RAYO QUINCE

ِاسْمِه۪ سُبْحَانَهُ

El Segundo Capítulo del Destello Veintinueve

(Sobre la frase: ¡Elhamdülillah!)

[Este tratado corto, llamado el Segundo Capítulo, explica sólo nueve de las innumerables luces y ventajas de la fe en Allah, que hace que el ser humano declare: “Todas las alabanzas sean para Allah”]

PRIMER PUNTO

Primero que nada, se señalarán dos cosas:

  1. La filosofía es un par de gafas oscuras que muestran todo feo y temible. Mientras que la fe en Allah es un par de gafas transparentes, claras y luminosas que muestran todo bello y familiar.
  2. El ser humano está conectado con todos los seres, tiene un tipo de comercio con todas las cosas y por naturaleza está obligado a encontrarse, hablar y ser amable con las cosas que lo bloquean; así también tiene seis aspectos: un aspecto izquierdo, derecho, superior, inferior, frontal y trasero.

Al ponerse cualquiera de estos dos pares de gafas, el ser humano puede ver a los seres y los estados las cosas presentes en los aspectos mencionados anteriormente.

Aspecto Derecho: A lo que se refiere este aspecto es el pasado. Cuando se mira a través de las gafas de la filosofía, lo que se ve es un cementerio amplio, oscuro y aterrador dado vuelta donde el Ultimo Día de la tierra del pasado se ha ido. No puede haber dudas de que esta vista arroja al ser humano al terror, al temor y a la desesperación.

Sin embargo, cuando este aspecto se mira a través de las gafas de la fe, incluso si la tierra parece haberse dado vuelta, como de hecho sucedió, no ha habido pérdida de vida; se comprende que su tripulación y habitantes han sido transferidos a un mundo mejor, uno lleno de luz. Las tumbas y pozos se ven como túneles subterráneos cavados para conducir hacia otro mundo lleno de luz. Es decir, la felicidad, el alivio, la confianza y la paz mental que la fe le da al ser humano es una bendición Divina que lo hace repetir miles de veces: “¡Elhamdülillah!”.

Aspecto Izquierdo: Cuando el futuro se ve a través de las gafas de la filosofía, aparece en forma de una tumba enorme, oscura y terrorífica que nos hará pudrir y nos convertirá en presas de las serpientes y escorpiones que nos eliminarán. Pero cuando se ve a través de las gafas de la fe, se ve en forma de ágape que comprende todas las variedades de las comidas y bebidas más delicadas y deliciosas que Allah Todopoderoso, el Más Misericordioso y el Creador Compasivo ha preparado para el ser humano. Entonces lo hace repetir miles de veces: “¡Elhamdülillah!”.

Aspecto Superior: Este es los cielos. Cuando una persona mira a este aspecto a través de las gafas de la filosofía, siente un terror espantoso por la gran velocidad y variedad de movimientos – como las carreras de caballos o las maniobras militares – de los millones de estrellas y cuerpos celestes en el espacio infinito. Mientras que cuando un creyente los mira, él ve que tal como esas maniobras se llevan a cabo bajo la supervisión de un comandante y a su orden, entonces las estrellas adornan al mundo de los cielos y son lámparas que le dan luz. Como resultado, no siente temor ni miedo por esos caballos que corren, sino familiaridad y afecto. Seguramente es poco decir: “¡Elhamdülillah!” miles de veces por la bendición de la fe que así ilumina al mundo de los cielos.

Aspecto Inferior: Este es la tierra. Cuando el ser humano mira este mundo con el ojo de la filosofía, lo ve como un animal sin cadenas ni ataduras que vaga sin sentido alrededor del sol, o como un bote agujereado y sin capitán y se deja llevar por el temor y la ansiedad. Pero cuando lo mira con fe, lo ve como un barco del Más Misericordioso labrando su curso alrededor del sol bajo la orden de Allah Todopoderoso, con toda su comida, bebida y vestimenta a bordo para una excursión placentera para la humanidad. Entonces parte para declarar con gran sentimiento: “¡Elhamdülillah!” por esta gran bendición que surge de la fe.

Aspecto Frontal: Si una persona que está satisfecha con la filosofía mira este aspecto, ve que todos los seres vivos, sean humanos o animales, están desapareciendo grupo a grupo y con gran velocidad hacia ella. Es decir, están yendo a la inexistencia y dejando de existir. Ya que sabe que también es un viajero en ese camino, se saca de quicio con dolor. Pero para un creyente que mira con el ojo de la fe, los seres humanos que viajan hacia ese aspecto no pasan al mundo de la inexistencia, son transferidos de una postura a otra como los nómades y migran de un reino transitorio hacia uno eterno y de una granja de servicio y trabajo hacia la oficina de pago y de un país de contratiempos y dificultades a uno de abundancia y facilidad. El creyente enfrenta este aspecto con placer y gratitud.

Las dificultades que ocurren en el camino, como la muerte y la tumba, son fuentes de felicidad por sus resultados. Porque el camino que conduce a los mundos luminosos pasa a través de la tumba y las felicidades más grandes son el resultado de los peores y más dolorosos desastres. Por ejemplo, José (p.) alcanzó la felicidad de ser el gobernante de Egipto sólo al ser arrojado dentro de un pozo por sus hermanos y al ser llevado a prisión por las calumnias de Zulaija. Del mismo modo, un niño que viene a este mundo del vientre de su madre sólo alcanza la felicidad de este mundo como resultado de las dificultades demoledoras y atroces que experimenta en el camino.

Aspecto Trasero: Es decir, ya que quien mira a quienes han quedado atrás con la mirada de la filosofía no pueden encontrar ninguna respuesta a la pregunta: “¿De dónde han venido, a dónde están yendo y por qué vinieron a la tierra de este mundo?”, naturalmente permanece en un tormento de perplejidad y duda. Pero si miraran a través de las gafas de la fe, comprenderían que los seres humanos son observadores enviados por el Soberano Eterno para contemplar y estudiar los milagros maravillosos de poder mostrados en la exhibición del universo y que después de recibir sus marcas y rangos en conformidad con el nivel que han alcanzado, el valor y la grandeza de esos milagros de poder y el grado que los milagros señalan la grandeza del Soberano Eterno, los seres humanos regresarán al reino del Soberano. Entonces dirá: “Elhamdülillah” por la bendición de la fe que le ha dado esta bendición de la comprensión.

Ya que las alabanzas ofrecidas al decir: “¡Elhamdülillah!” por la bendición de la fe, que así desterrar las capas de oscuridad mencionadas anteriormente también es una bendición y se debería ofrecer alabanzas por ello también. Otras  alabanzas deberían ofrecerse una tercera vez por esta segunda bendición de alabanza, y una cuarta vez por la tercera bendición de alabanza وَهَلُّمَ جَرًّا Es decir, una cadena infinita de alabanza nace de pronunciar una única frase: “¡Todas las alabanzas sean para Allah!”

SEGUNDO PUNTO

Uno debería decir: “¡Elhamdülillah!” por la bendición de la fe que ilumina estos seis aspectos, porque tal como dispersa la oscuridad de los seis aspectos, se puede considerar una gran bendición para guardarse del mal, así también que los ilumine puede considerarse como una segunda bendición, por la atracción de los beneficios. En consecuencia, ya que el ser humano es por naturaleza civilizado, está conectado con todos los seres en los seis aspectos y por la bendición de la fe tiene posibilidad de beneficiarse de los seis aspectos.

Así, según el misterio de la aleya: فَأَيْنَمَا تُوَلُّوا فَثَمَّ وَجْهُ اللّٰهِ el ser humano se ilumina en cualquiera de los seis aspectos que se encuentre. De hecho, alguien que es un creyente tiene una vida espiritual que en efecto se estira desde la fundación del mundo hasta su fin. Esta vida espiritual recibe ayuda de la luz de una vida que se extiende por la eternidad. De la misma manera, gracias a la fe que ilumina a los seis aspectos, el tiempo y el espacio estrecho del ser humano se transforman en un mundo ancho y cómodo. Este mundo extensivo se vuelve como la casa del ser humano y el pasado y el futuro como el tiempo presente para su espíritu y corazón. La distancia entre ellos desaparece.

TERCER PUNTO

El hecho de que la fe brinda fuentes de apoyo y ayuda requiere que se diga: “¡Elhamdülillah!”

Sí, por su impotencia y sus enemigos multitudinarios, la humanidad necesita una fuente de apoyo a la cual puedan recurrir para repeler a esos enemigos. Igualmente, por la abundancia de sus necesidades y su extrema pobreza, necesitan una fuente en la cual puedan buscar ayuda para a través de ella puedan cubrir sus necesidades.

¡Oh, ser humano! Tu único punto de apoyo es sólo la fe en Allah. La única fuente de ayuda para tu espíritu y tu conciencia es la fe en el Más Allá. Quien no sepa estas dos fuentes sufre temor constante en su corazón y en su espíritu y su conciencia es eternamente atormentada. Mientras que la persona que busca apoyo del primer punto y ayuda del segundo, experimenta muchos placeres y deleites en su corazón y espíritu de modo que se consuela y su conciencia está en paz.

CUARTO PUNTO

Al mostrar que los placeres similares existen y que serán concedidos, la luz de la fe quita el dolor que ocurre cuando los placeres lícitos comienzan a desvanecerse. Además, al señalar la fuente de las bendiciones, asegura que las bendiciones continúen y no disminuyan.

Similarmente, al mostrar el placer de la renovación de los similares, quita el dolor de la separación y la partida. Es decir, mientras que muchos dolores ocurren de un solo placer por el pensamiento del cese, la fe le quita a la renovación de los similares. En la renovación de los placeres hay otros placeres. Si una fruta no tiene un árbol, su placer se restringe y termina al ser comida y su cese es causa de pesar. Pero si el árbol de fruta es conocido, no hay dolor cuando la fruta deja de existir porque hay otros que vienen en su lugar.

Al mismo tiempo, la renovación es en sí misma un placer. Porque lo que más aqueja al espíritu humano son los dolores que surgen de la separación. Mientras que la luz de la fe quita los dolores a través de la esperanza del encuentro renovado y la recurrencia de similares.

QUINTO PUNTO

El ser humano cree que las cosas entre estos seres son hostiles y extrañas, están sin vida y perdidas como si fueran huérfanos o muertos, la luz de la fe se las muestra como amigos y hermanos, vivos y glorificando a Allah. Es decir, una persona que mira con el ojo de la negligencia supone que los seres del mundo son dañinos como los enemigos y le dan miedo; ve las cosas como extrañas. Porque desde el punto de vista del extravío, no hay lazos de hermandad entre las cosas del pasado y las del futuro. Sólo en el presente hay una conexión insignificante y parcial entre ellas. Como consecuencia, la hermandad entre los extraviados dura sólo un minuto dentro de miles de años.

Desde el punto de vista de la fe, todos los cuerpos celestes parecen vivos y familiares entre sí. La fe muestra a cada uno de ellos como glorificando a su Creador a través de su estado. Es en este sentido que todos los cuerpos celestes tienen un tipo de vida y un espíritu apropiado para cada uno. No hay temor ni miedo en consecuencia cuando los cuerpos celestes se consideran desde el punto de vista de la fe; hay familiaridad y amor.

El punto de vista de la incredulidad ve a los seres humanos impotentes como son para asegurar sus deseos, como si no tuvieran dueño ni protector; los cree dolorosos y penosos como huérfanos que lloran por su impotencia. El punto de vista de la fe, por otro lado, ve a los seres vivos no como huérfanos que lloran sino como oficiales con tareas asignadas; como siervos que glorifican y exaltan a Allah.

SEXTO PUNTO

La luz de la fe describe a este mundo y al Más Allá como dos mesas que muestran numerosas variedades de bendiciones de las que un creyente se beneficia a través de la mano de la fe, con sus  sentidos internos y externos y sus facultades espirituales. Desde el punto de vista del extravío, la esfera de beneficiar de los seres vivos se vuelve más pequeña se restringe a los placeres materiales. Mientras que desde el punto de vista de la fe, se expande hasta una esfera que abraza los cielos y la tierra. Sí, un creyente puede considerar que el sol es una lámpara que cuelga en el techo de su casa, y la luna es una luz nocturna. Así se vuelven bendiciones para él y la esfera de beneficiar de un creyente se vuelve más amplia que los cielos. Con las aleyas elocuentes: وَسَخَّرَ لَكُــمُ الشَّمْسَ وَالْقَمَرَ  وَ سَخَّرَ لَكُـﮥْ مَا ﯺﰆ الْاَرْضِ  el Corán de Milagrosa Exposición alude a estas bendiciones y estos otorgamientos maravillosos que surgen de la fe.

SÉPTIMO PUNTO

Se sabe a través de la fe que la existencia de Allah es una bendición que sobre pasa a todas las otras bendiciones, una gran bendición que es una fuente, un manantial que contiene interminables variedades de bendiciones, innumerables tipos de otorgamientos e incontables tipo de regalos. En consecuencia es una deuda ofrecer tantas alabanzas y loas como cantidad de partículas del mundo por la bendición de la fe. Una cantidad de ellas se ha mostrado en varias partes de Risale-i Nur; sin embargo las partes que tratan sobre la fe en Allah, señalan esta bendición al levantar el velo.

Una de las bendiciones por la que se debería ofrecer alabanzas con todas las alabanzas que la frase “¡Elhamdülillah!” indica con la letra ‘Lam de especificación’ es la bendición de la misericordia Divina. Por cierto, la misericordia comprende tantas bendiciones como cantidad de seres vivos que manifiestan la misericordia Divina. Porque el ser humano en particular está conectado a todos los seres vivos y, en este sentido, se complace por su felicidad y se entristece por su dolor. Así, una bendición que se encuentra en un solo individuo es una bendición también para el resto.

Otra cosa que comprende tantas bendiciones como niños que son bendecidos con la ternura de sus madres y que merece alabanzas y loas es la compasión Divina. Sí, una persona con conciencia que siente pesar y lástima por un niño huérfano que llora con hambre seguramente siente placer por la compasión de las madres por sus hijos, seguramente él se complace y está feliz. Así, los placeres de este tipo son cada uno una bendición y requieren alabanzas y agradecimiento.

Otra de las bendiciones que requieren tantas alabanzas y agradecimiento como variedades e instancias de sabidurías contenidas en el universo es sabiduría Divina. Porque tal como el alma del ser humano está dotado de la manifestación de la misericordia Divina y su corazón, de la manifestación de la compasión Divina, así también su intelecto se complace con las sutilezas de la sabiduría Divina. Entonces en este sentido, requieren interminables alabanzas y loas al declarar con mucho entusiasmo: “¡Elhamdülillah!”.

Otra es la bendición de la preservación, a la que se debería ofrecer tantas alabanzas como cantidad de manifestaciones del Nombre Divino de Heredero y de descendientes que soportan después de la muerte de sus antepasados y de los seres del próximo mundo y de las acciones de los seres humanos que se preservan para que sean el medio de recibir su recompensa en el Más Allá; se debería ofrecer alabanza con un “¡Elhamdülillah!” tan grande que llene todo el espacio con su sonido. Porque la continuación de una bendición es más valiosa que la bendición misma. La perpetuación del placer es más placentera que el placer mismo. Continuación en el Paraíso es superior al Paraíso mismo y así sucesivamente. En consecuencia, las bendiciones que comprende el atributo de Preservador de Allah Todopoderoso son muchas y muy superior a todas las bendiciones que existen en el universo. Así, este atributo requiere un “¡Elhamdülillah!” con mucho entusiasmo. Puedes comparar el resto de los Nombres Divinos con los cuatro mencionados aquí y, ya que en cada uno hay interminables bendiciones, cada uno requiere interminables alabanzas y agradecimiento.

Asimismo, el Profeta Muhammad (PyB), que es el medio para alcanzar la bendición de la fe que tiene autoridad para abrir todas las tesorerías de bendiciones, también es una bendición tal que la humanidad carga por toda la eternidad el deber de alabarlo y aplaudirlo.

Asimismo, las bendiciones del Islam y del Corán, que son el índice y la fuente de todas las variedades de bendiciones, materiales y espirituales, requieren y merecen alabanzas infinitas.

OCTAVO PUNTO

Alabado sea Allah, Quien, según el Corán de Poderosa Estatura, que es su exponente, este libro poderoso conocido como el universo, alaba y exalta con todos sus capítulos y secciones, todas sus páginas y frases, todas sus palabras y sus letras; el Más Puro y Sagrado, Quien es alabado y exaltado al manifestar Sus atributos de belleza y perfección. Es como sigue:

Según su capacidad, ya sea grande o pequeña, cada bordado en este libro poderoso alaba y exalta a su Inscriptor, Quien es el Único y Eternamente Adorado, al mostrar Sus gloriosos atributos.

Asimismo, cada inscripción en el libro del universo ofrece alabanzas al exhibir los atributos de Belleza de su Escriba, Quien es el Más Misericordioso y Compasivo.

Asimismo, cada oda y verso en este libro del universo exalta y glorifica a su Compositor, Quien es Todopoderoso y Omnisapiente.

Asimismo, al reflejar las manifestaciones de los Más Bellos Nombres, todas las inscripciones y puntos y bordados de este libro pronuncian las alabanzas del Más Puro y Sagrado al loarlo, glorificarlo y exaltarlo.

NOVENO PUNTO

… … … …[1]

  * * *

[1] No tengo la clave para estas cifras que puedan decodificarlas. Además, la cabeza de alguien que está ayunando tampoco puede descifrarlas, ni descubrir sus significados. Discúlpenme, sólo pude hacer esto y eso por la ayuda espiritual del autor, la refulgencia de la Noche del Decreto y por estar cerca de Mawlana Jalaluddin.

El traductor, Abdülmecid Nursi

 

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