PALABRA VEINTIDOS

Conclusión

¡Oh, amigo, cuya mente está alerta y cuyo corazón está atento! Si has comprendido esta Palabra Veintidós desde el comienzo hasta aquí, toma los Doce Destellos juntos en tu mano, y al encontrar una lámpara de verdad tan poderosa como mil lámparas eléctricas, adhiere a las aleyas del Corán mencionadas a continuación. Monta el corcel de la asistencia Divina, asciende a los cielos de la verdad, elévate al Trono del conocimiento Divino. Declara: اَشْهَدُ اَنْ لَٓا اِلٰهَ اِلَّٓا اَنْتَ وَحْدَـكَـ لَا شَر۪يكَ لَكَ

Atestiguo que no hay dios sino Tú, Tú eres Uno, ¡Tú no tienes copartícipes![1]

 

Y al decir:

لَٓا اِلٰهَ اِلَّا اللّٰهُ وَحْدَهُ لَا شَرِيكَ لَهُ لَهُ الْمُلْكُ وَلَهُ الْحَمْدُ يُحْي۪ى وَيُم۪يتُ وَهُوَ حَىٌّ

لَا يَمُوتُ بِيَدِهِ الْخَـيْرُ وَهُوَ ﱬ كُــلِّ شَىْءٍ قَد۪يرٌ

Atestiguo que no hay dios sino Allah, Él es Uno, no tiene copartícipes; Suyo es el dominio y Suyas son las alabanzas; Él da la vida y da la muerte, y Él es el Eterno y no muere; en Sus manos está todo lo bueno, y Él es poderoso sobre todas las cosas[2], proclama Su unidad sobre las cabezas de todos los seres del universo en esta poderosa mezquita del mundo.

سُبْحَانَكَ لَاعِلْمَ لَنَٓا اِلَّا مَاعَلَّمْتَنَاﮈ اِنَّكَ اَنْتَ الْعَل۪يمُ الْحَك۪ــيمُ

¡Gloria a Ti! No tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado. Tú eres, en verdad, el Conocedor perfecto, el Sabio”.

(Corán, 2:32)

 

رَبَّنَا لَا تُؤاَخِذْنَٓا اِنْ نَس۪ينَٓا اَوْ اَخْطَاْنَاﮊ رَبَّنَا وَلَا تَحْمِلْ عَلَيْنَٓا اِصْرًا كَمَا حَمَلْتَهُ ﱰ  الَّذ۪ينَ مِنْ قَبْلِنَاﮊ رَبَّنَا وَلَا تُحَمِّلْنَا مَالَا طَاقَةَ لَنَا بِه۪ﮊ وَاعْفُ عَنَّاﮆ وَاغْفِرْ لَنَاﮆ وَارْحَمْنَاﮆ  اَنْتَ مَوْلٰينَا فَانْصُرْنَا ﱰ  الْقَوْمِ الْكَــافِر۪ينَ  ﱳرَبَّناَ لَا تُزِغْ قُلُوبَنَا بَعْدَ اِذْ هَدَيْتَنَا وَهَبْ لَنَا مِنْ لَدُنْكَ رَحْمَةً ﮊ اِنَّكَ اَنْتَ الْوَهَّابُ ﱳرَبَّنَٓا اِنَّكَ جَامِعُ النَّاسِ لِيَوْمٍ لَا رَيْبَ فِيه۪ﮈ اِنَّ اللّٰهَ لَا يُخْلِفُ الْم۪يعَادَ  ﱳاَللّٰهُمَّ صَلِّ وَسَلِّمْ ﱬ مَنْ اَرْسَلْتَهُ رَحْمَةً لِلْعَالَم۪ـينﭯ وَﱭ اٰلِه۪ وَصَحْبِه۪ٓ اَجْمَع۪ـينﭯ. وَارْحَمْنَا وَارْحَمْ اُمَّتَهُ بِرَحْمَتِكَ يَٓا اَرْحَمَ الرَّاحِم۪ـينﭯ  ﱳ وَ اٰخِرُ دَعْوٰيهُمْ اَنِ الْحَمْدُ لِلّٰهِ رَبِّ الْعَالَم۪ـينﭯ  ﱳ

“Allah no impone a nadie sino en la medida de su capacidad; tendrá a su favor lo que haya obtenido y en su contra lo que se haya buscado. ¡Señor nuestro! No nos tomes en cuenta si olvidamos o erramos. ¡Señor nuestro! No pongas sobre nosotros un peso similar al que pusiste sobre los que nos precedieron. ¡Señor nuestro! No nos hagas llevar lo que no podamos soportar. Bórranos las faltas, perdónanos y ten compasión de nosotros. Tú eres nuestro Dueño, auxílianos contra la gente incrédula”. (Corán, 2:286)

“¡Señor nuestro! No desvíes nuestros corazones después de habernos guiado y concédenos misericordia procedente de Ti, ciertamente Tú eres el Dador Generoso. ¡Señor nuestro! Es verdad que vas a reunir a los hombres en un día sobre el que no hay duda. Allah no falta a la promesa”. (Corán, 3:8-9)

                ¡Oh, Allah! Otórgale bendiciones y paz a quien Tú has enviado como una Misericordia para todos los mundos, y a toda su Familia y Compañeros. Y ten misericordia de nosotros y ten misericordia con su comunidad, a través de Tu misericordia, Oh Tú, el Más Misericordioso de los Misericordiosos. Amén.

“Y el final de su oración: ¡Las alabanzas a Allah, Señor de los mundos!”  (Corán, 10:10)

 

[1] Bukhari, i, 214; Ibn Hibban, Sahih, i, 272; iii, 136, 227, 229.

[2] Baghawi, Sharh al-Sunna, v, 53, 75, 132; Ibn Hajar, Majma’ al-Zawa’id, iv, 86-115: x, 85, 114.

 

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