PALABRA VEINTINUEVE

Segundo Objetivo

El Segundo Objetivo es sobre la resurrección de los muertos,

el fin del mundo y la vida del Más Allá.

Consiste de cuatro Puntos Fundamentales,

y una Introducción que está en forma de comparación.

Introducción

Si alguien afirmara sobre un palacio o una ciudad: “Este palacio o ciudad se destruirán, luego se reparará y reconstruirá para que quede intacto”, seis preguntas surgirían seguramente frente a esta afirmación.

La Primera: ¿Por qué los destruirán? ¿Hay alguna razón o algo que lo requiera? Si la respuesta es “Sí”, demuéstralo.

La Segunda: “¿Posee el constructor que los destruirían y luego reconstruirían el poder para hacerlo? ¿Sería capaz de ello?” Si la respuesta es “Sí”, demuéstralo.

La Tercera: “¿Es posible su destrucción? Y, ¿serán destruidos en el futuro?” Si la respuesta es “Sí”, y si demuestra tanto la posibilidad de destrucción como su incidencia, surgirían las siguientes: “¿Es posible que este extraño palacio o ciudad sean reconstruidos desde cero? Me pregunto, si es posible, ¿serán reconstruidos?” Si la respuesta es “Sí” y demuestra estos puntos también, entonces no puede quedar en ningún aspecto ni esquina de este asunto ningún espacio ni grieta por la que pudiese entrar alguna duda, recelo o sospecha.

Así, como en la comparación, hay hechos que exigen la destrucción y la reconstrucción del palacio de la tierra y la ciudad del universo. Su hacedor y constructor es poderoso; su destrucción es posible, y ocurrirá. Su reconstrucción es posible, y ocurrirá. Estos asuntos se demostrarán después del Primer Punto Fundamental.

Primer Punto Fundamental

 

El espíritu es definitivamente inmortal. Casi todas las pruebas del Primer Objetivo que señalan la existencia de los ángeles y de los seres espirituales también señalan la inmortalidad del espíritu, que es nuestro tema aquí. En mi opinión, el asunto es tan cierto que más explicaciones serán irrazonables. Por cierto, la distancia entre nosotros y las caravanas de los innumerables espíritus inmortales que están esperando para ir al Más Allá en los Mundos Intermedio y Espiritual es tan fina y delicada que no hay necesidad de demostrarla con pruebas. Incalculables evliyas y personas iluminadas que se ponen en contacto con ellos y aquellos que perciben los secretos de la tumba al verlos, incluso una cantidad de gente común que se comunica con ellos y la mayoría de la gente que se relaciona con ellos en sueños verdaderos, han formado una masa de informes unánimes veraces, y, con bastante simpleza se vuelven parte del conocimiento comúnmente aceptado de la humanidad. Sin embargo, porque el pensamiento materialista ha atontado a todos en esta época, ha podido implantar dudas en sus mentes relacionadas incluso con los asuntos más obvios. Para quitar estas dudas, estableceremos una Introducción y cuatro Fuentes de las numerosas fuentes que emanan de la intuición del corazón y de la perspicacia del intelecto.

 

Introducción

Como se demuestra en la Cuarta Verdad de la Palabra Diez, una belleza eterna, duradera e incomparable requiere de la eternidad y la permanencia de admiradores cautivados que carguen espejos. Una un arte impecable, eterno y perfecto busca la perpetuación de heraldos considerados. Una misericordia y beneficencia ilimitadas requieren que las bendiciones continúen y que los necesitados agradezcan. El más destacado de aquellos admiradores cautivados que cargan espejos, aquellos heraldos considerados, aquellos necesitados agradecidos, es inicialmente el espíritu humano, en cuyo caso, acompañará esa belleza, esa perfección, esa misericordia por los interminables caminos hacia la eternidad; será inmortal.

Como también se demuestra en la Palabra Diez, en la Sexta Verdad, no sólo el espíritu humano, sino también los niveles más simples de existencia no han sido creados para la extinción; ellos manifiestan una forma de inmortalidad. Incluso una flor insignificante, que no tiene espíritu, cuando termina con su existencia aparente, manifiesta un tipo de inmortalidad de mil maneras. Porque su forma se hace permanente en incalculables memorias. Y, al encontrar la perpetuación en todos sus cientos de semillas, la ley según la cual se formó continúa. Ya que la ley de formación de la flor, el modelo de su forma, que se parece a un fragmento diminuto del espíritu, se hace permanente por el Preservador Omnisciente; y, ya que es preservado a lo largo de transformaciones turbulentas con regularidad perfecta en sus semillas diminutas y se hace permanente; si no comprendes el nivel del espíritu humano, que es de una naturaleza extremadamente abarcativa y elevada, y se ha vestido con existencia externa, y es un ser vivo conciente, y una ley dominante de Allah y luminosa, de seguro manifiesta inmortalidad, y está atada y ligada a la eternidad, si no comprendes esto, ¿cómo puedes afirmar que eres un ser humano conciente? ¿Se puede decir de Quien es Omnisciente y Glorioso, un Preservador Imperecedero, Quien incluye y preserva en la semilla diminuta como un punto de un poderoso árbol el programa y la ley de su formación, que en cierta forma se parece a un espíritu, “cómo puede Él preservar los espíritus de los muertos”?

PRIMERA FUENTE: Es de su propio ser. Si alguien estudia su propia vida y su propio ser, percibe un espíritu inmortal. Por cierto, mientras cada espíritu cambia los cuerpos en edad,  el espíritu evidentemente permanece constante. En cuyo caso, a pesar de que el cuerpo es efímero, no afecta la permanencia del espíritu, ni arruina su naturaleza, incluso a pesar de que el espíritu está completamente desnudo en la muerte. Sin embargo, a lo largo de la vida, el espíritu gradualmente cambia su vestimenta que es el cuerpo, y, en el momento de la muerte, se desnuda de repente. Se ha establecido a través de comprensión instantánea y certera, por cierto, a través de la observación, que el cuerpo subsiste a pesar del espíritu; en cuyo caso, el espíritu no subsiste a través del cuerpo. Más bien, ya que el espíritu subsiste y se domina a sí mismo, el cuerpo puede ser dispersado y reunido nuevamente como desea; no infringirá la independencia del espíritu.

De hecho, el cuerpo es la casa del espíritu, es su hogar; no es su vestimenta. Lo que viste al espíritu una cubierta sutil y delicada, algo que puede parecerse a un cuerpo, que es en cierto modo constante, es etéreo y apropiado para el espíritu. En el momento de la muerte, entonces, el espíritu no está completamente desnudo, deja su hogar vestido en una cubierta como el cuerpo.

SEGUNDA FUENTE: Está fuera de su propio ser. Es decir, es un tipo de juicio empírico que se ha transformado a través de observaciones, relaciones repetidas y numerosas incidencias de eventos. Por cierto, cuando se entiende que un solo espíritu continúa después de la muerte, esto exige la continuación de todos los espíritus como una categoría de ser. Porque según la ciencia de la lógica es cierto que si una cualidad intrínseca se observa en un solo individuo, la existencia de esa cualidad se puede asumir en todos los individuos. Porque es intrínseca. Por ello, estará presente en cada individuo. Mientras que las indicaciones basadas no en una, sino en innumerables observaciones más allá de cálculos y cuentas, y los signos que señalan la inmortalidad de los espíritus están tan definidos, tal como para nosotros hay un lugar llamado el Mundo Nuevo, es decir, América, y que los seres humanos están allí, no podemos de ninguna manera dudar de la existencia de esa gente. De la misma manera, es inaceptable dudar que los espíritus de aquellos que han muerto estén ahora presentes en grandes cantidades en el Mundo Espiritual y que se relacionen con nosotros. Nuestros dones inmateriales van a ellos y sus emanaciones luminosas vienen a nosotros.

Además, con comprensión instantánea y certera, uno puede percibir con la conciencia que un aspecto fundamental del ser humano continúa después de su muerte. Ese aspecto fundamental es el espíritu. En cuanto al espíritu, no está sujeto a destrucción y disolución. Esto es así, es básico y único; tiene unidad. En cuanto a la destrucción, disolución y descomposición, son la especialidad de las sustancias complejas y compuestas. Como explicamos anteriormente, la vida asegura una forma de unidad dentro de la multiplicidad; causa una especie de permanencia. Es decir, la unidad y la permanencia son fundamentales para el espíritu, del cual se esparcen hacia la multiplicidad.

La mortalidad del espíritu sería a través de la destrucción o bien de la disolución, mientras que la unidad no da oportunidad para estos, y su naturaleza simple no permite la descomposición; o sería a través de la aniquilación. Pero la compasión ilimitada del Absolutamente Generoso no permitiría la aniquilación, y Su munificencia ilimitada no permitiría que Él vuelva a tomar del espíritu humano la bendición de la existencia que Él le ha otorgado, que desea fervientemente, y de la cual es merecedora.

TERCERA FUENTE: El espíritu del ser humano, que se ha vestido con una existencia externa viva, conciente y luminosa, es una ley dominante abarcativa y veraz de Allah dispuesta a adquirir universalidad. E incluso las leyes dominantes de Allah más débiles manifiestan estabilidad y permanencia. Porque si se considera con cuidado, se verá que en todas las especies que están sujetas al cambio, está presente una verdad constante que, girando dentro de los cambios, las transformaciones, y las etapas de la vida, hace que las formas externas de las cosas cambien; y vivir y no morir es permanente. Así, mientras el ser humano es un individuo, por lo abarcativo de su naturaleza, su conciencia universal y su imaginación abrazadora, el espíritu es como una especie. Una ley que gobierna y está en vigencia en las especies también está en vigencia en el individuo humano. Ya que el Creador Glorioso ha creado al ser humano como un espejo abarcativo, para la adoración universal y con una naturaleza exaltada, incluso si la verdad del espíritu que está presente en cada individuo hace que la forma externa del individuo cambie cientos de miles de veces, con el permiso del Sustentador, no morirá sino que continuará, partiendo como vino. En cuyo caso, con la orden de Allah y con Su permiso y por hacerlo permanente, el espíritu del ser humano individual, que es el elemento conciente y la parte viva de sí, es inmortal.

CUARTA FUENTE: Considera las leyes que gobiernan las especies, que hasta cierto punto se parecen al espíritu, ya que ambas surgen del Mundo de la Orden y la Voluntad Divina, con respecto a su fuente, son en un sentido apropiados para el espíritu, y sólo le falta de existencia perceptible. Estúdialos y verás que si esas leyes ordenadas estuvieran vestidas de existencia externa, cada una de ellas se volvería el espíritu de las especies. Y las leyes son siempre permanentes; son siempre perpetuas y constante. Ningún cambio ni transformación afecta la unidad de las leyes, ni los arruina.

Por ejemplo, si se muere y se dispersa un árbol de higos, la ley de su formación, que es como su espíritu, continuará en sus diminutas semillas; no morirá. Y entonces, como las leyes más comunes y débiles están así conectadas a la permanencia y la continuidad, el espíritu humano debe estar conectado no sólo con la permanencia y la inmortalidad sino también con toda la eternidad. Porque según el glorioso decreto del Corán de:

قُلِ الرُّوحُ مِنْ اَمْرِ رَﯹﱎﰇ, el espíritu también es una ley conciente y viva que ha venido del Mundo de la Orden Divina, y que el poder Eterno ha vestido con existencia externa. Es decir, tal como las leyes inconscientes que proceden del atributo Divino de la voluntad y del Mundo de la Orden Divina son siempre o mayormente, eternas, así también es incluso más definitivo que el espíritu, una especie de hermano de ellas, y como tales, es una manifestación del atributo de voluntad y viene del Mundo de la Orden, manifiesta inmortalidad. Es también más merecedor, porque es existente, tiene una realidad externa. Y es más potente, más elevado, porque tiene conciencia. También más duradero que ellas, y más valioso porque está vivo.

Segundo Punto Fundamental

Hay asuntos que exigen la felicidad eterna, y el Agente Glorioso es capaz de otorgar esa felicidad. También, la destrucción del universo y la muerte del mundo son posibles, y ocurrirán. Y la resurrección del mundo y el Último Juicio son posibles, y ocurrirán. Explicaremos todos estos seis asuntos brevemente y de un modo que satisfaga a la razón. De hecho, en la Palabra Diez, las pruebas se establecen, lo cual eleva el corazón al nivel de fe perfecta, mientras que aquí, los discutiremos a la manera de las explicaciones del Viejo Said en su tratado llamado Nokta (El Punto), que convence y hace callar sólo a la razón.

Hay asuntos que exigen felicidad eterna. Una prueba decisiva que señala a aquellos asuntos consiste de una comprensión instantánea y certera filtrada a través de Diez Fuentes y Puntos Centrales.

PRIMER PUNTO: Si se observa con cuidado, se verá que una regularidad perfecta e intencional abraza a todo el universo. Rastros de elección y destellos de propósito se ven en cada aspecto de ello. Lo que llama la atención a través del testimonio de sus frutos es que en cada cosa hay una luz de intención; en cada función, un destello de voluntad; en cada movimiento, un reflejo de elección; en cada todo compuesto, un ardor de sabiduría. Así, si no hubiera felicidad eterna, este orden auténtico meramente consistiría en una forma débil e inútil. Sería un falso orden, no un orden verdadero. Las conexiones, relaciones y espiritualidad, que son el espíritu del orden, se perderían y no servirían de nada. Es decir, lo que le da orden al orden es la felicidad eterna. En cuyo caso, el orden del universo señala a la felicidad eterna.

SEGUNDO PUNTO: La sabiduría total es evidente en la creación del universo. Por cierto, la sabiduría Divina, que es la representación del favor eterno, proclama la felicidad eterna a través de la lengua de la conservación de beneficios y siguiendo los propósitos demostrados por el universo en su totalidad. Porque, si no hubiera felicidad eterna, sería necesario, por orgullo, negar la sabiduría y los beneficios que son evidentemente constantes en el universo. Ya que la Décima Verdad de la Palabra Diez demuestra esta verdad como el sol, nos contentaremos con eso y acortamos la discusión aquí.

TERCER PUNTO: A través del testimonio de la razón, la sabiduría, la deducción y la experiencia, la ausencia de inutilidad y la ausencia de desperdicio en la creación de los seres, que es constante, indica la felicidad eterna. El signo de que no haya desperdicio ni nada en vano en la creación es que el Creador Glorioso elige y prefiere el camino más corto, el punto más cercano, la forma más liviana, y la mejor manera de la creación de todo, y que a veces Él impone cien tareas sobre una sola cosa, y que Él le adjunta mil frutos y objetivos a un ser delgado. Ya que no hay desperdicio ni nada en vano, seguramente habrá felicidad eterna. Porque la inexistencia y que no hubiera regreso haría que todo fuera inútil; que todo fuera un desperdicio. La ausencia de desperdicio en toda la creación, y en el ser humano, por ejemplo, que está establecido por la ciencia, demuestra que las habilidades inmateriales e ilimitadas del ser humano, y las infinitas esperanzas, ideas y deseos no se desperdiciarán tampoco. En cuyo caso, el deseo profundamente arraigado del ser humano de ser perfeccionado señala la existencia de una perfección y su deseo de felicidad proclama que está definitivamente destinado a la felicidad eterna. Si no fuera así, contrariamente a todos los otros seres, que son creados sabiamente y con un propósito, esas facultades inmateriales auténticas, esas esperanzas elevadas, serían inútiles y un desperdicio; se marchitarían y no servirían de nada. Ya que esta verdad está demostrada en la Undécima Verdad de la Palabra Diez, acortamos la discusión aquí.

CUARTO PUNTO: En muchas especies, en el día y la noche, en el invierno y en la primavera, en los cielos, e incluso en las personalidades del ser humano y en los cuerpos que él cambia a lo largo de su vida, y, en el sueño que se parece a la muerte, hay un tipo diferente de resurrección que se parece a la de los muertos; todos ellos implican y aluden a la realidad del Día de la Resurrección. Por ejemplo, el día, el año, la vida del ser humano, y la rotación del mundo del gran reloj de Allah conocido como la tierra se parece a las manecillas de un reloj semanal nuestro que indican los segundos, los minutos, las horas y los días; cada una es la precursora de la siguiente, dan noticia de unas y otras; giran y funcionan. Así como muestran la mañana después de la noche, y la primavera después del invierno, ellas aluden a que, después de la muerte, la mañana de la resurrección aparecerá de ese instrumento, ese reloj amplio.

Hay muchas variedades de resurrección que una persona experimenta durante su vida. Tal como ve los signos de la resurrección a través de una especie de muerte cada noche y renacimiento cada mañana, así también se concuerda que experimenta lo que se parece a una resurrección cada cinco o seis años al cambiar todas las partículas de su cuerpo, e incluso experimenta una resurrección gradual dos veces al año. También, cada primavera, atestigua más de trescientos mil tipos de resurrección y vuelta a la vida en el reino animal y vegetal.

Así, tantos signos e indicaciones de acumulación y marcas de dispersion por cierto señalan a la gran resurrección de los muertos como si fueran gotitas de ella. El Creador Omnisciente que provoca una especie de resurrección de esa manera en el mundo animal y vegetal, es decir, que vuelve a la vida exactamente a todas las raíces de las plantas y ciertos animales en la primavera, y restaurando otras partes de ellos, como hojas, flores y frutos, no exactamente de la misma forma sino similar, tal vez una prueba de una resurrección personal en el individuo humano dentro de la resurrección general. Porque el individuo humano es como una especie en comparación a otras especies animadas, y la luz de la mente le ha dado tal amplitud a las acciones humanas y al pensamiento que abarcan el pasado y el futuro. Si consume el mundo incluso, no está satisfecho. En las otras especies, la naturaleza del individuo es particular; su valor es personal; su punto de vista, restringido; su perfección, limitada; su placer y dolor, instantáneos. Mientras que la naturaleza del ser humano es exaltada; su valor, muy alto; su punto de vista, universal; su perfección, ilimitadas; su placer inmaterial y dolor es parte permanente. En cuyo caso, las variadas resurrecciones que se repiten en las otras especies animadas evidentemente informan y señalan a todos los individuos humanos que son resucitados y reestablecidos a la vida exactamente iguales en la gran resurrección de los muertos. Ya que se demuestra con la certeza de que dos más dos es cuatro en la Novena Verdad de la Palabra Diez, acortamos la discusión aquí.

QUINTO PUNTO: Aquellos que han observado atentamente las realidades de la creación consideran que las potencialidades ilimitadas incluidas en la esencia del espíritu del ser humano, las habilidades ilimitadas contenidas en aquellas potencialidades, los deseos ilimitados que surgen de esas habilidades, las esperanzas infinitas que resultan de aquellos deseos ilimitados y los pensamientos ilimitados e ideas que nacen de esas esperanzas infinitas son las manos tendidas hacia la felicidad eterna, que está más allá de este Mundo Manifiesto, son ojos que miran a ello, que se vuelven hacia ello. Así, la naturaleza del ser humano, que no puede mentir y el deseo definido, intenso, inquebrantable de felicidad eterna en su naturaleza inspira la conciencia con certeza relacionada con la realización de la felicidad eterna. Este hecho se demuestra con tanta claridad como la luz del día en la Undécima Verdad de la Palabra Diez, y entonces acortamos la discusión aquí.

SEXTO PUNTO: La misericordia del Creador Bello de estos seres, Quien es el Más Misericordioso, el Más Compasivo, señala la felicidad eterna. Sí, es de la naturaleza de esa misericordia, que hace que la bendición sea bendición y la salva del tormento, para no ocultarle al ser humano la felicidad eterna, que salva a los seres de la angustia de la separación eterna. Porque si la felicidad eterna, el líder, el jefe, el objetivo y el resultado de todas las bendiciones, no son dadas y si después de morir, el mundo no es resucitado en forma de Más Allá, todas las bendiciones se transformarían en tormento. Y tal transformación necesitaría negar la existencia de la misericordia Divina, que es evidente y necesaria, y, a través del testimonio de todo el universo, indiscutible y manifiesto. Es una verdad constante más brillante que el sol. Mira y presta atención sobre las bendiciones de amor, compasión y razón, algunas de las manifestaciones y rastros sutiles de la misericordia. Supón que esa separación eterna y esa partida inacabable fueran a alargar la vida humana; verás que ese amor tierno se vuelve una gran calamidad; la compasión dulce, una gran desgracia; esa razón luminosa, una gran tribulación. Es decir, la misericordia (por ser misericordia) no puede confrontar al verdadero amor con separación eterna. Ya que la Segunda Verdad de la Palabra Diez ha demostrado este hecho maravillosamente, acortamos esto aquí.

SÉPTIMO PUNTO: Todas las exquisiteces, todas las virtudes, todas las perfecciones, toda la atracción, todo el anhelo, toda la compasión conocida y vista en el universo son significados, acepciones, palabras inmateriales. Necesaria y evidentemente muestran al corazón y clavan en los ojos de la mente las manifestaciones del favor y la bondad, la benevolencia y la munificencia del Creador Glorioso. Ya que hay una verdad en este mundo, evidentemente hay misericordia verdadera. Ya que hay verdadera misericordia, habrá felicidad eterna. La Cuarta Verdad de la Palabra Diez, y también la Segunda Verdad, han iluminado este hecho con tanta claridad como la luz del día.

OCTAVO PUNTO: La conciencia del ser humano, que es su naturaleza conciente, considera y señala la felicidad eterna. Sí, si alguien escucha a su propia conciencia despierta, oirá una voz que grita: “¡Eternidad! ¡Eternidad!”. Si se le diera a todo el universo tal conciencia, no podría satisfacer su necesidad de eternidad. Es decir, que la conciencia es creada para la eternidad y que sea atraída y arrastrada de esta manera es posible sólo porque es atraída por un verdadero objetivo y una verdad cautivante. La conclusión de la Undécima Verdad de la Palabra Diez demuestra este hecho.

NOVENO PUNTO: Este es el mensaje de Muhammad el árabe (PyB), que era veraz, honesto y confiable. Por cierto, sus palabras abrieron las puertas de la felicidad eterna; todo lo que él dijo fueron ventanas abiertas hacia la dicha eterna. De hecho, sostuvo en sus manos el consenso de todos los profetas (la paz sea con ellos) y el acuerdo unánime de todos los evliyas, porque después de la unidad Divina, todos sus llamados y esfuerzos se concentraron en la resurrección de los muertos y la felicidad eterna. ¿Hay algo que pueda sacudir semejante fuerza? La Duodécima Verdad de la Palabra Diez demuestra esta verdad del modo más obvio.

DÉCIMO PUNTO: Es la noticia certera del Corán de Milagrosa Exposición, que ha preservado su milagro en siete aspectos por trece siglos, y, como se demuestra en la Palabra Veinticinco, es un milagro a través de sus cuarenta tipos de milagros. Sí, esta noticia del Corán es el revelador de la resurrección de los cuerpos, y el revelador del enigmático misterio del mundo y la llave de la sabiduría del universo. También, las pruebas racionales certeras contenidas en el Corán de Milagrosa Exposición, que yacen ante los ojos, que imponen que sean consideradas son miles. En breve, el Corán le presenta a las miradas del ser humano para que estudie una gran cantidad de aleyas y muchos telescopios que revelan dicha eterna, como:

قُلْ يُحْيِيهَا الَّذ۪ٓى اَنْشَاَهَٓا اَوَّـلَـ مَرَّةٍ[1] Y : وَقَدْ خَلَقَكُــمْ اَطْوَارًا

Que comprende una comparación o analogía, y: وَمَا رَبُّكَ بِظَلَّامٍ لِلْعَب۪يدِ[2]

Que señala a la evidencia de justicia. Explicamos en nuestro tratado Nokta (el Punto) el resumen de la analogía figurativa de:

وَقَدْ خَلَقَكُــمْ اَطْوَارًا   [3]       Y :  قُلْ يُحْي۪يهَا الَّذ۪ٓى اَنْشَاَهَٓا اَوَّـلَـ مَرَّةٍ

Que el Corán aclara a través de otras aleyas. Como:

Al pasar de una etapa a la otra, el cuerpo humano experimenta transformaciones maravillosas y ordenadas. Desde el esperma hasta un coágulo de sangre; de un coágulo de sangre a carne y hueso; de carne y hueso a una nueva creación, es decir, la transformación a la forma humana; sigue órdenes extremadamente precisas. Cada una de estas etapas tiene leyes tan particulares, una regularidad tan determinada, actos tan regulares que muestran las manifestaciones de un propósito, una voluntad, una elección y una sabiduría como si fuera a través de un vidrio.

Así, el Creador omnisciente, Quien crea el cuerpo de esta manera, lo cambia cada año como si fuera una vestimenta. Para que el cuerpo cambie y para su continuación, un compuesto es necesario para que nuevas partículas aparezcan y trabajen y llenen el espacio de las partes que se disolvieron. Ya que las células del cuerpo se destruyen bajo la ley ordenada Divina, requiere una materia sutil, conocida como sustancia, que la reparará, una vez más por medio de una ley ordenada de Allah, Soberano. El Verdadero Proveedor reparte y distribuye esta sustancia mediante una ley particular en relación a las diferentes necesidades de los miembros del cuerpo.

Ahora, considera el comportamiento de la materia sutil que el Proveedor Omnisciente envía: verás que mientras las partículas de la materia se dispersan por el aire, el suelo y el agua como una caravana, de repente se reúnen de un modo que sugiere una acción deliberada, como si repentinamente hubiesen recibido la orden de moverse. Se reúnen de la manera más ordenada como si cada partícula estuviera encomendada a una tarea y le fuera ordenado proceder hacia un lugar específico. También, se evidencia de su conducta que están siendo impulsadas por una ley particular de quien actúa y tiene elección, y del reino de lo inanimado están entrando al mundo de los seres vivos. Entonces entran en un cuerpo como sustancia por una regularidad particular, con un proceso determinado y con los órdenes regulares, y después de cocinarse en las cuatro cocinas del cuerpo, experimentando cuatro transformaciones raras, y, al pasar por cuatro filtros, se distribuyen por leyes regulares y la beneficencia del Verdadero Proveedor según las diversas necesidades de los miembros; circulan por todas las partes del cuerpo.

Así, cualquiera de estas partículas que consideres con los ojos de la sabiduría, verás que la casualidad ciega, la coincidencia ilegal, la naturaleza sorda, y las causas inconscientes no pueden de ninguna manera interferir en él; está impelido de una manera intencional, ordenada, oyente y deliberada. Porque cualquier etapa en la que cada uno de ellos entre de los elementos circundantes a las células del cuerpo, actúa como si lo hicieran intencionalmente a través de las leyes específicas de esta etapa. Entra de una manera ordenada. A cualquier nivel al que viaje, pasa con tal orden que parece obvio que están procediendo a la regularidad del Omnisciente Que Mueve. De esta manera, gradualmente avanza de etapa en etapa, y de nivel en nivel hasta que, a la orden de su Sustentador, sin desviarse de su objetivo y objeto, alcanza su posición apropiada, por ejemplo, la pupila del ojo de Tawfik, donde se establece por sí mismo y trabaja.

Esta situación, es decir, la manifestación de Allah Soberano en el sustento, demuestra que primero las partículas fueron determinadas; fueron designadas a la tarea y a esas posiciones. Es como si la existencia de un arreglo y orden, como si “Este será el sustento de las células de fulano de tal” estuviera escrito en la frente de cada uno de ellos, indica que el sustento de cada persona está escrito en la frente por la pluma del Decreto Divino, y su nombre está escrito sobre su sustento. ¿Es acaso posible que el Creador Glorioso, Quien nutre y sostiene con poder ilimitado y sabiduría abarcativa, Quien tiene disposición absoluta sobre todos los seres desde las partículas diminutas hasta los planetas, y los gira con regularidad y equilibrio, no provocara ‘la segunda creación’, o que fuera incapaz de hacerlo?

Muchas aleyas del Corán le presentan al punto de vista del ser humano esta primera creación sabia, e ilustran con la primera creación, la segunda creación en la resurrección de los muertos y en la Gran Reunión. Quitan toda irracionalidad. Dice:

قُلْ يُحْي۪يهَا الَّذ۪ٓى اَنْشَاَهَٓا اَوَّـلَـ مَرَّةٍ [4] Es decir, Quien os creó de la nada de una forma tan sabia es Quien os volverá a la vida nuevamente en el Más Allá. Y dice: وَهُوَ الَّذ۪ى يَبْدَؤُ۬ا الْخَلْقَ ثُمَّ يُع۪يدُهُ وَهُوَ اَهْوَنُ عَلَيْهِ[5]

Es decir: “Vuestro regreso y que volváis a la vida en la resurrección es más fácil y menos dificultoso que vuestra creación en este mundo”.

Tal como es más fácil y menos dificultoso para los soldados de un regimiento que se han retirado a descansar, volver a reunirse bajo la bandera del regimiento al sonido de un clarín que formar un nuevo regimiento desde cero, así también según lo razonable, es más fácil y más posible que en la primer creación que las partículas fundamentales de un cuerpo, que están entremezcladas y son familiares y están conectadas entre sí, se reúnan con el toque de la trompeta del ángel Israfil (la paz sea con él), y respondan a la orden del Creador Glorioso con “¡Aquí estamos, oh, Señor!” De todos modos, tal vez no es necesario que todas las partículas se reúnan. Las partes fundamentales y las partículas esenciales, que son como el núcleo y las semillas, y se llaman الذَّنَبْ عَجْبُ “la raíz de la cola” (el cóccix) en un Hadiz[6], puede ser suficiente como una base de la segunda creación. El Creador Omnisciente puede construir el cuerpo humano sobre ellos.

Lo siguiente es un resumen de la comparación judicial indicada por las aleyas como la tercera para arriba:  وَمَا رَبُّكَ بِظَلَّامٍ لِلْعَب۪يدِ[7]

Con frecuencia vemos en este mundo que personas tiranas, pecadoras y crueles pasan sus vidas con gran facilidad y confort, mientras que los oprimidos, rectos y religiosos viven bajo grandes dificultades y en degradación. Entonces la muerte viene y los iguala. Si esta igualdad no tuviera fin y no fuera limitada, se evidenciaría una injusticia. Sin embargo, ya que la sabiduría y la justicia Divina están libres de crueldad como se establece por el testimonio del universo, evidentemente requieren una asamblea final donde los primeros sean castigados y los últimos reciban su recompensa. Entonces, las personas desordenadas y desdichadas pueden recibir castigo y recompensa según sus potencialidades, ser el medio de justicia absoluta, manifestar la sabiduría Divina, y ser el hermano mayor de todos los seres razonables de este mundo.

Por cierto, la morada de este mundo no permite que las potencialidades limitadas contenidas dentro del espíritu de los seres humanos florezcan. Esto significa que será enviado a otro mundo. La esencia del ser humano es ciertamente poderosa, entonces está designado a la eternidad. Su naturaleza es exaltada, entonces sus crímenes son grandes. No se parece a otros seres. Su orden es importante, también. No puede vivir sin orden. No puede vivir sin significado. No puede ser creado en vano. No puede estar condenado a la extinción absoluta. No puede escapar a la inexistencia pura. El Infierno ha abierto su boca, y lo espera. Y el Paraíso ha abierto su abrazo lleno de gracia, y lo espera. Ya que la Tercera Verdad de la Palabra Diez ha demostrado este segundo ejemplo maravillosamente, acortaremos la discusión aquí.

A modo de ejemplo, puedes hacer analogías y estudiar otras aleyas del Corán similares a las dos anteriores, que contienen muchas pruebas sutiles y racionales.

Así, estas Diez Fuentes de Puntos Centrales forman una prueba decisiva y una comprensión instantánea y certera, y tal como esta comprensión muy racional y prueba poderosa son evidencias decisivas para la causa y la necesidad de la resurrección y del Día del Juicio, así también – como se demuestra claramente en la Palabra Diez – la mayoría de los Más Bellos Nombres, como Omnisciente, Compasivo, Preservador, Justo, requieren la llegada del Último Día y la resurrección, y la existencia de la dicha eterna; señalan claramente a la realización de la felicidad eterna. Es decir, los asuntos que hacen necesaria la resurrección de los muertos y el Día del Juicio son tan poderosos que no dejan lugar en absoluto para ninguna duda o incertidumbre.

[1] Corán, 36:79, 71:14

[2] Corán, 41:46

[3] Corán, 36:79

[4] Corán, 36:79

[5] Corán, 30:27

[6] Bukhari, Tafsir Sura al-Zumar, 3; Tafsir Sura al-Nabi, 1; Muslim, Fitan, 141-3.

[7] Corán, 41:46