RAYO CATORCE

 

Complemento

            Vi que se escribió atrás del último reporte relacionado a las investigaciones del magistrado examinador: “Bajo el pretexto de que sus explicaciones de tres aleyas en contra de la civilización no se ajustaban al Código Civil actual, hace cuatro meses el Gabinete había tomado la decisión de prohibir oficialmente la distribución de Lo Milagroso del Corán, es decir, la Palabra Veinticinco”.

Mi respuesta es esta: Lo Milagroso del Corán ahora es parte de Zülfikâr, y sólo en dos páginas de las cuatrocientas páginas de Zülfikâr hay explicaciones de las tres aleyas, que responden de una manera que no se puede objetar, a algunas críticas de la civilización hacia Corán, y se incluyeron en tres de mis viejos tratados. Una de las aleyas es sobre el velo de las mujeres; la segunda, َفِلاُمِّهِ السُّدُسُ es sobre la herencia; como también lo es la tercera,

فَلِلذَّكَرِ مِثْلُ حَظِّ اْلاُنْثَيَيْنِ yo expuse la sabiduría del significado de estas aleyas de una manera que silenciaría a los filósofos, en dos páginas hace veinte años, y en mis otros tratados hace treinta años. Es, por lo tanto, nuestro derecho legal que, en lugar de prohibir las cuatrocientas páginas de Zülfikâr bajo la sospecha de que fue escrito ahora, se proceda en esas dos páginas y nos devuelvan el libro; así como si una carta que tiene una o dos palabras dañinas, se cortan esas palabras y se permite la publicación del resto. Buscamos nuestros derechos de vuestra corte justa en este asunto.

Ya que nadie pudo encontrar la oportunidad de venir a leerme la acusación de cuarenta páginas, que me entregaron hace un mes, me la leen hoy, 11 de junio, por primera vez. La escuché y vi que la lista de mis objeciones que escribí para ustedes hace dos meses, y el Apéndice de mis objeciones de hace un mes atrás, fueron enviadas a seis departamentos del gobierno de Ankara, y a vuestra oficina. Esas objeciones refutan y demuelen esa acusación. No veo absolutamente ninguna necesidad de volver a escribir las objeciones. Sólo digo ahora, para recordarle a la fiscalía, los siguientes dos o tres puntos:

La razón por la que no consideré la acusación y respondí a ella fue para evitar insultar el honor de las tres cortes justas que nos habían absuelto y ajustarnos a ellas. Porque esas cortes nos absolvieron después de estudiar hasta el más mínimo detalle todos los puntos de la acusación actual. Ignorar por completo sus absoluciones es insultar el honor del tribunal.

Segundo Punto: Debido a sus grandes malas interpretaciones, asignarles significados inimaginables a uno o dos asuntos de miles, la fiscalía nos acusa de ciertas ofensas. Sin embargo, esos asuntos están en las grandes colecciones de Risale-i Nur. Los eruditos de la Universidad al-Azhar en Cairo, los líderes académicos de Damasco, los excelsos académicos de Meca y Medina, y de Alepo, y así sucesivamente, y especialmente los investigadores académicos del Directorio de Asuntos Islámicos, todos los han visto y los han elogiado con aprecio y han puesto sus firmas en ellos. Entonces fue con asombro y perplejidad que vi las objeciones pseudo-académicas en la acusación. Incluso si hubiera hecho algunos errores y la acusación hubiera sido correcta en lo que imputa, a pesar de que miles de académicos no los habían detectado ni objetado, aún así no constituiría un crimen; sólo serían errores académicos. Además, tres cortes han absuelto a toda la colección Risale-i Nur y a nosotros. Sólo la Corte de Eskishehir dio sentencias leves para mí y para quince de cien de mis compañeros por quince palabras en el Destello Veinticuatro, que es sobre el velo de las mujeres. Escribí en el apéndice de mis objeciones que si hay justicia en la faz de la tierra, no aceptaría que me condenen por exponer esa aleya y acatar lo que se estableció en trescientos cincuenta mil comentarios Coránicos. Como si juntara agua de mil vertientes y con su habilidad, la fiscalía intentara usar en nuestra contra una cantidad de puntos en los libros y cartas escritas durante veinte años. Eso hace que no tres sino cinco o seis cortes que nos absolvieron en este punto sean nuestros cómplices de este crimen imaginario. Le recuerdo a la fiscalía no insultar el honor de aquellas cortes justas.

El Tercero: Incluso explícitamente, criticar y objetar a un líder que está muerto y enterrado, cuyas relaciones con el Gobierno han cesado, y quien fue la causa de ciertas faltas en las reformas, no puede ser una ofensa legal. Pero no había nada explícito; la fiscalía aplicó mis afirmaciones generales a él por sus malas interpretaciones. Hizo público esos significados confidenciales, que no les decimos a todos, y dirigió la atención de todos a ellos. Si hay algún crimen involucrado, la fiscalía es culpable porque está incitando a la gente y atrayendo su atención a esos significados.

El Cuarto: Debido a sospechas sin fundamento, repitiendo la misma vieja historia, juntando agua de mil vertientes, la fiscalía investigó insinuaciones de una sociedad secreta, a pesar de nuestra absolución inequívoca sobre este punto por tres cortes. Sin embargo, mientras que hay numerosas sociedades políticas que son dañinas para esta nación y este país, que sí las permiten y son tolerantes con ellas, llamar una sociedad secreta a la solidaridad de los estudiantes de Risale-i Nur con sus amigos estudiantes, que como lo estableció el testimonio de miles de testigos y signos y el hecho de que seis provincias no interfirieron con nosotros, es solamente por el beneficio del país, la nación y la religión, en nombre de la felicidad en este mundo y en el Otro, y luchar contra las corrientes de adentro y fuera del país que se empeñan en la corrupción, y como la fiscalía que los acusó de “explotar la religión e incitar a la gente perturbar el orden público y poner en riesgo la seguridad”, a pesar de que en veinte años ni un solo incidente se ha registrado en conexión a los estudiantes de Risale-i Nur, hará que no sólo la humanidad sino toda la tierra se enoje, así rechazando semejante acusación. Sin embargo… no hay necesidad de decir nada más. Mis objeciones escritas y su apéndice, que se escribieron mucho antes de la acusación, son mis respuestas.

El Prisionero Said Nursi Prisión de Afyon

بِاسْمِهِ سُبْحَانَهُ

Le digo esto a la Corte de Afyon y al Principal Juez Criminal:

Debido a que desde edad temprana no pude soportar ser dominado, corté mis relaciones con el mundo. Ahora la vida se ha vuelto una gran carga para mí con esta opresión sin sentido e innecesaria. No tengo el poder de soportar la persecución de miles de oficiales externos. Estoy harto de este tipo de vida. Con toda mi fuerza les ruego que me sentencien. Entrar a la tumba no está dentro de mi poder, y tengo que permanecer en prisión. Ustedes saben que los crímenes no fundamentados de los que la fiscalía me acusa no existen. No puedo ser condenado por ellos. Sin embargo, tengo serias faltas anteriores a mis verdaderas tareas por las que pueden efectivamente condenarme. Si es apropiado pedirlo, responderé vuestras preguntas. Sí, mi único crimen de todas mis serias faltas es este: se me ocurrió aquí en la Prisión de Afyon que desde el punto de vista de la realidad fue una falta imperdonable que, por no haber considerado al mundo, no he realizado la pesada tarea que me habían encomendado en nombre del país, la nación y la religión, y no saberlo no me excusa.

El hecho de que tres cortes nos hayan absuelto en relación a esto demuestra qué tan lejos de la verdad y la justicia han caído quienes le dan el nombre de sociedad política mundanal al apego desinteresado de los estudiantes de Risale-i Nur y su intérprete, que considera solamente al Más Allá, e intentan demostrar que son culpables de una ofensa criminal. Nosotros también decimos:

La base y los fundamentos de la sociedad humana, y en particular de la nación İslámica, son los lazos entre los parientes, y el apego preocupado entre las tribus y los grupos, y debido a la nacionalidad İslámica, la hermandad espiritual y la asistencia mutua entre los creyentes, y la devoción por la nación de uno, y el apego inquebrantable y la parcialidad por las verdades del Corán y quienes las propagan. Es sólo negando estos lazos, que aseguran la vida de la sociedad, y aceptando el ‘peligro rojo’ – que disemina la terrible semilla de anarquía desde el Norte, que arruina a las generaciones más jóvenes y a la nacionalidad, y ahogando hacia sí mismo a los hijos de todos, destruye el parentesco y la nacionalidad, y abre el camino a la corrupción completa de la civilización humana y la vida de la sociedad – que los alumnos de Risale-i Nur pueden llamarse una sociedad política, que es una ofensa procesable. Por esta razón, los verdaderos estudiantes de Risale-i Nur proclaman abiertamente su apego sagrado a las verdades del Corán y sus lazos inquebrantables de hermandad que consideran al Más Allá. Debido a que están felices de aceptar cualquier castigo que puedan recibir por esa hermandad, admiten en vuestra corte justa la verdad como es. No se rebajan a defenderse a sí mismos con mentiras, adulaciones ni astucias.

 

El Prisionero Said Nursi

 

 

 

Un Apéndice al Agregado de Mis Objeciones Escritas de la Acusación Presentada a la Corte de Afyon

 

Primero: Le digo a la corte que debido a que la nueva acusación se basa en las viejas acusaciones de las Cortes de Denizli y de Eskishehir, y en las investigaciones superficiales de los ‘comités de expertos’ superficiales, que se opusieron a nosotros, demando en vuestra corte que si no puedo demostrar cien errores en esta acusación, consentiré con una sentencia de cien años. Ahora he probado mi caso; si desean les puedo presentar un índice con más de cien errores.

Segundo: Cuando, durante el juicio de Denizli, nuestros libros y papeles se enviaron a Ankara y yo estaba lleno de ansiedad y desesperación por si fallaran en nuestra contra, les escribí a mis amigos la siguiente parte, que se ha agregado al final de algunos de mis discursos de defensa: “Si los oficiales de la ley que están estudiando Risale-i Nur con la idea de criticarla refuerzan o salvan su fe a través de ella, y luego me adjudican con ejecución, sean testigos de que los perdono, porque estamos aquí para servir. La función de Risale-i Nur es reforzar y salvar la fe. Tenemos a cargo el servicio de la fe sin diferenciar entre amigos o enemigos, y sin tomar partido”.

¡Jueces de la Corte! Como consecuencia de esta verdad, las pruebas poderosas e irrefutables de Risale-i Nur han dirigido a los corazones de la gente de la corte hacia sí misma; cualquier cosa que hagan en mi contra, los perdono; no les guardaré rencor. Es por esto que a pesar de que me he irritado por la tiranía extrema y la represión que he sufrido, y el trato despectivo y la difamación de mi persona, que han sido de una manera que nunca he experimentado anteriormente, lo he soportado y ni siquiera he hablado mal de quienes están involucrados. Las colecciones de Risale-i Nur, que tienen en su poder, conforman mi defensa irrefutable e indiscutible y mis objeciones a todos los cargos que se nos imputan y los crímenes de los que se nos acusa.

Es sorprendente que a pesar de que los líderes académicos de Cairo, Damasco, Alepo, Medina y Meca, y los exigentes académicos del Directorio de Asuntos Religiosos han estudiado la colección Risale-i Nur minuciosamente, y sin ofrecer ninguna crítica las han alabado y aplaudido, la persona ‘inteligente’que compilaron la acusación en nuestra contra demostraron a través de un error extraordinario y obvio – al afirmar que el Corán contiene cuarenta Suras – qué tan superficialmente han considerado el asunto. A pesar de que cientos de miles de personas de la realidad afirman a Risale-i Nur, bajo estas condiciones severas, y que yo mismo estoy en el exilio, solo y desdichado y que soy el objeto de ataques temibles, ese fiscal, que ni sabe cuántas Suras hay en el Corán, dijo: “A pesar de que Risale-i Nur intenta exponer el Corán e interpretar los Hadices, no tiene sustento académico ni valor el enseñar a sus lectores en una parte…” Se entiende qué tan alejadas están sus críticas de la ley, la realidad, la justicia y la equidad.

También hago esta queja ante ustedes, que a pesar de que por dos horas nos hicieron escuchar la acusación entera de cuarenta páginas, que contiene cientos de errores y hiere nuestros corazones, a pesar de mi insistencia, no me permitieron dos minutos para leer una página y media para responder, que era la absoluta verdad. En nombre de la justicia, en consecuencia, solicito que me permitan leer mi lista de objeciones por completo.

Tercero: Cada gobierno tiene opositores, pero mientras que no perturben el orden público, no se los puede tocar legalmente. ¿Es acaso posible entonces que yo mismo y quienes como yo, están desencantados con el mundo y trabajan sólo por la tumba deban renunciar a pasar el resto de sus vidas dentro de los límites enseñados por el Corán, en el camino de nuestros ancestros seguido por mil trescientos cincuenta años, de una manera permitida por las reglas santificadas de todos los tiempos por trescientos cincuenta millones de creyentes; debamos renunciar a nuestro camino, y seamos obligados por nuestros enemigos y sus subterfugios, meramente por esta vida mundanal breve y efímera, a apoyar las leyes salvajes y los principios de una civilización inmoral y disoluta, por cierto, de una especie de comunismo, y adoptarlos como nuestro camino? No hay ley en ninguna parte, ni nadie que tenga un mínimo de justicia, que nos obligue a aceptarlos. Sólo les decimos a quienes se oponen a nosotros: ¡No nos molesten y no los molestaremos!

Es debido a este hecho que no apoyamos ni intelectual ni académicamente las órdenes arbitrarias de un comandante, llamado leyes, que han hecho de Santa Sofía una casa de ídolos y de la Oficina del Sheik al-Islam un colegio de niñas. Y en cuanto a nosotros mismos, yo ya no actuamos según ellos. Sin embargo, a pesar de que durante veinte años hemos sido severamente oprimidos durante nuestro cautiverio tortuoso, no nos hemos involucrado en política, ni hemos provocado a las autoridades, ni hemos perturbado el orden público. A pesar de tener cientos de miles de amigos de Risale-i Nur, ni un solo incidente se ha registrado que involucre el disturbio de la paz. Estoy harto de la vida debido al trato absolutamente humillante e injusto dirigido a mi persona aquí en mi exilio durante el último período de mi vida, como nunca antes he sufrido y que me ha irritado. Siento disgusto por la libertad incluso, bajo esta opresión. Les escribí una petición diciendo que contrario a todos los demás, yo no quiero mi absolución sino que me condenen y que no me den una sentencia liviana, quiero la pena más pesada. Porque para salvarme de este trato sin precedente, extraordinariamente tiránico, no hay solución para mí más que entrar a la tumba o a la prisión. Pero ya que el suicidio no está permitido, y la hora señalada de la muerte es desconocida y está fuera de mi poder, estoy resignado al encarcelamiento que ahora sufro en confinamiento solitario absoluto[1]. Sin embargo, no estoy presentando esta petición para el presente, por mis compañeros inocentes.

Cuarto: Confirmado por todo lo que he escrito en Risale-i Nur durante estos treinta años de mi vida, el período que he llamado del Nuevo Said, y los hechos relacionados a mi persona, y atestiguado por la gente imparcial y los amigos que se han reunido conmigo con una intención seria, digo esto: En la medida en que he podido, he intentado refrenar mi alma maligna de permitirse la auto propaganda, la búsqueda de fama y el orgullo, y tal vez cien veces he herido los sentimientos de los estudiantes de Risale-i Nur que tienen opiniones excesivamente buenas sobre mí. Como lo confirman dos de mis mejores amigos y mis hermanos; los signos que ellos han observado, les dije: “No tengo nada, soy un heraldo desdichado de la joyería del Corán”. No es ganar un rango mundanal para mí mismo y una posición elevada ni fama, incluso suponiendo que me dieran un rango espiritual elevado, tener miedo por la posibilidad de que mi alma tome parte en el servicio que realizo y arruine mi sinceridad y mi intención pura, decidí sacrificar esos rangos y esas posiciones por mi servicio. Aún a pesar de actuar de esta manera, y de no aceptar la gratitud de algunos de mis hermanos por beneficiarse de Risale-i Nur – que se ha presentado en vuestra alta corte como si fuera un asunto político de gran trascendencia – han hecho que su respeto por mí, que es más grande que el de un hijo por su padre, el tema de interrogación. Ustedes han llevado a que algunos de ellos nieguen. Ustedes nos han hecho escuchar asombrados. ¿Se puede considerar un crimen que algún desafortunado se elogie a pesar de que él mismo no esté feliz por ello y no considera que él mismo sea merecedor?

Quinto: Les digo por cierto que acusar a los estudiantes de Risale-i Nur de pertenecer a una sociedad política y de involucrarse en política cuando no tienen ninguna conexión en absoluto con ninguna sociedad, asociación ni movimiento político, es luchar contra nosotros sabiéndolo o no, en nombre de una organización atea secreta que produce anarquía en este país. Porque tres cortes legales han absuelto en ese sentido a todos los estudiantes de Risale-i Nur y los tratados de Risale-i Nur. Sólo la Corte de Eskishehir me dio un año, y de los otros ciento veinte, quince de mis amigos recibieron seis meses cada uno por un solo asunto en un tratado corto sobre el velo de las mujeres, o tal vez por la oración: “Según lo que he oído, en el centro del gobierno un lustrador de zapatos se comportó con imprudencia hacia la esposa semidesnuda de una persona importante, y su informalidad sorprendente le dio una bofetada en el rostro de alguien que se opuso al velo de las mujeres”, que se escribió hace mucho tiempo. Eso significa que acusar a Risale-i Nur y a sus estudiantes ahora es culpar y condenar a tres cortes, y ser despectivos con ellas.

Sexto: Risale-i Nur no se puede combatir. Todos los académicos Islámicos que la han visto han confirmado que es un comentario veraz del Corán, es decir, consiste de pruebas poderosas de sus verdades. Es un milagro espiritual de Corán este siglo, y una firme barrera para esta nación y este país contra los peligros del Norte. Hemos comprendido entonces que es el deber de vuestra corte no ahuyentar a sus estudiantes, sino con respecto a los derechos generales, alentarlos; espero esto de ustedes. Gracias a la libertad de estudiar, los libros y diarios de quienes no tienen religión y algunos políticos ateos que son dañinos para la nación, el país y la seguridad pública, no se interfieren, entonces sencillamente no es un crimen ser un estudiante de Risale-i Nur y salvar la fe de la juventud inocente y necesitada y preservarlos de la inmortalidad; por cierto, el Gobierno y el Ministro de Educación deberían aplaudirla y alentarla.

Mi última palabra: Que Allah Todopoderoso permita que los jueces apliquen la ley con verdadera justicia. Amén.

حَسْبُنَا اللّٰهُ وَنِعْمَ الْوَكِيلُ٭نِعْمَ الْمَوْلَى وَنِعْمَ النَّصِيرُ٭

اَلْحَمْدُ لِلّٰهِ رَبِّ اْلعَالَمِينَ

Said Nursi

* * *

 

 

[1] La misma situación ha continuado por diecisiete meses ya.