriales como el espíritu, deberían ser arrojados con una medida particular de los mundos inmateriales.

Así, la creación de una mosca de esta manera sería tan difícil como la del universo. Las dificultades se multiplicarían cien veces, por cierto sería una imposibilidad absoluta. Porque como toda la gente de religión y los científicos acuerdan, nada aparte del Único puede crear de la nada y de la inexistencia. En cuyo caso, si se refiere a las causas y a la Naturaleza, a todo se le puede dar existencia sólo a través de reunirse de la mayoría de las cosas.

Tercer Punto: explicaremos brevemente dos o tres comparaciones que se aclaran en otras partes de Risale-i Nur, mostrando cómo, si se le adjudican al Único de Unidad, todas las cosas se vuelven tan fáciles como una sola cosa, mientras que si se refieren a las causas y a la naturaleza, la existencia de una sola cosa se vuelve tan difícil como la de todas las cosas.

Por ejemplo: Si las posiciones y la administración de mil soldados se refieren a un oficial y la de un soldado a diez oficiales, ordenar al único soldado será diez veces más difícil que ordenar al batallón. Porque quienes le ordenan formarán obstáculos entre sí y en el desorden que resulta, el soldado no tendrá paz. Mientras que si para obtener el resultado y la situación deseada un batallón es referido a un solo oficial, él puede alcanzar el resultado fácilmente, sin dificultad y brindar esa situación. Si para obtener el resultado y la situación se refiere a los soldados sin un jefe, líder o sargento, sólo se alcanzará con mucha disputa y dificultad, en gran desorden y con deficiencia.

Segunda Comparación: Por ejemplo, si un maestro constructor es asignado a darles a las piedras del domo de una mezquita como Santa Sofía su posición suspendida, puede hacerlo fácilmente. Pero si se refiere a las piedras mismas, todas tendrán que ser absolutamente dominante y estar completamente sujetas entre sí para apoyarse entre sí en esa posición suspendida. Porque el trabajo que realiza el maestro constructor fácilmente de llevar a cabo, un trabajo de cien veces mayor, de cien constructores, debería llevarse a cabo para que entonces se pueda alcanzar esa posición.

Tercera Comparación: Por ejemplo, ya que el globo terráqueo es un oficial, un soldado, del Único de Unidad que presta atención a esa única orden del Único, los resultados se obtienen como el cambio de estaciones, la alternancia del día y la noche, los movimientos elevados y majestuosos de los cielos y los cambios en las escenas celestiales como un cine. Al recibir la única orden de ese Único, embelezado de alegría por su deber, un solo soldado como la tierra se eleva y gira en dos movimientos como un derviche mevleví extasiado y es el medio para que esos resultados espléndidos se alcancen. Es como si ese solo soldado está ordenando maniobras magníficas sobre la faz del universo.

Si no se le adjudican al Único Cuya Soberanía Divina y Dominación Divina abarcan a todo el universo y cuya orden y regla cubre a todos los seres, aquellos resultados, las maniobras celestiales y las estaciones terrestres sólo se podrían obtener por millones de estrellas y globos mil veces más grandes que la tierra que viaja una larga distancia de millones de años cada veinticuatro horas y cada año.

Así, que se obtengan esos resultados a través de dos movimientos – en su órbita y en su eje como un derviche mevleví extasiado – de un solo oficial como el globo de la tierra, es un ejemplo de la infinita facilidad que hay en la Unidad Divina. Mientras que al obtenerse a través de caminos interminablemente largos millones de veces más difíciles que el movimiento descrito anteriormente es un ejemplo de qué tan difícil, por cierto, imposible es el camino de asociar copartícipes con Allah y la incredulidad y qué cosas tan imposibles y absurdas se encuentran en él.

Considera la ignorancia de quienes adoran las causas y la naturaleza a través del siguiente ejemplo: puedes comprender qué lejos de la razón está y qué ignorante es suponer que “Después de preparar de forma ordenada a través de su arte maravilloso las partes o la maquinaria de una fábrica maravillosa o un reloj extraordinario o un palacio espléndido o un libro delicado, una persona no ensambla por sí misma las partes fácilmente y las trabaja sino que con un gasto prolongado y alto convierte cada parte, cada mecanismo e incluso cada hoja de papel y lápiz en máquinas extraordinarias para hacer que las partes por sí mismas construyan y trabajen la fábrica, el palacio y el reloj y escriban el libro en lugar del artesano. Y él las refiere al arte que es el medio de mostrar todas sus artes y habilidades que él tanto desea exhibir”.

De exactamente la misma manera, quienes le atribuyen la creación a las causas y la naturaleza caen en una absoluta ignorancia. Porque por encima de la naturaleza y de las causas están las obras de arte extremadamente bien ordenadas y ellas también son obras de arte como los otros seres. Quien las hace así, hace sus resultados también y los muestra juntos. Quien hace la semilla, también hace el árbol encima de ella. Y quien hace el árbol, es quien hace los frutos por encima de él. De lo contrario, para que otras naturalezas diferentes y causas vengan a la existencia, otras naturalezas y causas bien ordenadas serían necesarias. Y así sucesivamente, hasta el infinito. Uno debería aceptar la existencia de una cadena infinita, sin sentido, imposible de cadenas de ilusiones. Esto sería la ignorancia más extraordinaria.

 

QUINTA INDICACIÓN

Hemos demostrado con pruebas fehacientes en muchas partes que la característica más fundamental de la gobernación es la independencia y la unidad. La sombra débil de la gobernación en el ser humano impotente incluso rechaza con vehemencia la interferencia de otros y no permite que otros se mezclen en su deber, para preservar su independencia. Muchos reyes han matado sin misericordia a sus hijos inocentes y hermanos amados por este rechazo de interferencia. Es decir, las características más básicas de una gobernación verdadera y sus necesidades inseparables y sus esencias perpetuas son la independencia, la unidad y el rechazo de la interferencia de otros.

Es por esta característica más básica que la gobernación Divina, que está al nivel de absoluta dominación, con mucha vehemencia rechaza la asociación de cualquier copartícipe y la participación y la interferencia de otros. Y el Corán de Milagrosa Exposición también, insistente, repetida y severamente señala la afirmación de la Unidad Divina y rechaza con amenazas severas la asociación de copartícipes con Allah.

Así, la gobernación Divina en la dominación requiere de la Unidad Divina de manera definitiva y muestra un motivo muy poderoso y una causa necesaria e intensa. Así también el orden infinitamente perfecto y la armonía muy hermosa sobre la faz del universo, evidente desde la totalidad del universo y las estrellas hasta las plantas, animales, minerales y hasta los particulares, los individuos y las partículas, son un testigo veraz, indudablemente y una prueba clara de esa Unicidad y Unidad. Porque si otros hubieran interferido, este equilibrio tan sensible, este orden y esta regularidad del universo se hubieran arruinado y se hubieran evidenciado los signos de desorden. De acuerdo con el misterio de la aleya:

لَوْ كَــانَ ف۪يهِمَٓا اٰلِهَةٌ اِلَّا اللّٰهُ لَفَسَدَتَا

éste orden perfecto y maravilloso del universo hubiera sido arrojado a la confusión y se hubiera arruinado. Mientras que, según la aleya:

فَارْجِعِ الْبَصَرَ هَلْ تَرٰى مِنْ فُطُورٍ

desde las partículas hasta los planetas, desde el suelo hasta el Trono Divino, no hay signo de falla, defecto o confusión que se vea. Así, el orden del universo y de los seres y el equilibrio de los seres, muestra muy brillantemente la manifestación más grande del Nombre de Único y dan testimonio de la Unidad Divina.

Además, ya que a través del misterio de la manifestación de la Unicidad Divina, el ser vivo más diminuto es una muestra en miniatura del universo y un pequeño índice de él, sólo Quien en el puño de Cuyo poder está todo el universo puede reclamarlo. Y ya que, en relación a la creación, una semilla no es inferior a un árbol y un árbol es un pequeño universo y cada ser vivo es como un pequeño universo y un pequeño mundo, este misterio de la Unicidad Divina ha hecho que la asociación de copartícipes con Allah sea imposible.

A través de este misterio, el universo no sólo es un todo indivisible, sino que, con respecto a su naturaleza, como un universal cuya división y partición son imposibles y que no acepta la participación y numerosas manos en su creación. Así, ya que cada parte de él es una parte particular e individual y el todo también es un universal, no hay posibilidad en ningún sentido de la participación de otros en él. Demuestra al nivel de ser obvio la manifestación más grande del Nombre de Único, la realidad de la afirmación de la Unidad Divina con este misterio de la Unicidad Divina.

Sí, ya que los reinos de seres del universo están entretejidos y entrelazados y las funciones de cada uno mira hacia todo, ha hecho del universo, con respecto a la dominación y la creación, como un todo indivisible. Así también, los actos generales y abarcativos en el universo están entretejidos y unos dentro de otros. Es decir, por ejemplo, dentro del acto de dar vida, los actos de alimentar y de dar sustento son evidentes en el mismo instante. Y dentro de esos actos de alimentar y de dar vida, al mismo tiempo se observan los actos de ordenar y engalanar el cuerpo del ser vivo. Y dentro de esos actos de alimentar, de dar vida, de ordenar y engalanar, al mismo tiempo llaman la atención los actos de dar forma, de elevar y de regular. Y así sucesivamente, ya que los actos abarcativos y generales están unos dentro de otros y mezclados como los siete colores de la luz, por cierto, están unidos; y ya que ser lo mismo con respecto a sus naturalezas cada uno de esos actos abarca y abraza a la mayoría de las cosas y son un solo acto; y ya que quien realiza los actos debe ser el mismo; y ya que cada uno de ellos abarca a todo el universo y se une con los otros actos en cooperación y asistencia; ha hecho al universo como un todo indivisible. Similarmente, ya que cada ser vivo es una semilla, un índice y una muestra del universo, ha hecho del universo desde el punto de vista de la dominación como un universal cuya división y partirse en partes es imposible. Es decir, el universo es una totalidad que ser el Sustentador de una parte de él es sólo posible al ser el Sustentador del todo. Y es un universal tal que cada parte de él se ha vuelto como un solo miembro; hacer que un solo miembro se someta a Su soberanía es sólo posible al subyugar todo el universal.

 

SEXTA INDICACIÓN

La Unicidad Soberana y la Unidad Divina son el medio y la base de todas las perfecciones[1] y la fuente y el origen de los propósitos y la sabiduría de la creación del universo. También son la fuente y el único medio para alcanzar los deseos y anhelos de los seres concientes y racionales y en particular del ser humano. Si no fuera por la Unicidad Divina, todos los deseos y todas las demandas del ser humano se extinguirían. Los resultados de la creación del universo también declinarían hasta la nada y la mayoría de las perfecciones existentes y certeras se aniquilarían.

Por ejemplo, el ser humano tiene un deseo intenso, inquebrantable y apasionado de inmortalidad. Sólo Quien a través del misterio de la Unicidad sostiene a todo el universo en Su puño y puede cerrar este mundo y abrir el Más Allá tan fácilmente como cerrar una casa y abrir otra puede cumplir ese deseo de eternidad. Y como este deseo, los miles de deseos del ser humano que se estiran hasta la eternidad y están esparcidos a lo largo del universo están atados al misterio de la Unicidad y la realidad de la Unidad Divina. Si no fuera por la Unicidad Divina, no existirían, serían infructuosos. Y si no fuera por el Único Quien a través de la Unidad Divina tiene el dominio del universo entero, aquellos deseos no sucederían. E incluso suponiendo que sí lo hicieran, lo harían muy deficientemente.

Es por este misterio poderoso que el Corán de Milagrosa Exposición repetida y fervientemente y con elocuencia elevada, enseña la Unidad y la Unicidad Divina. Similarmente, todos los profetas, los eruditos purificados y los evliyas encontraron su placer y felicidad más grande en la Confesión de la Unidad Divina: ¡La ilahe illa Hu!

 

SÉPTIMA INDICACIÓN

Tal como Muhammad (PyB) enseñó, demostró y proclamó de la forma más perfecta la verdadera afirmación de la Unidad Divina en todos sus niveles, así también su Profecía se estableció con tanta seguridad y certeza como la Unidad Divina. Porque debido a que él enseñó la Unidad Divina, la realidad más grande en la esfera de la existencia, junto con todas sus verdades, se puede decir que todos los argumentos que demuestran la Unidad Divina indirecta pero fehacientemente demuestran su profecía, la autenticidad de su deber y lo correcto de su causa. Sí, una profecía que descubrió y verdaderamente enseñó la Unicidad y la Unidad Divina, que reúnen aquellas miles de verdades elevadas, es definitivamente necesario y requerido por esa Unicidad y Unidad; por cierto lo requieren.

Así, Muhammad (PyB) llevó a cabo esa labor al pie de la letra. Ahora, explicaremos por medio de ejemplos, tres de las numerosas evidencias y causas que atestiguan la importancia y lo elevado de su personalidad colectiva, atestiguando que es un sol en el universo.

La Primera: Según el misterio  de “La causa es como el hacedor”, el equivalente de todas las buenas obras realizadas a lo largo de los siglos por toda su Comunidad ha pasado al libro de las buenas obras de Muhammad (PyB). Así también, al pensar en la aceptación certera de las oraciones de ‘salawat’ para el Profeta (PyB), que todos los días toda su Comunidad recita para él y la estación y el nivel de aquellas oraciones interminables requieren, se puede comprender qué sol en el universo es la personalidad colectiva de Muhammad (PyB).

La Segunda: Pensar en el progreso espiritual de Muhammad (PyB), cuyo ser esencial fue la fuente, la semilla, la vida y el medio del árbol poderoso del Mundo del Islam: surgió de realizar con su extraordinaria capacidad y sus facultades la adoración, las palabras sagradas y las glorificaciones que forman los aspectos espirituales del Mundo del Islam, percibiendo todo su significado; entonces puedes comprender qué tanto más elevada que otras cercanías de Allah era la cercanía de Allah de la adoración de Muhammad (PyB), por la que se elevó al nivel de ser el amado de Allah.

Una vez, una sola glorificación se descubrió ante mí en una de las oraciones de manera cercana a cómo los Compañeros del Profeta las percibían y me pareció tan importante como la adoración de un mes. Comprendí a través de esto el valor elevado de los Compañeros. Significó que al comienzo del Islam, la refulgencia y la luz que proceden de las palabras sagradas tenían una cualidad diferente. A través de su novedad, tenían un sabor diferente, una sutileza y una frescura que con el paso del tiempo se habían ocultado y oscurecido y disminuido por la negligencia. Muhammad (PyB) los recibió con su capacidad maravillosa nueva y fresca de su fuente original, la Más Pura y Sagrada Esencia y las absorbió y asimiló. Como consecuencia de esto, pudo recibir la refulgencia de una sola glorificación que otros pudieron recibir sólo de la adoración de un año.

Así, desde este punto de vista, puedes comprender hasta qué punto Muhammad (PyB) progresó a través de los niveles de perfecciones, que son sin límites.

La Tercera: Ya que la humanidad es el pivote de todos los propósitos del universo del Creador del universo; y ya que es el destinatario con la mayor comprensión de todos los discursos de ese Glorioso; y ya que Muhammad (PyB) fue el más famoso y reconocido de la humanidad y, como lo atestiguan sus obras y logros, su individuo más perfecto y magnífico; ese Único de Gloria tomó a Muhammad (PyB) como Su destinatario en nombre de la humanidad, por cierto, en nombre de todo el universo; Él manifestó en él refulgencias ilimitadas y perfecciones interminables.

Así, hay numerosos puntos como estos tres que demuestran fehacientemente que tal como la personalidad colectiva de Muhammad (PyB) es el sol espiritual del universo, así también es el signo supremo del Corán poderoso conocido como el universo y el Nombre Más Grande de ese Supremo Que Distingue entre la Verdad y la Falsedad y el espejo de la manifestación más grande del Nombre de Único. Y rogamos al Uno, Único, Eternamente Buscado que tantas bendiciones y paz como cantidad de todas las partículas del universo multiplicadas por todos los segundos de todos los minutos de todas las épocas desciendan sobre Muhammad (PyB) de la tesorería infinita de Su misericordia.

سُبْحَانَكَ لَا عِلْمَ لَنَٓا اِلَّا مَا عَلَّمْتَنَاﮈ اِنَّكَ اَنْتَ الْعَل۪يمُ الْحَك۪ــيمُ

[1] De hecho, la prueba más clara y la evidencia más poderosa de la existencia de las interminables perfecciones Divinas y la belleza es la Unidad Divina. Porque si el Creador del universo se conoce como el Único de Unidad, todas las perfecciones y las bellezas del universo se conocen como las sombras, las manifestaciones, los signos y las destilaciones de las sagradas perfecciones y la belleza presente en ese Creador de Unidad. De lo contrario, las perfecciones y las bellezas del universo hubieran pertenecido a los seres y a algunas causas inconscientes y la tesorería eterna de las perfecciones Divinas hubiera permanecido desconocida y sin llave para la mente humana.